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Una campaña de torsos desnudos

  • La crisis económica ha eliminado los patrocinadores de las camisetas de una docena de equipos · El CCF, que deja de ingresar unos 500.000 euros tras la negativa de Cajasur, todavía busca un nuevo espónsor

La Liga ya no reluce como antaño. Y no sólo por los conflictos que la patronal se ha empeñado en mantener durante el verano, primero con los futbolistas y luego con los operadores de radio. La crisis que azota a España desde los últimos años ha acabado por salpicar a un vivero que hasta ahora parecía intocable. La gallina de los huevos de oro ya no es tal. Esta temporada se podrán distinguir mejor que nunca los colores de las camisetas, ya que 13 de los 42 equipos que militan en las dos competiciones profesionales han perdido a su patrocinador principal. Entre ellos, el Córdoba, que aún se afana en encontrar ese tesoro que le permita aliviar algo más su ya de por sí delicada situación financiera. Tendrá que hacerlo con el presidente, Carlos González, a la cabeza tras la dimisión el pasado martes del director de marketing, José Manuel Coca. El empresario madrileño se muestra confiado de que a mediados de este mes de septiembre recibirá una respuesta afirmativa.

Con más de una veintena de clubes en Ley Concursal y un mercado cada vez menos boyante, las empresas han optado por dar la espalda al fútbol, otrora paraíso, ante la amenaza de una economía que no acaba de despertar. El CCF se vio sorprendido en julio cuando Cajasur le comunicó su intención de dejar de ser patrocinador principal, aun manteniendo su ayuda en forma de publicidad a una entidad a la que ha estado ligado en las tres últimas décadas. Esa negativa redujo en alrededor de 500.000 euros el capítulo de ingresos previsto en el club, que desde ese mismo momento se puso manos a la obra para encontrar un recambio. Pero la Liga comenzó el pasado fin de semana y la blanquiverde lució inmaculada, sin logotipo alguno.

La situación que vive el CCF no es algo extraño en el panorama futbolístico actual. Todo lo contrario. Un total de 13 clubes -siete de Primera División y otros seis de Segunda- empezaron a competir desnudos. Y muy pocos de esos podrán cambiar su rol en el futuro. Los equipos no quieren malvender su producto ante la esperanza de una recuperación financiera y las empresas apenas tienen solvencia para atarse a medio o largo plazo.

Ante este panorama, muchas entidades han empezado por subastar otras partes de su zamarra. Con el pecho inmaculado, algunos como el Valencia lucirán publicidad en su manga y otros como el Sabadell optan por llevarla en la espalda. Por cierto, que el conjunto ché es el único de la Comunidad Valenciana que no cuenta con apoyo institucional, como sí tienen el Elche, el Hércules y el Alcoyano. Un patrocinio del que también gozan Real, Sporting, Levante y Nàstic.

Esta esponsorización es, junto a la de las cajas de ahorros -ambas, curiosamente, han dado la espalda al CCF-, la más numerosa en las categorías profesionales de una Liga en la que sólo los poderosos Barcelona y Real Madrid siguen en su oasis particular, con ingresos de casi 30 millones. Ni siquiera los aspirantes Valencia, Atlético, Sevilla o Villarreal han logrado manchar su camiseta para el curso 11-12. Y hasta el renacido Málaga ha optado por una organización como Unesco... a la que paga 1,5 kilos.

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