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Convidado de piedra

  • Escasa tensión El Córdoba paga su lánguida puesta en escena ante un Hércules que se empleó con mucha autoridad desde el principio Sin reacción Los cambios no alteraron la imagen indolente del CCF

Al Córdoba ni se le pasó por la cabeza destrozar quinielas en el Rico Pérez. El Hércules, muy motivado al verse retrasado en la pelea por ascender a Primera, abusó de un equipo que repitió su peor resultado de la temporada (4-0, como en Villarreal), reduciendo muy mucho las opciones de Raúl Navas de hacerse con el trofeo Zamora. El conjunto de Esteban Vigo recuperó su mejor versión en una noche pésima del cuadro de Lucas Alcaraz, quien introdujo variantes tácticas con consecuencias desastrosas. Al CCF, atascado en los 48 puntos, no le queda otra que pasar página y atar la permanencia cuanto antes, a ser posible dentro de cuatro días en el derbi con el Recreativo en El Arcángel.

Entre los once jugadores que saltaron al campo con camisetas de apoyo a la candidatura de Córdoba para la Capitalidad Cultural de 2016 había novedades tácticas. Con tantos centrales y mediocentros de categoría, Lucas Alcaraz juntó en la alineación a Gaspar y Agus atrás y Jesús Rueda, Scotti y Carpintero en el medio. Sin interiores, tanto Gerardo como Fuentes tenían toda la banda para incorporarse, al tiempo que Arteaga se movía entre líneas como enganche y Juanjo y Asen formaban la delantera prevista en ausencia de Pepe Díaz, a quien se echó de menos por su encomiable capacidad para presionar.

El Hércules, mucho más agobiado por los imperativos clasificatorios, se hizo pronto con el mando. Un disparo centrado de Tiago Gomes, una internada con centro de Delibasic y una diagonal de Sendoa conjurada por Gaspar constituyeron los primeros avisos del alicaído conjunto de Esteban Vigo, que ya no es favorito en la carrera por el ascenso. Sin embargo, su moral subió muchos enteros cuando sólo habían transcurrido siete minutos: Fuentes se quedó enganchado en un saque de esquina en contra, Sendoa vio a un Tote al borde del fuera de juego y el capitán albiazul no perdonó con su pierna menos buena, la diestra.

Demasiado poco había durado la resistencia visitante. Y el Hércules no levantó el pie del acelerador: Agus cortó un peligrosísimo pase hacia Delibasic, Fuentes fue amonestado y Raúl Navas desvió a córner una falta lateral cerrada por Sendoa. Los argumentos ofensivos del Córdoba con el nuevo esquema, una especie de embudo que despreciaba los carriles, eran prácticamente nulos.

El sufrimiento de Fuentes en su regreso al equipo después de tres jornadas de baja se confirmó en el minuto 19. El lateral zurdo se despistó ante Sendoa y el vasco, capaz de dejar en evidencia a cualquiera por la izquierda o por la derecha, se sacó un disparo raso muy ajustado al palo largo. Craso error, bonito gol.

Con 2-0 ya, el canterano se redimió ligeramente al taponar a Tote en una acción que la grada reclamó como penalti. No fue hasta entonces cuando el CCF se acercó a los dominios de Calatayud, aunque fuera a balón parado: Arteaga encontró a Agus, desmarcado en una jugada ensayada, pero el manchego llegó muy forzado.

Alcaraz buscó otro guión con un retoque: Asen y Arteaga se abrieron a los costados y Juanjo quedó como referente. El Hércules pasó a defenderse con la pelota, tocando y tocando gracias a la calidad de sus futbolistas. Ahí, Farinós es el jefe. Con el choque encarrilado, los anfitriones bajaron las revoluciones sin renunciar a más goles a través de triangulaciones, permutas y balones largos. Tote acarició el tercero a centro de Sendoa. Vaya par.

El partido tenía muy mala pinta para el Córdoba, que necesitaba algo distinto para enchufarse. Su ocasión más clara llegó en el minuto 37, en un centro desde la derecha de Juanjo que Carpintero remató en carrera en la frontal del área pequeña. En la siguiente aproximación, Gerardo avanzó con determinación hasta dejarse caer junto a la corona del área, pero Gil Manzano no picó. Delibasic y Danciulescu no hurgaron en la herida a pesar de disponer de sendos cabezazos francos y la primera parte murió con un pase de Tote a Farinós, los dueños de la situación.

Lucas apeló a su habitual 4-4-2, con doble pivote (Rueda-Carpintero), en el paso por los vestuarios. Scotti se quedó en la ducha y José Vega entró como interior izquierdo, con Arteaga pegado a la derecha. Sin embargo, el propósito de enmienda se difuminó en el enésimo córner a favor del Hércules. Farinós puso una rosca perfecta y Danciulescu cabeceó sin oposición. El rumano compartió la celebración del tercero con Rufete, un jugadorazo -ya en el ocaso de su carrera, eso sí- en el banquillo. También habían sido suplentes Abraham Paz o Portillo. Eso es potencial para subir y lo demás es tontería. El siguiente reserva en acaparar la atención fue Javi Flores, que volvió a jugar tres meses después de lesionarse en Villarreal.

El sacrificado fue Arteaga, seguramente pensando en las batallas que faltan por librar. Al Córdoba apenas le quedaba el amor propio de sus hombres para maquillar sus paupérrimos números a domicilio, donde sólo ha ganado dos partidos en todo el campeonato y ha marcado nueve goles. Por eso, y por su solvencia en casa, está como está. Esteban y Alcaraz minimizaron los riesgos en la media hora final, que se hizo muy larga. Kiko Femenía, el juvenil al que se aferró el Cádiz para plantear su permanencia en los despachos en el verano de 2008, salió por un Tote ovacionado. El estadio, ola incluida, disfrutaba con un triunfo imprescindible. Herreros suplió a Fuentes, recién salido de su lesión, y Rufete también recibió el cariño del público al reemplazar a Juanra.

Disparos infructuosos de Jesús Rueda o José Vega sellaron algunas tentativas de un Córdoba entregado a su suerte. El más implicado era Juanjo, interesado en reivindicarse después de dos semanas inédito. La goleada estaba escociendo a unos jugadores protestones, mosqueados por el repaso. Y eso que el Hércules ya se dejaba llevar. No obstante, Danciulescu pudo anotar el cuarto tras un centro de Sendoa y Vigo agotó los cambios con Portillo, un lujo en el banquillo del equipo alicantino

Corría el minuto 77 cuando Calatayud blocó el primer disparo cordobesista entre los tres palos, un zurdazo raso de Asen desde fuera del área. El partido fue un suplicio para los atacantes, estériles, y los defensores, castigados a pesar de su esfuerzo: las contadas subidas de Gerardo no fueron captadas por sus compañeros y Gaspar y Agus tuvieron que aplicarse al corte hasta el final. El de Bonete terminó fundido, con calambres.

Portillo dispuso de una gran oportunidad en un mano a mano resuelto por Raúl Navas, que ya en el 88' tuvo que responder en dos disparos desde cerca de Sendoa. Las contras del Hércules eran dagas en el entramado defensivo de un bloque martirizado por el despliegue de un rival muy superior, que aún tuvo tiempo de redondear la paliza con el doblete de Danciulescu tras un centro de Sendoa y otro paradón de Navas a remate de Portillo. Una apisonadora que ayer se cebó con un Córdoba encogido y sin respuesta.

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