En cuatro semanas, el Córdoba ha ganado ya de casi todas las formas posibles. Ayer tocó sufrir y, quizás en el partido menos brillante de los cuatro, el conjunto blanquiverde volvió a sacar los tres puntos gracias a su dominio de las áreas, justo el gran déficit que tuvo hasta el pasado mercado invernal.

De salida, la titularidad de Reyes eclipsó todo pero el Córdoba no empezó bien el partido. El Nàstic tuvo más el balón, aunque los de Sandoval se pertrecharon bien y aprovecharon su primera gran ocasión para adelantarse sin haber sufrido mucho hasta ese momento.

En la segunda parte, el rival subió la intensidad y arrinconó por momentos al Córdoba en su área. Sandoval volvió a andarse listo y reaccionó fortaleciendo el centro del campo con la entrada de Álex Vallejo, aún a costa de renunciar al ataque más allá de las contras que el paso de los minutos pudiera hacer aflorar.

Los tarraconenses encerraron al Córdoba, que sufrió para defenderse pero que mostró temple y tener jugadores determinantes como Pawel y Aythami. También Guardiola, que abrochó el partido con el 0-2 y selló los tres puntos más sufridos de esta remontada, pero quizás los más importantes. Porque lo mismo vale ganar cuando eres mejor que cuando el rival te llega a atosigar.