La temporada en progresión de Fátima Gálvez tiene desde hoy un nuevo examen en Siggiewi (Malta), con la disputa de la tercera cita de la Copa del Mundo de foso olímpico. Junto a las mejores del ranking mundial, en el que es segunda con 1.563 puntos, la tiradora baenense buscará su segundo podio internacional consecutivo, tras su discreto estreno en Guadalajara (México) y la plata de Changwon (Corea del Sur). Sería la mejor forma de preparar su primera gran prueba de 2018, los Juegos del Mediterráneo de Tarragona, que se celebran a finales de mes y en los que la cordobesa tratará de mejorar el segundo puesto logrado en 2013 en Mersin (Turquía).

Siempre cerca de las mejores, el inicio de curso ha demostrado la capacidad de adaptación de la baenense al nuevo modelo de clasificación, con tres tiradas en una primera jornada y otras dos en la segunda, previa a la lucha por las medallas reservada sólo para las seis primeras. Ese sistema penalizó a Fátima en la primera parada del certamen, en México, donde no pudo entrar en la lucha final como sí logró en la siguiente prueba, en Corea, donde terminó en la segunda plaza, sólo superada por la finlandesa Satu Makela-Nummela.

Ahora, para confirmar esta progresión, la tiradora baenense quiere asaltar definifivamente el primer lugar del podio. Para ello tendrá que pelear desde hoy a las 8:00 con otras 64 tiradoras, entre las que la gran ausente es la número uno del mundo, la australiana Catherine Skinner; tampoco está la sanmarinense Alessandra Perilli, quinta. Pero sí estarán su último verdugo en Changwon, la estadounidense Ashley Carroll, las italianas Jessica Rossi y Alessia Iezzi, la china Xiaojing Wang, la eslovaca Zuzana Rehak Stefecekova y la australiana Penny Smith. Un cartel de auténtico lujo para examinar a Fátima Gálvez de cara a su primera gran cita de la temporada, esos Juegos del Mediterráneo que, para más presión, se disputan en casa, y en los que intentará asaltar un titulo que en 2013 en Turquía le arrebató la entonces campeona olímpica, la italiana Rossi.