Hablar de la jornada 15 de la Liga española, de toda la jornada, se complica cuando dos futbolistas, dos delanteros, rompieron sendos récords con sus goles. Por muy cansino que sea, es el día de Messi y Falcao.

El argentino lo consiguió. Se sabía, sí, pero faltaba por saber cuándo y dónde. Fue en el Benito Villamarín, a pesar de que algún agorero creía que se quedaría a las puertas del récord del mítico Gerd Müller tras ver cómo se echaba las manos a la rodilla el pasado miércoles ante el Benfica tras un encontronazo con el portero luso. Con 86 goles en todo 2012, Messi superó por fin la marca del ariete alemán. Hay quien se habrá quedado ya tranquilo, pero no el propio Messi, todo ambición, que querrá seguir aumentando el registro para engordar también el del Barça de Tito, que lleva 14 partidos ganados.

Sólo Falcao y su Atlético les hacen sombra. Uno, con sus cinco goles al Deportivo el día que Messi establecía un nuevo récord, y el otro, aguantando el tirón azulgrana a su rebufo con otra oportunidad de demostrar si este año va de verdad o no. Perdió la primera al caer contra el Madrid en el Santiago Bernabéu. La segunda, el próximo domingo en el Camp Nou, al que llegará a 6 puntos del líder.

Allí estarán dos delanteros que van camino de convertirse en mitos. El colombiano ha marcado 43 goles en 44 partidos oficiales con el equipo rojiblanco en 2012. Los últimos cinco ante el Deportivo. De una tacada. Nunca antes, en los 46 años de encuentros en el Vicente Calderón, un jugador local anotó cinco tantos en un partido. Las mejores marcas en el Manzanares habían sido de cuatro tantos, con Luis Aragonés, en un 5-0 al Mallorca (1967); Julio Orozco, en un 5-0 a la Real Sociedad (1971); el brasileño Baltazar, en un 6-1 al Espanyol (1988), y Manolo Sánchez, en un 5-1 al Cádiz, como protagonistas. Curiosamente, Falcao batió todos esos registros con unos números que coinciden con la llegada de Diego Simeone al banquillo atlético a finales del 2011.

El Atlético es segundo con algo menos de un tercio de Liga ya recorrido. El año pasado el Valencia quedó tercero con 61 puntos. El conjunto madrileño ya lleva 37. Aguantando ese ritmo tiene el puesto de Champions asegurado.

Seguramente como el Real Madrid, pero eso es un consuelo menor para un equipo que aspira a ganar la Liga. De nuevo un par de chispazos lo salvaron de la debacle. Esta vez le tocó el papel de héroe a Özil. El de antihéroe, señalado por Sergio Ramos, al colegiado Pérez Montero por anularle de forma incorrecta un gol por fuera de juego. Se equivocó, sí, y el madridismo se ha encendido contra el estamento arbitral para tapar sus miserias en la Liga, por donde andan a 11 puntos del Barcelona. Se equivocó en contra del Madrid, pero no es diferente a lo que les pasa jornada tras jornada al Osasuna, el Granada, el Mallorca, el Deportivo... y a cualquier equipo que juegue en un campeonato en el que los árbitros, además de malos, son humanos.

Ahí está el Sevilla para corroborarlo. Muñiz Fernández no acertó con la expulsión de Reyes. ¿El resultado? Nevera. Y ya es el tercero que tras pifiarla con los hispalenses es castigado con una jornada de reflexión, después de Undiano Mallenco (en la jornada 4 ante el Real Madrid) y Mateu Lahoz (contra el Barcelona en la jornada 6).

Por lo demás, el campeonato empieza a partirse. El Málaga recuperó en la Liga el paso firme con el que camina por el continente, mientras que el Levante y el Betis mantienen vivo un sueño europeo al que el Sevilla y el Valencia quieren engancharse. Por abajo la necesidad empieza a apretar a clubes y entrenadores. Oltra es colista con el Deportivo, que ha sumado un punto de los últimos 15 posibles. Peor es la racha de Caparrós con el Mallorca: dos puntos de los últimos 30. El técnico se la juega contra el Athletic como en su día lo hizo Pepe Mel ante el Valencia cuando llevaba un punto de 30 posibles. Si Caparrós no gana, empeorará la pésima racha del madrileño.