Córdoba CF

Un año sin Reyes

  • Este lunes 1 de junio se cumple un año de la trágica pérdida del genial futbolista, que dejó su huella en El Arcángel

José Antonio Reyes controla un balón durante un entrenamiento en El Arcángel.

José Antonio Reyes controla un balón durante un entrenamiento en El Arcángel. / El Día

El 1 junio de 2019 pasará a la historia como un día negro para el fútbol español y para el Córdoba CF. Ese día, justo la fecha marcada para la disputa de la final de la Liga de Campeones entre el Liverpool y el Tottenham, el mundo del fútbol se vio sobrecogido por la trágica muerte de José Antonio Reyes, en un accidente de tráfico cuando regresaba desde Almendralejo a Utrera. El jugador sevillano, ídolo para el cordobesismo pese a su fugaz paso por el club, perdió la vida de manera fatal y se convirtió en una leyenda.

Próximo a cumplir 36 años, lo que hubiera hecho el 1 de septiembre, Reyes no había entrado en la convocatoria del Extremadura, al que había llegado unos meses antes, para el partido que tenían al día siguiente en el Ramón de Carranza, de la penúltima jornada de liga en Segunda. Esa mañana, tras confirmarse que no jugaría el domingo en Cádiz, partió desde Almendralejo con destino a su Utrera natal en compañía de dos primos con los que estaba en la localidad pacense.

Un trayecto por carretera de poco menos de 200 kilómetros en uno de sus automóviles -otra de sus grandes pasiones-, un Mercedes con el que pretendía estar en casa horas después. Pero el rutinario viaje acabó en tragedia poco antes del mediodía y cortó de raíz la vida de un futbolista que llegó a Córdoba cuando peor lo pasaba la entidad blanquiverde para mostrar su magia en apenas seis meses, como si de un fugaz halo de luz de tratase.

La Guardia Civil informó de que un automóvil había sufrido una salida de vía a la altura del kilómetro 18 de la A-376, en dirección a Utrera, en el término municipal de Alcalá de Guadaíra. El exblanquiverde y un primo de 23 años murieron y el otro ocupante del vehículo resultó herido grave, aunque felizmente hoy está recuperado de sus lesiones.

José Antonio Reyes tira un caño a Joselu en El Arcángel. José Antonio Reyes tira un caño a Joselu en El Arcángel.

José Antonio Reyes tira un caño a Joselu en El Arcángel. / El Día

Abierto y jovial, dejó cariño y buenos recuerdos en todos los clubes por los que pasó, incluida la selección española, y desde el primer momento en el que se conoció su muerte se sucedieron las muestras de condolencias y pesar desde todos los ámbitos, no solo del fútbol, también del deporte en general, la cultura o la política.

Una trayectoria imponente

Tras batir todos los registros de precocidad en el Sevilla, Reyes dio el salto a la Premier League inglesa de la mano del Arsenal, convirtiéndose en una de las primeras estrellas del fútbol español que se atrevían a emigrar a Inglaterra. Tras unos años exitosos en los que incluso conquistó un título de liga, el utrerano regresó a España.

Real Madrid, Atlético de Madrid y Benfica portugués fueron sus siguientes pasos hasta la vuelta al Sevilla en la temporada 2011-12 para cubrir la segunda etapa en su club de formación, cuando ya el conjunto hispalense se había ganado un nombre en Europa.

Reyes estuvo en el Sevilla hasta la campaña 2015-16. El habilidoso mediapunta sevillano probó en el Espanyol, donde también dejó su sello y cariño. De manera sorpresiva, en el mercado de invierno de la temporada 2017-18, Reyes aterrizó en el Córdoba de la mano de Luis Oliver, como cara visible del proyecto de Jesús León en el club. Con su magia, el futbolista contribuyó a la milagrosa salvación blanquiverde y se metió en el bolsillo a la afición. Para el recuerdo quedará la ovación que el público le dedicó en su despedida en El Arcángel, al ser sustituido en el tramo final del partido ante el Sporting de Gijón que valió al Córdoba para certificar su permanencia.

Con 35 años, pero con ganas de seguir disfrutando de una pasión que le había dado fama y dinero, no tuvo problemas para probar en China, en el Xinjiang Tianshan, en el que estuvo unos meses antes de regresar a España y firmar por el Extremadura.

El trágico accidente de aquel 1 de junio de 2019 se llevó a un futbolista diferente, una persona afable y positiva de la que siempre perdurará su sonrisa. Por supuesto, en el Sánchez Pizjuán, el hogar del club de su vida. Pero también en El Arcángel, donde por unos meses el mago de Utrera hizo disfrutar a los seguidores del Córdoba con su fútbol de salón.

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