Hernández Hernández decretó el final y la fiesta era doble. Mientras los jugadores del Celta celebraban el ascenso, en el otro lado del campo una piña de hombres de rojo celebró por todo lo alto el billete para el play off. La plantilla del Córdoba fue más allá en la caseta: corrió el champán y la cerveza, serpenteó la conga, se multiplicaron las fotos, se le cantó a Charles que se quede…

Los jugadores se probaron unas camisetas conmemorativas de la fase, con el lema Abrazamos un sueño y sus nombres detrás. Fernández estaba radiante porque "esto es algo histórico. Es algo que no pasaba desde hace mucho tiempo". El lateral derecho argumentó que "ellos no han salido a ganar, porque les valía el empate, y nosotros les hemos acompañado en ese aspecto". Ahora toca el Valladolid y "vamos a afrontar el partido con mucha ilusión. Es algo para disfrutar. El objetivo está más que cumplido, y en los play off vamos a disfrutar. Hay que intentar hacerlo lo mejor posible en los 90 minutos en El Arcángel para sacar un buen resultado". Para el canterano "esto es un premio que nos ha dado las ganas que le hemos echado este año. Es indiferente dónde se juegue".

Luego salió Fede Vico. Otro cordobés. Y aún más joven. A sus 17 años, disputó los 35 últimos minutos de "un partido muy importante", aunque "extraño". Paco Jémez le pidió "que no me complicara, que tocara fácil. Si veía espacios, que tirara para arriba como siempre, pero sobre todo que no me complicara". A su juicio, el Valladolid "es un rival muy complicado, juega muy bien al fútbol. Tiene un juego como el nuestro, de toque. Ya le hemos ganado una vez en El Arcángel y esperemos que sea así otra vez. Nos viene mejor porque es un equipo que no se encierra, que deja espacios, y lo podemos aprovechar". Encantado con el ambiente de Balaídos, el centrocampista juvenil espera "que dentro de dos semanas se repita en Córdoba. Creo que la gente va a ir al estadio y va a apoyar al equipo. Estoy seguro de que nos va a servir de ayuda".

Mucho más curtido está Gaspar Gálvez. El capitán fue suplente y en el vestuario vivió "una pequeña fiesta. No tan grande como la que tiene el Celta, pero meternos en el play off era algo importante e histórico para nosotros. Estamos muy contentos. Falta la guinda. Esperemos que se pueda cumplir en estos partidos que quedan. Hoy -por ayer- lo estamos disfrutando, pero el equipo ya tiene muchísimas ganas de que llegue el partido del miércoles. Vamos a reventar, porque lo tenemos al alcance de la mano, y ojalá lo podamos conseguir". El Valladolid "es un equipo duro", pero "estamos entre los seis mejores y es una eliminatoria. Hay que trabajarla. No tenemos miedo a nadie. Hemos demostrado durante la temporada que somos un equipo muy fuerte. Queda muy poquito, estamos tocándolo con la punta de los dedos y vamos a agarrarlo al máximo para no dejarlo escapar". El equipo confía en que haya "un ambiente fuerte en El Arcángel y que la gente anime a tope. Contamos con su aliento, que es tan importante para nosotros. Seguro que va a ser así".

Ximo Navarro todavía no se lo cree: "Cuando estaba en Huelva no lo pensaba. Pero una vez que llegué al Córdoba, vi que el equipo estaba arriba, en una buena dinámica. Poco a poco, creyó que se podía conseguir, y ahora hay que pelear por el ascenso". Cinco meses antes había llegado López Garai, epicentro de "un partido muy importante, en el que nos hacía falta puntuar para clasificarnos. Es para estar muy orgullosos". "Ha habido una fiesta en nuestro vestuario por la clasificación, y en el de ellos por el ascenso. Creo que ambas son merecidas. Ahora hay que pensar en el Valladolid y luchar de tú a tú", añadió el ex del Celta, sabedor de que deben medirse a "un equipazo". "El Arcángel debe estar hasta arriba. Lo que hemos vivido es un ejemplo a seguir de cómo una afición llena a un estadio. Nosotros necesitamos nuestro estadio hasta arriba para conseguir la victoria", concluyó.