El Atlético Espeleño puso fin a su buena racha de resultados al caer derrotado por la mínima ante el Ayamonte. El tanto del conjunto onubense en el tramo final del encuentro dejó a los de Juan Carlos Quero sin respuesta y se marcharon del Ciudad de Ayamonte con su primera derrota tras haber sumado siete puntos en sus últimos tres jornadas. Un resultado que mantiene al cuadro de Espiel en la duodécima posición del Grupo X de la Tercera Federación con un total de 14 puntos en 12 partidos ligueros.

Tras empatar a cero la semana pasada en casa ante el Coria, el Espeleño buscaba prolongar su dinámica de partidos consecutivos sin perder a costa de un Ayamonte que es todo un rival directo por la permanencia. Los de Quero tenían la oportunidad de mejorar sus números como visitante ante uno de los peores locales del Grupo X y, además, despegarse todavía más de los puestos de descenso.

Con tanto en juego, el choque desde el inicio destacó por su igualdad. En los primeros diez minutos de encuentro ya hubo un intercambio de golpes en ambas porterías: primero fue Rubén Jurado quien asustó a los onubenses con un disparo que se marchó algo y luego llegó la respuesta ante la que tuvo que intervenir Rafa Martínez bajo palos. Pese a los intentos peligrosos, las interrupciones rebajaron la intensidad de un encuentro con excesivo respeto.

En la segunda mitad la tuvo Álex Molina desde un lanzamiento de falta que pasó rozando la meta local. En busca de un revulsivo que rompiera las tablas, ambos conjuntos movieron el banquillo constantemente, pero las defensas se estaban imponiendo a los ataques con solvencia. De hecho, todo hacía indicar que el encuentro acabaría en un empate sin goles, hasta que antes del 90' saltó la sorpresa a favor del Ayamonte.

Desde el saque lateral, el cuadro onubense aprovechó el despiste de la defensa de los visitantes para que Jorge Ceballos recogiera el balón muerto en el corazón del área y lo convirtiera en el 1-0. Un tanto que significó la derrota del Atlético Espeleño pese a los intentos finales por igualar la contienda en los últimos compases de juego.