Córdoba CF - AD Mérida | La Crónica

Pesadilla antes de Navidad (1-2)

José Alonso, abatido tras el pitido final y la derrota ante el Mérida. José Alonso, abatido tras el pitido final y la derrota ante el Mérida.

José Alonso, abatido tras el pitido final y la derrota ante el Mérida. / Juan Ayala

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Bajonazo en el momento menos propicio. El Córdoba CF emuló el célebre filme de Henry Selick y dibujó su particular Pesadilla antes de Navidad, con una derrota ante el Mérida que hace que los blanquiverdes se vayan al parón con una sensación malísima y habiendo tirado por tierra una oportunidad única para haber abierto brecha en la clasificación.

Los errores individuales y la poca inspiración colectiva depararon un revés del CCF que nadie esperaba, y mucho menos después del golazo con el que Simo inauguró el marcador. Dos fallos atrás, uno de cada central, en una segunda parte para olvidar, tiraron por tierra esa ventaja y hacen que el conjunto cordobesista se marche de vacaciones con la necesidad de hacer examen de conciencia, tras encadenar dos derrotas consecutivas por primera vez en la temporada.

Después del varapalo de Alcorcón, se intuían cambios importantes en el Córdoba CF. Y Germán Crespo no defraudó en ese sentido. Media docena de novedades y la presencia de Javi Flores y Simo como nota más llamativa. Ambos llegaban renqueantes pero su técnico apostó por ellos de inicio. Y se puede decir que le salió bien a medias. Porque el capitán apenas aguantó diez minutos sobre el terreno de juego antes de tener que pedir el cambio al resentirse de sus molestias.

Para entonces, el conjunto blanquiverde ya mandaba gracias al gol de Simo, cuyo impacto en el partido fue inmediato. El CCF salió dominador y con esa chispa habitual en su feudo para buscar la portería del Mérida sin medias tintas. Fue a los cuatro minutos cuando Kike Márquez recibió en zona de mediapunta, se giró y cambió el sentido del juego para conectar con Simo, que desde el costado izquierdo se sacó de encima a su par con alguna dificultad y se inventó un derechazo colocado que se coló por la escuadra de la portería defendida por Javi Montoya.

Fue quizás por el cambio tempranero y por la energía del gol que el Córdoba pasó por unos minutos de cierto descontrol sobre el terreno de juego. El Mérida, lejos de verse superado por la desventaja, trató de amasar el balón y encontró facilidades para atacar por el costado derecho, aprovechando la tibieza de Simo en la ayuda a Calderón. A los blanquiverdes, además, se les vio algo desajustados en la presión y los emeritenses asomaron por el área de Carlos Marín con cierto peligro.

Pasado el cuarto de hora inicial, Puga tuvo que salvar en el segundo palo un centro de Felipe Alfonso que Akito se disponía a rematar. Poco antes, Jorge Moreno ya había tenido que intervenir en una acción muy similar. Al Córdoba le costaba someter a su rival, aunque sus acometidas en ataque hacían daño. Prácticamente de la nada apareció Kike Márquez en la frontal del área para rematar demasiado centrado un buen pase de Puga, que había dejado a su par atrás.

Carracedo es agarrado por Álvaro Ramón. Carracedo es agarrado por Álvaro Ramón.

Carracedo es agarrado por Álvaro Ramón. / Juan Ayala

Pese a ello, no se veía cómodo al equipo de Germán Crespo, que tampoco estaba precisamente satisfecho, a tenor de sus gestos en el banquillo. El Mérida demostró personalidad para tener el balón y buscarle las cosquillas al CCF, si bien sus intentos morían siempre sin un remate final claro. Esa iniciativa del rival la trató de aprovechar el Córdoba para hacer daño al contragolpe. Y bien pudo hacerlo si Willy hubiera cabeceado de manera precisa un centro que Carracedo le puso desde la derecha tras superar a su par con soltura. Un caramelo que el ariete desaprovechó pasada la media hora de juego.

Antes del descanso, de nuevo el Mérida insistió en percutir por el costado derecho. Felipe Alfonso volvió a doblar a Larrubia y su centro no lo alcanzó Akito porque Puga volvió a estar atento. Con todo, la última del primer tiempo fue para un Córdoba poco fluido pero con capacidad para hacer daño de manera aislada. Fue una conexión entre Carracedo y Kike Márquez que el sanluqueño finalizó con un chut cruzado que no cogió portería. Pese a la ventaja, la sensación al descanso era de que Germán Crespo tenía trabajo para ajustar conceptos con sus futbolistas y buscar una mejor versión del Córdoba.

Lo primero que hizo el preparador blanquiverde fue dejar a Puga en la caseta por esa amarilla que arrastraba. Un cambio que no varió la fisonomía del equipo, como tampoco su ánimo, pues el Córdoba compareció carente de ese colmillo que suele mostrar para matar los partidos cuando los tiene de cara en el marcador. Y, como puede pasar cuando juegas con fuego, el CCF se terminó quemando. Fue en una acción desafortunada, con un balón en largo de Felipe Alfonso que Busi corrió ante Jorge Moreno. El atacante trastabilló al central, que cayó al suelo sin que el árbitro señalase la falta, facilitando a Busi batir a Carlos Marín.

Un mazazo ante el que el Córdoba reaccionó con una buena combinación entre Kike Márquez y Simo para el remate de Willy, que no cogió portería de milagro. Germán Crespo reaccionó dando entrada a Casas y De las Cuevas. Piernas frescas en ataque que revitalizaron a un Córdoba que por fin dominó el partido con claridad. El alicantino entendió que jugando a pocos toques su equipo ganaba velocidad y por momentos se sintió cerca el gol. Pero cuando mejor estaba, el Córdoba se autogeneró ansiedad con errores de bulto. Una pérdida evitable de Álex Bernal en la medular habilitó a Lolo Plá para finalizar con peligro un contragolpe.

Willy se lamenta tras una ocasión fallada ante el Mérida. Willy se lamenta tras una ocasión fallada ante el Mérida.

Willy se lamenta tras una ocasión fallada ante el Mérida. / Juan Ayala

El duelo parecía estar en una macabra ruleta rusa y el Córdoba quería evitar la bala a toda costa. A falta de un cuarto de hora, un centro de José Ruiz desde la derecha lo recepcionó De las Cuevas, cuyo disparo lo atajó en dos tiempos Javi Montoya. Fue el preludio del desastre, porque poco después José Alonso regaló un balón de manera inexplicable a Fran Viñuela, que cabalgó en solitario para superar a Carlos Marín.

La tragedia se mascaba en El Arcángel, pues el mazazo moral fue ya definitivo para un Córdoba que no se volvió a encontrar. Germán Crespo lo intentó con Adrián Fuentes, pero la acumulación de hombres en ataque no surtió efecto ante un Mérida bien replegado. Diarra pudo igualar en un balón suelto en el área que le sacó Javi Montoya. Alonso, ya en el descuento, dispuso de una chilena para haber salvado los muebles y enmendar su error, pero el balón no cogió portería. Fueron los últimos coletazos antes de confirmarse un tropiezo que duele en el alma y que hace al Córdoba irse al parón con el runrún en la cabeza y una sensación de amargura por la oportunidad perdida.

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