Más juego que puntos
córdoba cf
El Córdoba ha tuteado ya a dos favoritos al ascenso, aunque su notable apuesta no se ha visto reflejada en la tabla · En Valladolid, pese a tener más llegadas que los locales, se evidenció la alarmante falta de pegada
El Córdoba ha cambiado de estilo. Ahora es un equipo valiente, que disfruta con el balón en los pies y que siempre está dispuesto a hacer un esfuerzo más que el contrario en beneficio del colectivo. Pero tras las dos primeras jornadas, en las que el conjunto de Paco Jémez ha sido cuanto menos igual de competitivo que dos favoritos al ascenso como el Almería y el Valladolid, en su casillero sólo hay un punto. Hasta ahora, el CCF no es capaz de reflejar en el marcador sus fases de dominio. Le pasó en su estreno en casa y volvió a ocurrirle el sábado en Valladolid, donde su falta de pegada fue más que alarmante. Tanto como el bajón experimentado tras el paso por los vestuarios. Porque tras un primer tiempo notable, los blanquiverdes dieron incomprensiblemente un paso atrás que no gustó ni un pelo al técnico. Queda claro que el margen de mejora es aún amplio, pero la competición no perdona. El sábado llegará a El Arcángel un Numancia que tampoco ha arrancado bien, pero antes, mañana mismo, los hasta ahora secundarios tendrán su oportunidad de reivindicarse en la Copa del Rey en La Condomina de Murcia.
Paco ha repetido una y otra vez que su Córdoba jugará igual fuera que en casa. De frente, buscando la victoria desde el primer minuto. La primera parte en Pucela evidenció que el cordobés no va de farol. Sustentado en una efectiva presión, el cuadro cordobesista bailó a un Valladolid que ha confeccionado una plantilla para estar arriba desde el comienzo (es el líder). Pero ese dominio, claro y plausible, no se tradujo en goles a pesar de que Patiño, López Silva y, sobre todo, Charles, tuvieron más de una llegada clara al portal de Jaime. Entre otras cosas porque sólo uno de los trece disparos que los blanquiverdes realizaron en el choque fue entre los tres palos. Su enemigo sólo remató la mitad, pero en dos de ellos llevó el balón a la red. La diferencia de pegada fue mortal. La diferencia de presupuesto también lo es.
Con todo, el principal lunar fue la transformación radical que experimentó el equipo en el segundo periodo. La línea de presión bajó varios metros y el Valladolid, al que también le gusta sobar la pelota, no desaprovechó el regalo para meterse de lleno en la pelea. ¿Exceso de conformismo? ¿Protección ante las cinco amarillas vistas en el primer acto? ¿Bajón físico? Paco no se pronuncia sobre las primeras hipótesis, pero sí tiene claro que la última está descartada porque "este equipo puede presionar 200 minutos. Está muy bien físicamente. No es un problema físico, pero sí es cierto que en el inicio de la segunda parte les dimos más espacios al Valladolid para que jugara y eso es un error que hemos pagado caro".
Lo cierto es que a partir del descanso, el cuadro local equilibró las fuerzas y, ya con el marcador a favor tras el primero de los dos graves desajustes defensivos -el segundo originó el 2-0 definitivo-, se convirtió en dueño y señor del partido. Hasta el punto de que, aunque las sensaciones pudieron ser otras, finalizó con una notable mayor posesión que un CCF -58% por 42%- al que le faltó instinto asesino para hacerse acreedor a algo más que dejar una buena imagen. "Todo salió bien menos el resultado. Es una pena porque creo que hemos hecho méritos para más. En la segunda parte hemos echado el equipo unos metros para atrás y eso se ha notado un poco, porque en la primera no nos han creado ni una ocasión y hemos sido superiores", reflejó Patiño, la cara del descaro y la juventud que pregona este nuevo Córdoba que todavía tiene que mejorar para crecer en la tabla.
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