Sinónimo de problemas

La derrota ante el Alcorcón en Santo Domingo ha dejado al Córdoba en una situación comprometida que, de momento, cuando apenas se llevan disputadas cinco jornadas de Liga, no pasa de ser una llamada de atención. Su posición en la tabla, decimoséptimo con cinco puntos sobre 15 posibles, podría ser meramente anecdótica si no fuera porque los precedentes de la última década vinculan ese arranque a las temporadas más duras para el conjunto blanquiverde.

Con un balance de una sola victoria, dos empates y dos derrotas, el cuadro de Berges ha ido perdiendo posiciones hasta caer momentáneamente a la zona baja de la clasificación lastrado por dos circunstancias. Con sólo cuatro goles a favor, el CCF está entre los equipos menos anotadores de la categoría, con un promedio de menos de un gol por choque. Más preocupante empieza a ser su falta de fiabilidad lejos de casa, ya que sus tres desplazamientos se han saldado con un par de empates (en Murcia y Lugo, con un tanto salvador de Patiño en el tramo final) y la derrota en Alcorcón. En casa aguanta el tipo tras su convincente triunfo sobre el Racing (2-0) y la derrota por la mínima ante el líder Elche (0-1).

Con esos datos, las sensaciones son ambivalentes. El juego no es malo, salvo errores defensivos puntuales, fallos de concentración en el arranque de los partidos y la citada carencia de gol que ha impedido mejores resultados, pero los números juegan en contra. Por el momento, Berges mantiene todo el crédito, reforzado -al menos de cara al exterior- con la ampliación de su contrato por una temporada más, pero la historia reciente ofrece algunos motivos para la preocupación.

Porque desde su retorno a Segunda en la campaña 99-00, el Córdoba ha vinculado sus inicios titubeantes a las temporadas en las que pasó más apuros para mantener la categoría. Cinco partidos apenas suponen algo más de un 10% del curso y sus datos son meramente orientativos, pero para el CCF sí han servido para marcar una tendencia de lo que podría esperarse de la temporada.

En cuatro de esas campañas (las consecutivas que van desde la 01-02 hasta la 03-04, más la 10-11), el Córdoba se movió en situaciones similares a estas alturas del curso. En las dos primeras igualó la decimoséptima plaza con sólo cuatro puntos (un triunfo, un empate y tres derrotas), mientras que en la tercera de ellas bajó un puesto (18º) con los mismos puntos, fruto de cuatro empates y una derrota en un primer mes de competición huérfano de victorias. En los tres casos, los blanquiverdes tuvieron que pelear hasta la última jornada para atar la permanencia, al acabar decimotercero en la 01-02 (53 puntos); decimoquinto en la 02-03 (50 puntos) y decimosexto en la 03-04 con una agónica salvación merced a sus 49 puntos finales. También fue difícil el inicio del curso 10-11, el segundo de Lucas Alcaraz al frente, pues con cuatro puntos cayó hasta la decimoquinta plaza en una temporada que se saldó con una cómoda salvación merced a los 52 puntos.

Sólo una vez el Córdoba firmó un peor arranque en la última década, y el dato no es muy halagüeño: el año del descenso. En la infausta campaña 04-05, con Esteban Vigo en el banquillo, los blanquiverdes sellaron un pésimo inicio con un solo punto en los cinco primeros encuentros (la serie se alargaría hasta la jornada nueve), quedando relegados a la penúltima posición. La milagrosa remontada de la segunda vuelta no bastó para salvar a un equipo que acabó bajando a Segunda B (decimonoveno) con 46 puntos.

Los otros precedentes son menos preocupantes. Con cifras entre los siete y ocho puntos sobre los primeros 15 en juego, el CCF navegó por la zona media en sus dos primeras campañas (99-00 y 00-01) y en las tres siguientes a su retorno a la categoría (de la 07-08 a la 09-10). Para encontrar los mejores números hay que llegar hasta la pasada temporada, con Paco Jémez como entrenador, cuando el Córdoba llegó a la quinta jornada en la sexta plaza gracias a sus 10 puntos (tres victorias, un empate y una sola derrota).

Por todo, aún es pronto para encender las alarmas, pero sí las señales de atención. Los errores puntuales (pero reiterativos) en el arranque y el duro calendario que se le avecina al equipo de Berges son suficientes para alertar a un conjunto que ya sabe que un inicio titubeante es sinónimo de problemas en El Arcángel.