CD Mensajero - Córdoba CF | La Crónica
  • Un penalti en contra en la última jugada del partido cuesta dos puntos a los blanquiverdes tras una pésima segunda parte en La Palma

Quien juega con fuego... (1-1)

Carlos Marín se lamenta en el suelo mientras Ruymán celebra el empate del Mensajero. Carlos Marín se lamenta en el suelo mientras Ruymán celebra el empate del Mensajero.

Carlos Marín se lamenta en el suelo mientras Ruymán celebra el empate del Mensajero. / LOF

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

El Córdoba CF volvió a dejarse dos puntos en el camino que ya tenía ganados. Esta vez fue en La Palma, en un partido que los blanquiverdes no fueron capaces de sentenciar en la primera parte, en la que fueron muy superiores al Mensajero, hasta que se les volvió en contra en la última jugada del partido, después de una lamentable segunda parte de los hombres de Germán Crespo, a los que el técnico bien haría en dar un toque de atención.

Porque al igual que cuando el equipo blanquiverde acumulaba victoria tras victoria todo eran alabanzas, ahora que el rendimiento colectivo ha caído de manera notable, bien haría el técnico en poner los puntos sobre las íes. Todo sea por no estropear una primera vuelta de campeonato de sobresaliente, que iba para matrícula de honor hasta que al Córdoba CF le dio por empezar a conceder a los rivales en situaciones en las que antes no lo hacía.

Con todo, y al tratarse de un partido aplazado, el balance numérico para los cordobesistas no es malo, pues amplían su diferencia con el Cacereño hasta los siete puntos. Es la tendencia, que señala que ya son cuatro las salidas sin conocer la victoria, lo que debe preocupar a Germán Crespo de cara al tramo definitivo del curso.

Pese a las dificultades que planteaba el escenario, y al ultradefensivo planteamiento del Mensajero en los primeros compases del partido, el Córdoba encontró la portería del conjunto canario ya en los primeros compases. De hecho, se debieron adelantar los de Germán Crespo en su primera llegada, con un centro de Javi Flores que Willy remató de cabeza al fondo de la red, viendo como el árbitro le anulaba el gol por un más que dudoso fuera de juego. Con los de Yurguen Hernández atrincherados en torno a su área, el Córdoba impuso un fútbol práctico y al cuarto de hora fue Adrián Fuentes el que vio como le anulaban un remate en el mano a mano ante Nauzet que terminó en gol, aunque el árbitro volvió a considerar que el madrileño partía desde fuera de juego.

Para entonces, el Córdoba ya dominaba todas las facetas del juego, pese a las dificultades por rasear el balón y combinar como acostumbra el conjunto blanquiverde. El Mensajero, más preocupado de defenderse que de atacar, no inquietó a los cordobesista en ningún momento. Y cuando eso sucede, el CCF acaba encontrando el camino del gol. Fue, por fin, en una jugada de estrategia. Una falta lateral en el minuto 24 la tocó en corto Javi Flores, para que Simo le devolviera el balón y el de Fátima la pusiera templada al punto de penalti, desde donde cabeceó Bernardo, poderoso en el salto, mandando el balón a las redes.

Puga intenta ganar un balón en un salto con Samuel, del Mensajero. Puga intenta ganar un balón en un salto con Samuel, del Mensajero.

Puga intenta ganar un balón en un salto con Samuel, del Mensajero. / LOF

El gol obligó al Mensajero a salir de la cueva y buscar algo de profundidad en su conservador esquema de tres centrales y cinco centrocampistas. Un centro de Samuel desde la izquierda lo remató en la derecha Juanda, topándose con el cuerpo de Javi Flores. Poco después, un despiste inexplicable de Alonso permitió a Edu Salles recibir en el área un nuevo centro de Samuel, pero por fortuna el punta del Mensajero no encontró portería en su remate.

Pasado ese susto, el balón volvió a ser cosa del Córdoba, que además se mostró fuerte e intenso para ganar las disputas en el centro del campo. Javi Flores cobró de nuevo protagonismo, después de unos primeros minutos muy buenos, y con un pase profundo encontró a Willy, que remató a gol estando en fuera de juego, cuando De las Cuevas entraba a su lado en buena posición. En ese tramo final de la primera parte, el Mensajero se vio agobiado y Nauzet tuvo que salvar un mano a mano con Adrián Fuentes, que se vio solo ante el meta tras un gran pase de Toni Arranz.

Como era previsible, el Mensajero cambió radicalmente su actitud en el arranque de la segunda parte. Los palmeros pudieron empatar pronto, pero el árbitro les anuló un gol, el tercero del partido tras los dos no concedidos al CCF. Fue en un centro de Yeray tras una falta lateral que Ruymán cabeceó en posición adelantada. Acto seguido, un balón en largo -principal arma de los canarios- se le complicó a Carlos Marín y a punto estuvo Edu Salles de aprovecharlo.

A base de empuje y juego directo, el Mensajero logró equilibrar el partido. El Córdoba apareció por primera vez por el área de Nauzet tras un robo en campo rival tras el que Javi Flores conectó con De las Cuevas, cuyo remate sacó el meta local de manera heroica. Con todo, el choque cogió un camino peligroso para el CCF, que empezó a verse seriamente agobiado para mantener su renta en el marcador.

Adrián Fuentes y Puga luchan por el balón entre Samuel y Mena. Adrián Fuentes y Puga luchan por el balón entre Samuel y Mena.

Adrián Fuentes y Puga luchan por el balón entre Samuel y Mena. / LOF

El cuadro local gozó de varias ocasiones en espacio de diez minutos. La primera, clarísima, la malgastó Edu Salles a bocajarro tras un centro de Juanda desde la derecha que Samu tocó en el perfil izquierdo. Poco después, Mena chutó desde la frontal del área y se topó con Alonso, que sacó el balón a córner. El centrocampista volvió a intentarlo, esta vez entrando desde la izquierda, pero su disparo se marchó alto.

Germán Crespo trató de refrescar a su equipo en busca de la reacción antes de que cayese el empate. Con Casas primero, y Viedma después, el Córdoba encontró algo más de presencia en campo rival, aunque con poca continuidad. Para colmo, los blanquiverdes se empeñaron en no sentenciar el choque y Adrián Fuentes desperdició una ocasión clarísima en un mano a mano con Nauzet en el que no logró sacar el remate antes de que Ruymán recuperar su posición.

Tras ese arreón, el cansancio empezó a hacer mella en el Mensajero, que trató de buscar le meta de Carlos Marín con más corazón que fuerza en las piernas. El Córdoba pareció ganar calma, con Viedma apareciendo en el centro del campo para poner algo de pausa en el juego. Con todo, el partido seguía en el alambre y el conjunto blanquiverde se disparó en el pie.

Ya en el tiempo de descuento, una inocente pérdida de José Ruiz en campo rival, después de intentar driblar hasta a cuatro rivales en una acción sin sentido alguno, la aprovechó el cuadro canario para percutir por ese costado izquierdo de la zaga visitante, que había quedado descubierto. Alonso salió a tapar a Caropitche, provocando cambios en las marcas defensivas. Mena puso el balón en el área y Yeray le ganó la espalda a Puga, que lo agarró provocando un penalti tan absurdo como claro. Ruymán no falló desde los once metros y el partido se acabó ahí. Al Córdoba se le quedó la cara de tonto en La Palma. Y es que quien juega con fuego, normalmente acaba quemándose.

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