En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
Quién será el Bruto que empuñe el puñal contra el César? Como es sabido, los conjurados contra Julio César esperaron una última muestra de piedad, pero cuando César se negó –“Soy tan constante como la Estrella Polar”–, sacaron los puñales y lo acuchillaron en medio del Capitolio. “¿Tú también, hijo mío?”, dijo el agonizante César al ver el cuchillo en manos de su hijastro y antiguo aliado. Eso es lo que contó Shakespeare y así es como lo recordamos, pero quizá las cosas no fueron así y todo ocurrió de una forma mucho más trivial, mucho más pedestre. No podemos saberlo. Pero si hay algo que nos enseña esa famosa escena shakespeariana, es que los allegados –incluso los más íntimos– son los conspiradores que van a acabar con el César que ha caído en desgracia y está condenado a perder el poder.
Y ahora me pregunto quiénes serán los conspiradores y los Brutos que a estas horas estén afilando los cuchillos en la sede de Ferraz. Que hay una conspiración en curso es algo que parece innegable (si no es así, es difícil entender que se filtraran las acusaciones de acoso sexual de estos últimos días). Y que el César sigue aferrado al poder y por nada del mundo quiere perder el poder –“Soy tan constante como la Estrella Polar”– es algo que también parece innegable. Entonces, ¿quiénes estarán afilando los cuchillos? ¿Quiénes estarán conspirando en la sombra? Por supuesto, conociendo la ínfima catadura moral de la gentecilla que ha ocupado el poder en la sede de Ferraz es imposible pensar en nada que tenga un mínimo de grandeza shakespeariana. Todo será ramplón, vulgar, canalla, según el estilo marca de la casa (ya saben: “el putero” contra “el guapo”, al que uno de los dos “ha mandado a tomar por el culo”, según la jerga habitual de estos esclarecidos discípulos de Emmanuel Kant). Ni siquiera hay que pensar en el barroquismo delirante del Tirano Banderas o en las páginas memorables que Galdós dedicó al asesinato de Prim. No, nada de esto. Todo será –todo es ya– sórdido y miserable y grotesco. Todo será comedia barata e histeria e impostura, igual que ha sido desde el primer momento este régimen bananero que hemos tenido la mala suerte de soportar.
Lo único que no sabemos es quién será el Bruto de esta historia. O la Bruta. Yo me inclino por una Bruta.
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