El Comité Olímpico Internacional se mostró ayer dispuesto "a cancelar o postergar" cualquier prueba de los Juegos de Pekín si constata que la contaminación de la capital china puede ser perjudicial para la salud de los atletas durante la competición.

"Tomaremos todas las decisiones junto a las federaciones internacionales si los datos nos indican que debemos cancelar o postergar un evento", afirmó el sueco Arne Ljunqvist, presidente de la Comisión Médica del COI durante una conferencia de prensa llevada a cabo en Pekín.

Ljunqvist, que ante la Asamblea de este organismo señaló que se han exagerado los efectos nocivos que la contaminación de Pekín puede tener para los deportistas, explicó que trabajan con pronósticos para las próximas 72 horas, con certeza para las siguientes 24.

"No tenemos un límite para decir "esto es demasiado". Es una evaluación después de medir los contaminantes y otros aspectos como la dirección del viento, la temperatura y la humedad. El año pasado solicitamos los datos de medida de ozono pero no pudieron dárnoslos en los 27 sitios que solicitamos porque sólo hay dos lugares de medición, uno en la Villa Olímpica y otro en una zona rural", comentó el directivo sueco.

Cuestionado por el uso de mascarillas como las utilizadas por varios miembros del equipo olímpico estadounidense a su llegada a Pekín, el doctor Ljunqvist se mostró poco partidario de su uso. "Yo no me pondría una mascarilla sea atleta o no", dijo.

"Dudo de la eficacia de esta medida como para recomendarla, salvo por enfermedad asmática. El Comité Organizador ha adoptado medidas muy estrictas desde la concesión de los Juegos para poder asegurar la calidad del aire en Pekín. Son medidas que no tienen precedentes", añadió Ljunqvist.

El sueco citó además un estudio privado sobre la calidad del aire que constató que en alguna jornada los índices de polución eran más elevados en Nueva York que en Pekín, un hecho que sin duda demuestra que la seguridad llevada a cabo en relación a ello es al menos bastante respetable.