Memorias de un jerezano

Hay futbolistas que pasan desapercibidos y otros que, no se sabe muy bien por qué, quedan en la memoria de un colectivo. Daniel López Ramos pertenece al primer grupo. Sin embargo, un vistazo a su historial refleja la admirable trayectoria de un defensa que mañana cumplirá su partido 231 en Segunda División, categoría en la que cumple su séptima campaña consecutiva. A sus 31 años, el jerezano se prepara para retornar a El Arcángel, el estadio que fue suyo entre 2001 y 2005. En una época tan convulsa como aquélla, resistir resultaba difícil. Él lo hizo, y se marchó como capitán. El equipo acababa de consumar un estrepitoso fracaso, aderezado con una emotiva pero inconclusa remontada. Fue el cincuentenariazo.

López Ramos recaló en el Córdoba en la temporada 01-02, tras contribuir al ascenso a Segunda del Xerez. Y junto a la ribera del Guadalquivir completó una etapa fundamental en su carrera, como él mismo recuerda: “Fueron años importantes, que me enseñaron mucho a saber cómo estar en un vestuario y en un campo”.

Su currículum es envidiable. No por títulos, evidentemente inaccesibles en la división de plata, pero sí por su capacidad para amoldarse a las circunstancias y seguir ahí, al pie del cañón. En el Córdoba fue de más a menos, aunque siempre cumplió en la demarcación de lateral izquierdo y, eventualmente, como central.

En su primer ejercicio como blanquiverde disputó 41 de los 42 partidos de Liga, en todos los casos como titular. Sólo faltó en una jornada, por acumulación de amarillas, y acaparó más minutos que ningún otro componente de la plantilla (3.649). Y al año siguiente, más de lo mismo: 3.326 minutos en 38 encuentros, nunca como suplente. Sólo Jauregi, quien convirtió el asunto de la portería en un monólogo, jugó más que él. En aquel curso anotó su único gol como cordobesista, y curiosamente con la diestra: el 14 de septiembre de 2002, Dani se incorporó al ataque y anotó el 2-0 provisional contra el Almería, que posteriormente encajó el tercero por obra y gracia de Marcos Márquez. Juanlu Hens había abierto el marcador para el combinado dirigido por Iosu Ortuondo.

Con el paso de los meses, López Ramos fue ganando peso en el vestuario, aunque su cuota de minutos mermó. En la temporada 03-04 se vio perjudicado por el fichaje de Juanmi y disputó 22 partidos (1.603 minutos), y ya en la 04-05, sumando la competencia de Gorka García y Jonay Hernández, llegó a los 23 encuentros (1.769). Aquél fue un desenlace triste, en el que al Córdoba se le cortó la digestión después de un arranque envenenado por el dichoso veto del plantel a los medios de comunicación. Él, como capitán, asumió el trago de leer un comunicado auspiciado por Esteban Vigo. Así les fue.

El Córdoba bajó, pero López Ramos mantenía su caché en la categoría. El Polideportivo Ejido se hizo con sus servicios, y su bagaje en Almería también es para tener en cuenta: 39 y 35 choques en cada una de las campañas en Santo Domingo. El pasado verano firmó por Las Palmas, donde su presencia es indiscutible: ha jugado 32 de los 34 partidos, siempre en el once, y suma más minutos (2.691) que cualquier miembro de la plantilla cordobesista. Los que más se le acercan son Pierini (2.492), Asen (2.485) y Diego Reyes (2.470).

Dani está a punto de volver a Córdoba, donde tanto vivió. A su juicio, el club merece continuar en la Liga BBVA “por ciudad y por entidad”, pero su diagnóstico no es halagüeño: “A pesar de que empezó bien, le está empezando a pasar factura venir desde abajo al final de temporada”. Profesional como el que más, desea “suerte” al cuadro de José a partir de este domingo, pues “tenemos que salir a ganar, ya que dar un zarpazo allí sería muy importante”.