Córdoba CF - Albacete | La crónica

Más motivos para la ilusión (1-0)

  • El Córdoba mantiene su buena dinámica desde el cambio de técnico y sigue vivo en la Copa del Rey

  • Un autogol de Boyomo decidió un partido igualado que evidenció el crecimiento de los blanquiverdes

Los jugadores del Córdoba CF celebran el gol de la victoria ante el Albacete.

Los jugadores del Córdoba CF celebran el gol de la victoria ante el Albacete. / Juan Ayala

El Córdoba CF de Pablo Alfaro sigue imparable. Tres partidos y tres victorias, con tres porterías a cero, y un crecimiento más que notable que se evidencia a cada partido que pasa. La última víctima, un Albacete de Segunda División, el paraíso que los blanquiverdes quieren alcanzar a final de temporada, que cayó con un autogol de Boyomo en la segunda mitad para decir adiós a una Copa del Rey a la que la escuadra cordobesista pegará otro sorbo a principios ya de 2021 (el viernes es el sorteo, que podría traer un Primera a El Arcángel). Será el primer encuentro del año nuevo, que ojalá mantenga la dinámica con la que se cierra este 2020. 

Tal y como había deslizado en la previa, el técnico blanquiverde tiró de un once que perfectamente pudiera verse a lo largo del campeonato liguero, dando la importancia que merece al torneo. Djetei, Alberto del Moral, Mario Ortiz y Piovaccari repitieron respecto al último choque ante El Ejido, acompañados por hombres que han tenido protagonismo a lo largo de la temporada, nada de experimentos. De hecho, las únicas novedades en la convocatoria fueron la vuelta de Alain Oyarzun, directamente al campo, y Álex Meléndez, que ocupó el sitio en el banco de un Alberto Salido que parece que llama ya a la puerta de salida.

Y ante un rival depresivo, que arrastra una profunda crisis que hace que vaya ya por su tercer entrenador, la puesta en escena del CCF no pudo ser mejor. Al paso del minuto 2, Piovaccari estuvo a punto de prolongar el idilio con el gol que inició el domingo, si bien su testarazo, por encima de su par y a pase de Mario Ortiz, se estrelló en el larguero. No fue fruto de la casualidad ni mucho menos esa primera llegada, sino de un plan ya establecido con rol dominador, buena y efectiva presión, con ayudas constantes al compañero para facilitar el robo, y salidas en bloque para mantener siempre reducido al máximo el espacio entre líneas.

Las dos semanas que casi lleva ya Alfaro al frente del equipo reflejan ya ciertos automatismos. Así, al nuevo patrón en el juego sin balón, que ya pudo verse a trazos gruesos en las dos jornadas ligueras más recientes, se empiezan a sumar otros con la posesión, que tiene como prioridad tocar rápido y abajo, rehusando del pase largo como axioma, sin importar un apoyo atrás si sirve para alargar el dominio del esférico. La caída entre los centrales de un pivote, normalmente Del Moral, que empuja a los laterales hacia arriba, y un ritmo y movilidad elevados para dar salidas al hombre con balón, permitió continuas transiciones en ventaja.

Y eso, cómo no, fue ganando el beneplácito de una afición entusiasta que vuelve a sentirse identificada con su equipo. Ese juego alegre y con un punto de vistosidad -también de riesgo, con el abuso de toques entre el empuje manchego-, provocó un puñado de llegadas que la zaga enemiga abortó casi siempre cuando ya adivinaban la corona de su área. Solo Alain Oyarzun disfrutó de dos opciones claras de disparo, aunque el donostiarra no consiguió darles la dirección adecuada pese a estar en posiciones relativamente cómodas.

¿Y el Albacete? Pues poco a poco se fue soltando, ganando confianza con combinaciones relativamente largas para luego lanzar directo a la velocidad de sus extremos, especialmente un incisivo Nahuel, que exigió mucho a la defensa en su costado. El zurdo fabricó la primera oportunidad real visitante con una internada a la que dio continuidad Manu Fuster con un derechazo que se fue un metro lejos del arco de Edu Frías, y poco después pisando área llegando desde segunda línea para buscar un envío al corazón del área de Carlos Isaac que encontró antes el pie de Manu Farrando para despejar el peligro.

Pero los blanquiverdes estaban bien, sólidos y con las ideas claras, compitiendo de tú a tú, incluso con fases de dominio, ante un rival de superior categoría. Samu Delgado, con un eslalon, volvió a intentarlo para acabar encontrando las manoplas de Bernabé tras una nube de piernas, para encaminar el choque hacia el tiempo de descanso. Todo con la sensación positiva de ese crecimiento paulatino de un Córdoba valiente que sigue creciendo en su juego, más allá de la incertidumbre que siempre puede dejar el marcador.

Más ocasiones tras el descanso

Un resultado que a punto estuvo de inclinarse del lado albaceteño a los pocos segundos de la reanudación, con un latigazo del cordobés Álvaro Jiménez desde la esquina del área buscando el palo largo que Edu Frías sacó a córner con una estirada imposible. Esa acción dio paso a unos minutos de mayor empuje visitante, que Alfaro quiso cortar de raíz con un doble cambio para refrescar su línea de medias puntas. La intención, también doble, retomar el control de la pelota y aumentar el ritmo de la presión, algo más hundida fruto de ese paso al frente del equipo de Alejandro Menéndez tras el paso por los vestuarios.

Farrando intentar robar el balón a Nahuel. Farrando intentar robar el balón a Nahuel.

Farrando intentar robar el balón a Nahuel. / Juan Ayala

Y sin que tuviera influencia alguna, al menos directa, sí es cierto que ese movimiento reactivó al CCF. Tanto que tras una fase de equilibrio, el primer paso para luego dominar, una buena jugada colectiva desencadenó el 1-0. Javi Flores habilitó por arriba a Samu Delgado y el conquense, ya casi en la línea de fondo, sin ángulo para el tiro tras el control, la puso atrás encontrando el pie de Boyomo en el achique para empujar el balón lejos de los dominios de su portero. Otra vez con ventaja, como en los dos partidos previos, tocaba ver cuál era esta vez la gestión.

De partida y como suele ocurrir en estos casos, el Córdoba tuvo unos minutos de serenidad y control, de sentirse superior, con alguna buena transición que hizo correr a su adversario. Un Albacete que trató, no sin esfuerzo, levantarse de nuevo. Un chut de Fuster que murió en el cuerpo de Djetei fue el paso previo a que el técnico buscara soluciones en el banquillo con un triple cambio de perfil ofensivo, con el que pasó a jugar con dos puntas -dejó atrás el 4-2-3-1 de salida-, con Ortuño y Vargas exigiendo. Un guion diferente que en la lógica requiere aclimatación, pero que a las primeras de cambio provocó un susto con una mala entrega de Edu Frías que cortó Azamoum y Xavi Molina tuvo que abortar in extremis ya sobre el zurdazo de Ortuño.

Restaba un cuarto de hora escaso y el Albacete pasó ya a jugarse el todo por el todo ante un rival cansado que ante el acoso manchego y la exigencia del partido empezó a dar pasos hacia atrás. La posesión pasó a ser un tesoro que monopolizaban los visitantes, moviendo bien, aunque con escasa claridad para hacer daño ya dentro del área. Las vías de escape eran los costados, con desdoblamientos continuos, pero el esfuerzo de los exteriores cordobesistas y la unión de las líneas, para construir un muro infranqueable, minimizaba las oportunidades reales.

Samu celebra el gol que dio el triunfo al Córdoba CF ante el Albacete. Samu celebra el gol que dio el triunfo al Córdoba CF ante el Albacete.

Samu celebra el gol que dio el triunfo al Córdoba CF ante el Albacete. / Juan Ayala

El CCF sufría, sobre todo porque apenas era capaz de salir. Buscó aire con alguna faltita y con las carreras de Valverde o Luismi, pero el encuentro ya se jugaba en su medio campo. Bastaba con ser firmes, con no cometer errores... pero entonces Djetei, el que nunca falla, falló; el balón le cayó franco en el punto de penalti a Vargas, si bien su zurdazo lo tocó lo justó Frías para desviarlo al poste. Fue la última de un duelo que terminó certificando la tercera victoria consecutiva de la escuadra cordobesista, que sigue adelante en una Copa del Rey que tendrá continuidad el Día de Reyes. El viernes se sabrá el nuevo rival, seguramente un Primera. Pero hasta entonces, toca saborear el buen final a un año extraño.

Ficha técnica

1 - Córdoba CF: Edu Frías; Manu Farrando, Djetei, Xavi Molina, Berto Espeso; Alberto del Moral (Bernardo Cruz, 91'), Djak Traoré; Samu Delgado, Mario Ortiz (Javi Flores, 53'), Alain Oyarzun (Carlos Valverde, 53'); y Piovaccari (Luismi, 70').

0 - Albacete Balompié: Bernabé; Carlos Isaac (Álvaro Arroyo, 82'), Boyomo, Gorosito, Fran García; Azamoum, Eddy Silvestre (Del Pozo, 77'); Álvaro Jiménez (Vargas, 73'), Manu Fuster, Nahuel (Liberto, 73'); y Emiliano Gómez (Ortuño, 73').

Gol: 1-0 (62') Boyomo, en propia puerta.

Árbitro: Iglesias Villanueva (gallego). Amonestó a los locales Berto Espeso (26'), Djetei (64') y Manu Farrando (78'), y a los visitantes Álvaro Jiménez (30') y Eddy Silvestre (34').

Incidencias: Partido correspondiente a la primera eliminatoria de la Copa del Rey disputado en El Arcángel ante 400 espectadores.

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