"La estabilidad es un valor"
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Salinas solicita unidad a la hinchada · El presidente argumenta que "somos líderes en esos estados de ánimo negativos que se van sucediendo y nos conducen a unos derroteros que están muy trillados ya y son caminos hacia el fracaso"
José Miguel Salinas volvió a asumir ayer el rol que anunció en su presentación como presidente del Córdoba, hace ya casi año y medio: gestor de sentimientos. En un tono conciliador, tan propio de su talante político, el máximo mandatario blanquiverde reflexionó sobre el valor de la afición con vistas al futuro y al rabioso presente, que se ciñe a la visita del Recreativo el sábado.
Los pitidos de muchos espectadores en el anterior compromiso en casa, contra el Villarreal B, llevaron a Salinas a hablar de actitud "miserable" y "cobarde". A dos días del derbi con el Recre estima que "debe ser un momento bueno para recuperar ese estado de ánimo más positivo, que es la única senda que hay para tener éxito, buen rendimiento y buenos resultados. Otros caminos en Córdoba los tenemos ya muy explorados. En las últimas semanas he hecho un llamamiento para romper esa dinámica a la que tan acostumbrados estamos en Córdoba. Es un estado de ánimo que no se da sólo aquí, pero somos líderes en esos estados de ánimo negativos que se van sucediendo y nos conducen a unos derroteros que están muy trillados ya y son caminos hacia el fracaso".
El rector tiró de estadística: desde 1999 han desfilado siete presidentes, 25 entrenadores, nueve directores deportivos... "y ya de jugadores ni te cuento". A su juicio, "la inestabilidad conduce año tras año a ese tipo de situaciones. La estabilidad es un valor. Después, sobre la estabilidad y el sosiego se pueden hacer variaciones de grado en el rumbo, pero variar todos los años dos veces el rumbo, una para Navidad y otra para junio... Me parece que en Córdoba ya tenemos la constatación de adonde nos lleva".
"Para llamar la atención, con todo el maremágnum de declaraciones de todo el mundo, he tenido que emplear algunos términos más espectaculares, pero no es el foco de atención. El foco de atención es que nosotros tenemos que estar cohesionados y unidos en una estabilidad que nos lleve por una senda de progreso en todos los órdenes del club. Ahí es donde yo quiero llegar: mantener la tranquilidad y la cohesión, porque el camino es larguísimo en Segunda División", enfatizó Salinas, consciente de que "el momento clave es el comienzo de la segunda vuelta. Variables hay a montones. Sólo los clubes que llegan con un poco de aliento, frescura y estado de ánimo positivo en el momento de la verdad, pueden tener ese punto positivo; los que llegan maltrechos, con cambios, polémicas y tal, no suelen llegar a buen puerto".
Algún aficionado le ha comentado que "un jugador es profesional y tiene que tener la capacidad de aguantar la presión". Sin embargo, el 5-0 le sirve para sostener su tesis: "El otro día en el Camp Nou no la aguantaron los que cobran 10 o 12 millones de euros, estuvieron encogidos en cuanto las cosas empezaron a irles mal. Los jugadores son personas, son seres humanos. Los nuestros no están acostumbrados a jugar finales, no están acostumbrados a estar disputando ascensos... Tienen la capacidad de aguantar la presión que tienen, y a todos los jugadores les afecta que en su campo el ambiente sea hostil, digan lo que digan después los grandes. Lo mismo que fuera son capaces de aguantar más presión porque está en el guión, en partidos importantes y en casa hay mucha dificultad para aguantar este tipo de presión desde los primeros minutos en plan negativo". "Los jugadores lo conocen mejor que nadie, y el que ha jugado al fútbol lo sabe: para evitar actitudes hostiles, los jugadores arriesgan menos", insistió. O sea, no tirar a puerta, tocar en corto para que falle el compañero en vez de realizar envíos de 30 metros...
En su opinión, "el sentido del riesgo es necesario para crear juego, y es necesario que los jugadores puedan intentar un dribling o un uno contra uno aunque fallen, o un taconazo en un momento dado, y no se les eche el estadio encima. Y ese tipo de jugadas se hacen cuando el ambiente es favorable; si no, no se hacen". "Eso lo vemos en todos los campos. Eso es lo que creo que tenemos que superar, porque se juega más cómodo, con más alternativas en el juego, más creatividad, más sueltos... Eso los jugadores lo notan", recalcó. Equipo y grada están condenados a entenderse.
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