Como cabía esperar, El Arcángel registró su peor entrada de la temporada coincidiendo con la visita de un equipo de Primera División. Apenas 4.129 aficionados desafiaron al frío, un mal horario entre semana y, fundamentalmente, a los continuos sinsabores que el Córdoba ha ido dejando durante el curso para presenciar en directo el partido de ida de la ronda de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Hasta ahora, la afluencia siempre había estado por encima de los 10.000, algo que se espera que ocurra otra vez el sábado en la final ante el Extremadura.

Por si fuera poco, algunos de los valientes que optaron por pasar un par de horas de su tiempo de un miércoles noche a orillas del Guadalquivir se encontraron con un capítulo más de la caótica gestión del club blanquiverde esta temporada. El cambio en la política de precios efectuado en la noche del lunes, a menos de 48 horas del encuentro y cuando ya algunos cientos de seguidores habían retirado su localidad, hizo que hasta ya empezado el partido hubiera largas colas en las taquillas para recuperar la diferencia de dinero aportada. Un marrón.