Murcia - Córdoba CF | La Crónica

Sin ganas de ganar (1-0)

  • El Córdoba cae con una preocupante imagen ante un rival que penalizó su pasividad atrás

  • Sin capacidad de mando, del naufragio colectivo tampoco se libró Agné con sus decisiones

Fidel Escobar repele con el cuerpo un cabezazo de Chumbi.

Fidel Escobar repele con el cuerpo un cabezazo de Chumbi. / LOF

El Córdoba CF tocó fondo en Murcia ante un rival al que le bastó con tirar de orden y actitud para ser justo merecedor del triunfo. Porque en el fútbol, y más en una categoría tan perra como la Segunda B, hace ya tiempo que aquello de vencer sólo con el nombre pasó a mejor vida. Ahora, para tumbar a cualquier enemigo, es vital demostrar ganas de ganar, algo que el conjunto blanquiverde ha perdido con el paso de las jornadas. Y eso es lo más preocupante. Porque ver el play off a cinco puntos es algo circunstancial; pero no ver la más mínima intensidad en los balones divididos, sufrir ante la pasividad defensiva y llevarte las manos a la cara ante una incesante incapacidad para controlar los duelos es mucho peor.

Todo eso y más fraguó la derrota en el renombrado Enrique Roca ante un Murcia al alza. Un gol del veterano Víctor Curto, en una acción con hasta cuatro toques al borde del área pequeña de jugadores locales ante la mirada de la zaga cordobesista, decidió un encuentro marcado por un primer acto nuevamente inconcebible si el objetivo de verdad es estar en la pelea por el ascenso. El planteamiento difícilmente es entendible y luego la reacción buscada en el intermedio no sirvió para el rescate, porque más allá de acumular opciones ofensivas sin patrón alguno, el juego ni apareció. Y así es muy difícil.

Más allá de los toques de atención públicos, que se han mostrado insuficientes para cambiar la cara del equipo en este enero, Raúl Agné tiene que empezar a preguntarse hacia dónde quiere que se dirija un Córdoba que anda lejísimos de su mejor nivel. Queda por resolver el motivo del bajón, de una indolencia preocupante y que se viene repitiendo semana tras semana, sea cual sea el rival, sea cual sea el resultado final.

Ni el habitual empuje que suele provocar la llegada de refuerzos, ni la reestructuración tras el tropezón, grave, ante el Villarrubia en El Arcángel, con tres novedades en el once, tuvo efectos en la Nueva Condomina. El Murcia, sólo con un plus más de motivación y ganas, con la intención suficiente para llegar antes a cada pelota dividida, fue mejor desde el pitido inicial. Y gracias que dejó vivo el partido hasta el final, con el tanto de Curto como única diferencia, pues tuvo serias opciones de penalizar la pasividad defensiva de un CCF perdido y sin capacidad para sostenerse.

Con los jugadores aún en fase de adaptación al campo y sus circunstancias, una pérdida absurda de Fidel Escobar en la salida dejó a Víctor Curto en el mano a mano ante Becerra; la llegada al auxilio de Djetei y la tardanza del ariete en cargar su pierna zurda acabaron con el balón perdiéndose por la línea de fondo. El respiro, por el desenlace, no se tradujo en reacción alguna, y el conjunto grana fue creciendo en sus apariciones aprovechando que a su oponente apenas le duraba un suspiro la pelota en los pies.

Becerra intenta estirarse en la jugada del gol del Real Murcia. Becerra intenta estirarse en la jugada del gol del Real Murcia.

Becerra intenta estirarse en la jugada del gol del Real Murcia. / LOF

Y ha quedado claro en lo que va de curso, especialmente en esta etapa reciente, que sin posesión al Córdoba le cuesta muchísimo. Entre otras cosas porque transmite una preocupante sensación de apatía, de no querer hacer un mínimo esfuerzo para robar; como si siempre fuera a haber una segunda oportunidad para controlar al adversario de turno. Pero eso tiene un peligro real, porque o siempre ocurre así.

Pese a los intentos por ofrecer vías de escape de Willy, viniendo a apoyar con juego de espaldas, los visitantes jugaban lentos, previsibles, y casi siempre chocaban con el mínimo orden de un cuadro local un punto más definido en su ideal. Curto volvió a poner sobre aviso a Djetei tras un balón colgado desde la izquierda y Peque dio trabajo a Becerra tras la salida del consecuente córner antes de que un error en el despeje de Edu Luna permitiera la primera ocasión cordobesista: el debutante Ledesma pisó área escorado a la derecha y Marcellán resolvió bien en el uno contra uno.

Willy tiene las mejores oportunidades

Un saque de esquina abierto de González que no supieron cabecear Xavi Molina ni Djetei fue la siguiente aparición ofensiva visitante. Un oasis en el desierto de un equipo desdibujado al verse sin el control de la situación e inseguro en el juego sin pelota. Con la defensa flotante en todas las acciones, cualquier llegada grana ya era sinónimo de peligro. Lo intentó Meseguer con un zurdazo que no conectó bien y al final Curto encontró el camino del gol tras un primer remate de media chilena que repelió Becerra y que no sirvió para conectar al resto de jugadores, que se limitó a ver cómo la tocaban dos rivales más antes de que el ariete anotara como si estuviera en un parque.

Al CCF le tocaba otra vez levantarse ante la adversidad, cambiar por completo para evitar caer. La primera reacción, aún antes del intermedio, fue un taconazo de Willy tras envío de Cámara que Juanra desvió a saque de esquina; la segunda agitación llegó en la caseta, con el relevo de Moutinho por Xavi Molina, dibujando ya de salida un equipo de un perfil más ofensivo, con Imanol otra vez de pivote posicional por detrás del suizo y De las Cuevas.

Xavi Molina se lanza al suelo para intentar recuperar un balón. Xavi Molina se lanza al suelo para intentar recuperar un balón.

Xavi Molina se lanza al suelo para intentar recuperar un balón. / LOF

Sin terminar de hacerse con el balón, al menos los blanquiverdes consiguieron que el segundo periodo se jugara más en campo contrario. Pero fue con un envío en largo como más cerca estuvo de llegar el empate, y por partida doble; Marcellán repelió primero el zapatazo de Valverde tras el fallo de Quereda, y luego se encontró con el cabezazo a quemarropa de Willy con todo a favor.

La ofensiva final cordobesista parecía que comenzaba a tomar forma. Pero nada más lejos de la realidad. El Murcia supo rehacerse desde los cambios y la falta de claridad de ideas dentro y fuera del campo de los blanquiverdes hizo el resto. La entrada de Jesús Álvaro y Fran Gómez para abrir el campo chocó con una lectura correcta de qué hacer en cada posesión. Las pérdidas se fueron sumando, cada vez más lejos del área, dando opción a los locales a salir a la carrera y amenazar a un Becerra que, ya en el alargue y con el equipo roto, salvó el 2-0. No hizo falta, pues el Córdoba ya se había entregado a su suerte.

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