Ciclismo

Almáchar enciende La Vuelta

  • Primoz Roglic pierde el liderato ante el noruego Eiking en una jornada espectacular de ciclismo por tierras malagueñas, con ataques entre los favoritos y victoria en Rincón de la Victoria del australiano Storer

Storer levanta los brazos en Rincón de la Victoria.

Storer levanta los brazos en Rincón de la Victoria. / Efe

Almáchar, interior de la Axarquía, convirtió La Vuelta en un volcán. Llegó a Málaga la ronda española y la carrera subió de tensión en un final taquicárdico, con varias carreras distintas dentro de una sola por el asfalto malagueño. La victoria por la etapa, por el liderato real, por el verdadero y por el podio. Un firme rugoso e irregular, la plasta que caía, una subida dura, con dos cifras de porcentaje en sus últimos cuatro kilómetros, a la localidad malagueña a menos de 20 kilómetros de meta y una aparente relajación cuando se daba por hecho el cambio de líder. Situación para una tormenta perfecta que desató Primoz Roglic, que pudo asestar un golpe definitivo a La Vuelta con audacia al dejar a todos en el puerto pero también pudo perderla definitivamente al caerse, después de un susto previo, en el peligroso descenso. Por suerte, sólo chapa y pintura. Hay que agradecerle al esloveno la agitación. Marchaba con 20 segundos de ventaja sobre Enric Mas, despistado en el ataque, y Miguel Ángel López, el dúo Movistar, que a su vez dejó a Egan Bernal, último ganador del Giro, y Adams Yates. Con los telefónicos siempre el australiano Jack Haig, cerca en la general. Todos los Bahrain andan menos el que debiera, Mikel Landa. Los capos de la ronda, a fuego y estacazos por las carreteras malagueñas, que encierran etapas de fábula por alternativas, recorrido y paisaje, no optimizadas por las carreras profesionales. Esta vez sí. Aunque, claro, los diseños los hacen buenos los corredores.

Entre un gran gentío desde que a 65 kilómetros entró la carrera en la provincia, tras partir desde Roquetas de Mar, la Axarquía lució radiante, por la costa, desde Nerja hasta Rincón de la Victoria, con esa incursión interior por Almáchar que terminó de dar lustre a la etapa. Un gran escaparate internacional de la provincia en una carrera que se emite a más de un centenar de países. Mar e interior, arena y viñas, terreno plano y duros porcentajes. También alguna carretera con estado deficiente, que ayudó a romper. Y petardos y fuegos artificiales en la carrera, con Roglic al comando. Perdió el maillot de líder, si no de manera premeditada sí con cierta permisividad. Su equipo había dado el visto bueno a perder el maillot, que lucirá en sus espaldas el noruego Odd Christian Eiking, después de una fuga de 30 corredores a 100 kilómetros de meta con un excelente nivel medio, en la que había dos corredores a menos de 10 minutos en la general, Eiking y el francés Guillaume Martin. El australiano Michael Storer (Dsm), que ya había ganado en el Balcón de Alicante, entró vencedor en la confluencia de la Plaza Al-Ándalus y la Plaza José Domínguez ‘Pepe El Boticario’ de Rincón de la Victoria, entre una multitud de espectadores que jalearon la llegada dispersa, en pequeños grupos, de una serpiente multicolor troceada, con la definitiva abdicación de un Mikel Landa rara vez a la altura de las expectativas.

La Vuelta, pues, tuvo bastante agitación y cambios al llegar a Málaga. Esa subida a Almáchar a menos de 20 kilómetros de meta descartaba que los equipos de sprinters controlaran la carrera. Con la venia de Jumbo, el noruego Odd Christian Eiking (Intermarché) y el francés Guillaume Martin (Cofidis) eran los corredores mejor colocados en la general entre los escapados. Eiking, uno más en el eslabón del terrible deporte noruego, que lo mismo saca simultáneamente un campeón olímpico en 400 vallas, otro en 1.500 metros, uno más en triatlón y genera un futbolista de superélite mundial, tenía ventaja en el mano a mano y aumentó su diferencia en el descenso con Martin para vestirse de rojo, con 58 segundos sobre el galo. Ha sido segundo en la Artic Race este año. No parece un candidato firme, pero se merece el respeto. Por detrás, en la teórica carrera de verdad, no hubo distancia entre Roglic, Mas, López y Haig. Sí con los Ineos, Bernal y Yates, a 37 segundos. Llegó a tener 27 segundos de ventaja el esloveno, diferencia que ya era menor cuando dio con sus huesos en el suelo. Llegaron López, también encendido en el descenso, Haig y Mas primero.

Era una etapa bonita, pero los corredores la hicieron preciosa. Almáchar encendió La Vuelta con la ayuda de Primoz Roglic. Ver las cunetas llenas de gente y a élite mundial batiéndose el cobre sobre el alquitrán dio enlace a una Vuelta que este miércoles saldrá desde Antequera. En 2022, seguramente, la visita a la provincia puede ser más larga e intensa. Málaga estuvo a la altura y los corredores, más aún.

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