Xerez | córdoba · frente a frente2 tiros a puerta 155 pases completos 625/8 robos/pérdidas 7/595 minutos jugados 95

De más a nada; de menos a todo

  • Si Capi llegó a Chapín para recuperar el brillo que tuvo en el Betis, Jorque Luque volvió al que fue su estadio para firmar una dulce venganza · El cordobés ejerció de mariscal en la medular hasta adueñarse del pleito.

Puede que para el recuerdo del triunfo del Córdoba en Chapín queden sólo los dos goles de Charles y la estampa de Javi Flores enseñando el escudo tras el obús que sentenció el encuentro con el tercer tanto blanquiverde. Pero en la intrahistoria del partido y para el buen aficionado que degusta el fútbol con sorbos cortos quedará el deslumbrante partido de Jorge Luque en su regreso a Chapín. Monumental, en una de sus mejores actuaciones desde que firmó por el Córdoba, el centrocampista de Las Palmeras se comió el partido y se llevó de calle el duelo en la distancia que mantuvo con Capi, el hombre encargado de llevar la manija de un Xerez sin mando en plaza.

Es verdad que todo cambió a los 20 minutos con la expulsión de Lombán, un hecho que condicionó el encuentro, pero en los momentos clave es cuando unos dan un paso al frente y otros al costado. Capi, que empezó luciendo su diestra de seda, se difuminó hasta acabar en un discretísimo segundo plano, mientras que Jorge Luque cogió los galones necesarios para echarse el equipo a la espalda y comandar una gran victoria en un campo de fuste.

Capi llegó el pasado verano al Xerez como refuerzo estelar del cuadro azulón. Tras una década como santo y seña de la cantera bética, el jugador de Camas vivió los mejores y los peores momentos del cuadro de Heliópolis hasta que entendió que el mejor camino para alargar su carrera era salir de casa. Con lágrimas en los ojos y tras 14 años de servicio en la casa verdiblanca, el que llegara a ser internacional de la mano de José Antonio Camacho -vistó la roja en cuatro ocasiones- aterrizó en Chapín dispuesto a aportar su clase y calidad, cualidades a las que se suele apelar cuando a los 33 años el físico ya no es tan boyante.

Apenas se llevaba un minuto de partido cuando el jugador sevillano ofreció todo lo que tiene, una rosca de seda en una falta lateral que llevó el primer peligro al área de Alberto. Eso es quizás lo único que le queda, pero todavía es suficiente para aportar jerarquía en Segunda. Desde la banda derecha, Capi y su calidad sirvieron como apoyo a los mediocentros xerecistas en un arranque que metió miedo, con apoyos diagonales y ofrecimientos constantes a los creadores de juego. El primer cuarto de hora metió el miedo en el cuerpo a un CCF superado por el toque de un Xerez que se adelantó en el marcador con una meridiana sensación de superioridad. Y en la mayoría de acciones estaba implicado Capi.

Fueron los peores momentos de un Córdoba sin balón. Uno de los que más sufría era Jorge Luque, de vuelta a un campo en el que reconoció que pasó "momentos buenos, pero también malos". Ante la baja por sanción de Alberto Aguilar, el cordobés formó pareja de pivotes con Usero, quedándose como primer hombre en la tarea de creación y de apoyo a la línea defensiva.

Con el Córdoba sobrepasado por su rival, Jorge lo pasó mal en el inicio, carente de chispa y algo cohartado por el rigor del sistema de Lucas, en el que el cordobés queda algo sacrificado en labores defensivas. Pero llegó la expulsión de Lombán y todo cambió.

Con uno menos, el Xerez ya no tenía el dominio del balón, y Capi se fue difuminando con el paso de los minutos, porque sin posesión, su juego no luce. Además, los jerezanos tuvieron que dar un paso atrás en su presión y dejaron libres espacios en el centro que Luque aprovechó para hacerse dueño de la medular y patrón del partido.

El cordobés leyó a la perfección el nuevo dibujo del choque y se hizo más visible a sus compañeros. Partiendo desde atrás, tomó la responsabilidad que no había ejercido en el arranque con un amplio repertorio. Pidiendo el balón, Luque rompió las líneas de presión enemigas, conduciendo con la pelota pegada al pie y apareciendo en tres cuartos de cancha para habilitar a los hombres más adelantados. Cuando no era posible avanzar así, apostó por el pase directo en profundidad buscando a Charles y Oriol, aunque brilló especialmente en su capacidad para abrir el juego a las bandas. Como si fuera un ventilador, dando oxígeno a un lado y al otro, el futbolista de Las Palmeras vio mil veces las subidas de Arteaga y, sobre todo, de Callejón. El CCF multiplicó su presencia ofensiva, y todo pasaba por Luque.

Si Charles fue el ejecutor, Luque fue el timón de la remontada, dominador del juego, un mariscal que impuso su presencia en el césped. A esas alturas, Capi era un alma errante por el césped, una figura decorativa enun choque que había cambiado por completo de guión.

En la segunda parte los blanquiverdes dieron un peligroso pasito atrás y Jorge no tuvo reparos en sacrificarse en defensa ante el empuje del Xerez, con más deseo que juego. Los locales volvieron a buscar a Capi persiguiendo el empate, queriendo encontrar el oxígeno y la frescura que ya no tenían. El golazo de Javi Flores acabó con la zozobra y ratificó el rotundo triunfo cordobesista en Chapín, donde Jorge Luque volvió y venció.

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