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Las piezas del cambio

  • La llegada de Edimar y Bebé, en este mercado invernal, junto a la irrupción de Florin, han sido claves para el crecimiento del CCF Ghilas y Fede Cartabia juegan en sus puestos preferidos

El gran cambio del CCF no ha sido gracias a un cambio numeroso de cromos. De hecho, han sido un plan de retoques y la llegada de dos refuerzos durante este mercado invernal los que han dado un giro radical a la dinámica del equipo cordobesista. Todo se ve ahora de otra manera y eso se debe también parte a Miroslav Djukic. El serbio ha sabido tener paciencia y engrasar la maquinaria de un equipo que ya no es el timorato y bondadoso del inicio del campeonato. Ahora hay un plan trazado y el horizonte se ve más despejado que hace un par de meses. Un lavado de cara que ha experimentado un crecimiento total de un equipo que no se asusta ni ante la visita del Real Madrid. Ahora todo se ve con otros ojos.

Todo cambió en San Mamés. La victoria de los cordobesistas ante el Athletic gracias al gol de Ghilas dio mayor tranquilidad a un grupo que empezaba a experimentar un cambio. No fue definitivo, pero el sistema de juego del preparador balcánico empezaba a tornar. Tras empatar con el Levante en El Arcángel (0-0) y perder con claridad con el Barcelona (5-0), el equipo reaccionó en 2015. Vaya cambio y sólo con un par de retoques.

La rajada de Djukic en Barcelona sirvió de mucho a un grupo que se fue de vacaciones con el orgullo herido. Un mes más tarde el cordobesismo está orgulloso de su equipo y del cambio experimentado. Djukic ha dado con la tecla y sólo ha visto reforzado su plantel con la llegada de dos refuerzos durante este mercado invernal. Edimar y Bebé han dado un salto cualitativo al CCF, además a ellos se une la gran irrupción de Florin Andone. El delantero rumano, que llegó en verano para el filial blanquiverde, se ha ganado su puesto con el primer equipo gracias a su trabajo y su buen hacer de cara a puerta, anotando ya tres goles -dos en Liga y uno en Copa-, y siendo una de las principales armas del nuevo Córdoba.

Con Florin en la punta de lanza, Djukic ha podido modificar su planteamiento táctico durante este mes. Así, el serbio ha colocado a Ghilas escorado a la izquierda en la línea de desestabilización, mientras que Fede Cartabia se ha colocado justo por detrás del delantero, dejando a Bebé todo el costado derecho. De este modo, el franco-argelino y el argentino juegan en sus puestos deseados y donde se encuentran más cómodos. Con estos retoques, el CCF ha ganado en la parcela ofensiva y además los resultados han acompañado. La primera victoria en casa llegó contra el Granada el 5 de enero. Los goles de Ghilas y Florin valieron para dejar los puntos en El Arcángel y empezar así a ver luz al final del túnel. Una semana más tarde, con Bebé y Edimar en las filas cordobesistas, los de Djukic vencieron al Rayo Vallecano gracias a un autogol de Abdoulaye Ba.

Con 10 puntos de 15 posibles, conjunto blanquiverde salió de los puestos de descenso, de los que está actualmente a dos puntos. A pesar de sumar un punto de seis posibles en dos duelos consecutivos en casa, la imagen demostrada frente al Eibar, con el que se empató a uno, y con el Real Madrid, dictan un cambio muy notorio.

No sólo ha variado la parcela ofensiva. En el doble pivote se han asentado un indiscutible Deivid junto al resurgir de Fausto Rossi, recuperado ya de una lesión que lo ha apartado varias jornadas. En la zaga, con la llegada de Edimar, se ha resuelto un problema en el lateral. El brasileño es indiscutible en la izquierda desde su llegada, pasando Crespo, ante la lesión de Íñigo López, al centro de la zaga. El sevillano está rayando a un brillante nivel junto a Pantic, que ha dado otro paso al frente. Además, Campabadal ha ido mejorando sus prestaciones a lo largo de las citas, mientras que Gunino, uno de la lista de descartados, brilló el pasado sábado frente al Real Madrid, al estar sancionado el lateral catalán. En la portería, Juan Carlos ha dejado la portería cero en cuatro de los últimos siete partidos. A todo este cambio de piezas se suma también a que el equipo tiene ya un patrón de juego. El crecimiento es palpable y la permanencia se ve posible.

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