Racing de ferrol | córdoba · la crónica

Si cuesta, mejor sabe

  • Un toque decisivo El madrileño Asen, en una acción plena de talento y determinación, pone su firma a una victoria que quiebra una racha Dan la cara Pineda se fajó como titular y Antonio debutó en la Liga

Cuando algo cuesta, sabe mejor. Nueve jornadas después, el Córdoba se anotó una victoria que sirve para mantener alejada la zona de descenso, donde se hunde de forma inexorable un Racing de Ferrol al que apenas le alcanza para malvivir en la Liga BBVA. El equipo de Paco Jémez ofreció su versión más generosa, agarrado a un golazo de Asen desde la media hora, y conquistó tres puntos que apaciguan el ambiente.

El Córdoba mostró una buena disposición desde el principio, acercándose al área de Queco Piña con la movilidad de Asen como asidero. Mientras, el Racing rezaba para que al menudo Jonathan Pereira se le encendiera la bombilla. Sin grandes argumentos, aunque con corazón, el conjunto de Veiga acaparó los dos primeros lanzamientos a través de Ceballos y Chema Mato, el primer amonestado tras obstruir la cabalgada de un voluntarioso Juanlu.

El primer uy digno de mención se produjo en el minuto 18, cuando una falta a pie cambiado colgada por Álvaro se envenenó y obligó a David Valle a estirarse para enviar a córner. El fútbol simple del Racing, plasmado con un asedio a balón parado, propició que el Córdoba reculara. Ese recurso conservador no venía mal si la propuesta conllevaba explotar el contragolpe. Las primeras tentativas, impulsadas por el triángulo compuesto por Juanlu, Arteaga -como ya es habitual, los dos zurdos intercambiaron sus puestos y aportaron mucha movilidad- y Asen, fracasaron por la falta de precisión de Julio Pineda a la hora de centrar.

Al encuentro le faltaba tino, un chispazo. Y Asen cogió su fusil, o más bien su pistola con silenciador. Pasada la media hora, Ito pilló desprevenida a la zaga departamental al sacar una falta rápidamente, y a partir de ahí, arrancando desde el círculo central, el madrileño se sacó un golazo de la chistera. Por el camino quedaron Jonathan Martín -se dejó la sotana en el armario-, Queco Piña y el desencanto de una afición resignada.

A pesar del golpe, el Ferrol reaccionó con entereza: Medina vio la amarilla por desplomarse en el área, reclamando penalti por una patadita de Pierini; David Valle despejó con el pie un tiro de Ceballos que tenía toda la pinta de suponer el empate después del pase de la muerte de Jonathan Pereira desde la izquierda; Charpenet ejecutó un golpe franco que se perdió a escasos centímetros del larguero, y Medina no alcanzó un centro pasado del recién incorporado Cristian Portilla. El Córdoba, atrincherado y con Pierini lesionado, pedía el descanso a gritos. La angustia se instaló en el área de Valle, pues el Racing llegó a botar un córner al filo del 48', sin que Pérez Lima autorizara la sustitución del italiano.

Tras el intermedio, por fin, saltó Antonio. En minuto y medio, el central pegó dos voleones y dejó su tarjeta de visita a Medina. El tramo final del primer periodo había resultado bronco y el Córdoba salió con bravura, implicado. Eso sí, Jonathan Pereira ganó la espalda a Rubén y, tras recortar con el tacón, tiró alto. Otro aviso.

Había que rasear el balón, administrar la posesión para que el Racing de Ferrol se fuera amargando hasta perder la fe. Julio Pineda se encargaba de incordiar con esa presión suya, tan característica. Fruto de uno de esos arrebatos, Arteaga recogió la pelota en la zona de tres cuartos tras un despeje fallido y probó fortuna, aunque su zurdazo no encontró portería.

Ito se cruzó de forma providencial para cortar una internada en el área de Lamatina. Pasado el primer cuarto de hora, el Córdoba abusaba del pelotazo, para desesperación de Paco. Tan sólo Endika ofrecía algo de luz, y el técnico optó por reforzar la medular con Acciari, sacrificando a Asen. Frente al trivote de Jémez, Veiga se la jugó con tres atrás.

Los delanteros del Ferrol vivían al límite del fuera de juego y cayeron en posición antirreglamentaria en varias ocasiones, aunque Cami rompió esa barrera con un toque bombeado hacia Jonathan Pereira, quien pifió en un remate franco desde el punto de penalti. Como réplica, Ito encontró en la derecha a Arteaga, el sevillano centró a la primera y Juanlu, con todo a favor al borde del área pequeña, falló con la diestra. En la ofensiva posterior, Pineda lanzó al lateral de la red en posición forzada. El camero fue objeto de un posible penalti debido a una ingenua infracción de Lamatina, pero Pérez Lima no lo concedió.

Pablo Ruiz y Antonio repelían sin contemplaciones y ahora además contaban con el auxilio de Acciari, anclado por delante de los centrales. Los dos, por cierto, encararon la recta definitiva con sendas amarillas, lo que suponía un riesgo añadido.

El Ferrol acabó mandando balones a la olla, con su rival metido en su área sin complejos. Jonathan Martín lanzó un disparo cruzado y dio el último susto de un compromiso para obreros. Llegó el final y todos los jugadores del Córdoba se abrazaron sobre el césped, mientras las gradas de A Malata, un cementerio en ciernes, se poblaban de pañuelos y pitos en contra de un equipo en coma.

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