El paso de los días sirve para digerir cada golpe recibido y buscar un halo de esperanza que, por ahora, no se traduce en el triunfo que devuelva algo de optimismo. El Córdoba CF es colista y cada semana ve la permanencia más lejos, en este momento a diez puntos, con apenas 36 sin dueño. Pero nadie está dispuesto a tirar la toalla mientras las matemáticas no digan lo contrario. Es un objetivo compartido por dirigentes y plantilla, que ayer pusieron en común con una reunión, de casi hora y media, tras el entrenamiento a puerta abierta celebrado en la Ciudad Deportiva.
Jesús León llamó a filas a su despacho a los cuatro capitanes de la plantilla –Fernández, Alfaro, Javi Lara y Miguel Flaño– y a dos jugadores con peso en el vestuario como Miguel de las Cuevas y Quintanilla. Al margen del lógico intercambio de pareceres sobre la precaria situación en la que se halla el equipo, el presidente y máximo accionista pidió un último esfuerzo al grupo para los tres meses de competición que restan, con la idea de reactivar el compromiso y lograr reenganchar al CCF a la lucha por la permanencia.
Además, las actuaciones más recientes llevaron también al montoreño a solicitar un paso adelante por parte de la plantilla, tras un ejercicio en el que su rendimiento está muy lejos del esperado al comienzo de la campaña. El Córdoba acumula 29 de las 30 jornadas disputadas entre los cuatro últimos de la clasificación, es el peor equipo de la segunda vuelta y en lo que va de 2019 sólo ha podido sumar cinco puntos de los 33 en juego, con un único triunfo. Todo después de tres entrenadores, de muy diferente perfil –José Ramón Sandoval, Curro Torres y Rafa Navarro–, lo que obliga a echar la vista también a los que pisan el verde.
El mensaje de León fue bien recibido por los representantes del vestuario elegidos por el presidente, que reforzaron su compromiso por intentar dar la vuelta a este delicado momento, empezando por el partido del domingo ante el Cádiz (Ramón de Carranza, 18:00). Porque los profesionales son los primeros conscientes de que hasta la fecha no han estado a la altura de la situación y no han sido pocas las conversaciones diarias en la caseta intentando encontrar ese punto de arranque que pueda dar un vuelco a todo.
Incluso el club ya puso sobre la mesa hace varias semanas un motivo extra para la motivación de la plantilla: una prima por conseguir el objetivo de dejar al Córdoba en el fútbol profesional para el ejercicio venidero. Aunque las cantidades no han trascendido, e incluso han pasado a un segundo plano por el progresivo empeoramiento del futuro deportivo desde entonces, no tienen nada que ver con las de hace un año. Eso sí, todos en El Arcángel, con León a la cabeza, aceptarían de buen grado tener que hacer frente a ese bonus, porque sería señal de que un nuevo milagro en blanquiverde se ha producido tras este último esfuerzo.
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