"El fútbol es un sector bonito... para no repetir"

Manuel Palma Marín, presidente del Córdoba en la temporada 1999-2000, no olvida su pasado blanquiverde. Alejado del fútbol e instalado en Alicante, el empresario no tiene buenos recuerdos de su efimero paso por el mundo del fútbol, "un sector muy bonito, pero para no repetir". Y eso que su experiencia en el club de El Arcángel, con el equipo recién ascendido a Segunda División, será recordada por la conversión de la entidad en Sociedad Anónima Deportiva y una salvación holgada con Pepe Escalante en el banquillo, su tope en la categoría desde que descendió de Primera División en 1972.

Palma Marín admitió en una entrevista en el diario Las Provincias que "cuando me quedé el Córdoba, el club estaba en bancarrota total, como ahora el Levante. Comencé a recortar gastos, reestructuramos el club, pagamos y saneamos, y aún así el equipo se quedó a seis puntos de ascender a Primera. Logramos los mejores resultados del Cordoba en Segunda División de los últimos 30 años".

El ex presidente matizó que "cuando terminó la temporada, el Córdoba obtuvo unos beneficios superiores a los 900 millones de pesetas, con una deuda que rondaba los 300. En la presentación de los datos económicos, yo pensaba que me iban a subir a un altar; sin embargo, cuando llegué al campo me encontré una gran pancarta que ponía Palma, pesetero, gástatelos. Se trataba de un mundo de locos, algo muy parecido a la política. Yo salí encantado de allí, como el del barco".

Palma Marín explicó que "se dice que los dos días más felices del que tiene un barco son el día que lo compra y el que lo vende. Pues yo, igual; porque el día que entré en el Córdoba fue uno de los más felices de mi vida. Era volver a tu tierra como presidente del club de tu ciudad. Algo muy bonito; pero el día que me fui lo disfruté igualmente. Eso sí, salí por la puerta grande, con el club saneado, un nuevo estadio y con el equipo lo suficientemente competitivo".