Xerez | córdoba · informe técnico

Ideas claras y mucho tino

  • El CCF se recompuso del tempranero gol rival y aprovechó en un final de primera mitad fantástico su superioridad numérica · El golazo de Javi Flores, la guinda ideal.

Cuando las bases están sentadas se puede ganar, perder o empatar pero un equipo se hace acreedor de respeto. Al Córdoba de este tramo de temporada todo el mundo le conoce y le teme. Sobre todo por algo que es fundamental para conseguir los triunfos en el deporte: competitividad y generosidad en el esfuerzo. Ayer, aunando los dos elementos, venció merecidamente al sexto en su feudo. Dando si no un puñetazo sí un palmetazo de atención en el tablero de la categoría.

Defensa

El Córdoba inició el encuentro concienciado de lo que tenía que hacer para frustrar el engranaje ofensivo xerecista. Ante la movilidad de Capi y José Mari, Alcaraz incidió en que tanto De Coz como Camille estuvieran muy atentos a sus caídas a bandas; contra el poderío de Mario Bermejo, Tena y Richy se turnaban para impedir que controlara cualquier balón en largo. Todo funcionaba estupendamente... hasta que Arteaga se resbaló. Era el minuto 16 y una transición rapidísima y bien llevada por Redondo desde el costado diestro descompuso el entramado defensivo. Tal vez la zaga estuvo algo contemplativa, pero el disparo de Mario Bermejo que finalizó la acción fue fabuloso.

El 1-0 daba una vuelta de tuerca al encuentro que duró poco. La desventaja numérica primero tras la expulsión de Lombán y los dos goles del Córdoba sacudieron por dos veces a Javi López. Ante lo primero dispuso el técnico catalán dos líneas de cuatro netas con Bermejo como único atacante; ante lo segundo -hasta el descanso- apenas le quedó apelar a la casta. La retaguardia de Alcaraz resolvió de forma muy aseada la papeleta hasta llegar al vestuario. Después, a los blanquiverdes les entraron ciertas dudas ante las aún timoratas embestidas del Xerez. A pesar de la fabulosa labor de Luque, el balón les quemaba en los pies y los metros regalados en el verde eran el único aval que podía exhibir su enemigo para soñar con una remontada. Pero se notó la inferioridad y la única acción clara rival fue un remate al larguero de Gioda. El 1-3 provocó que el final fuese extrañamente plácido ante todo un Xerez.

ataque

Sin duda, el Córdoba rentabilizó ayer el sudor de su línea de vanguardia con goles. Durante el primer cuarto de hora, los dos delanteros -Charles y Oriol- cumplieron a rajatabla las instrucciones de Alcaraz. Es decir: correr como posesos en la presión y luego descolgar balones lanzados desde larga distancia. A pesar del gol del Xerez, no fue un cambio de sistema sino un arranque de genialidad y furia de uno de los dos estiletes el que cambiara la cara del duelo. Charles robó una vez más la cartera a un enemigo despistado (en Vallecas fue a Javi Fuego) y forzó la expulsión de Lombán, que además es el mejor de los defensas xerecistas. Crecido por su superioridad, el Córdoba movió con muchísimo criterio la pelota. El empate llegó gracias a un servicio de Arteaga -una vez más las acciones a balón parado- espectacularmente rematado por Charles. El tanto soltó definitivamente al equipo blanquiverde. Usero, libre de ataduras defensivas, hacía rodar el balón a su antojo y Luque estaba perfecto. En bandas, aunque Callejón era el que más aparecía no terminaba de ser preciso y fue otra vez Arteaga quien inició la jugada del 1-2, en la que se vio todo el despliegue de fútbol del Córdoba. En la segunda parte, el flujo ofensivo del equipo disminuyó,debido al -hasta cierto punto- lógico repliegue. A pesar de todo, Pepe Díaz pudo marcar un 1-3 que Javi Flores, quien ayudó muchísimo en el poco tiempo que actuó, sí consiguiera de una forma inolvidable.

virtudes

Gran lectura del encuentro por jugadores y técnico. Ideas muy claras.

talón de aquiles

El hasta cierto punto comprensible paso atrás en la segunda mitad.

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