En apenas temporada y media, e influenciado por la onda expansiva del desastre de Primera, el Córdoba ha enterrado la etiqueta de aspirante a todo que tanto le costó ganarse durante los primeros años de gestión de la familia González. Un crédito, ya agotado, que intentarán empezar a recuperar Jesús León y Luis Oliver, aunque lo prioritario ahora es buscar la fórmula correcta para salvar el curso igual que el pasado junio: con la permanencia bajo el brazo. Los nuevos propietarios tienen 22 partidos por delante para relanzar al antepenúltimo clasificado, que cierra el año con sólo 16 puntos en 20 jornadas que lo convierten en el segundo peor equipo de 2017 en la categoría de plata. Entre los 15 conjuntos que han estado las dos últimas campañas en Segunda, únicamente el Sevilla Atlético empeora los números de la escuadra cordobesista, lo que da señal de su decadencia actual.

De los 43 partidos de competición liguera que ha ofrecido el año que ahora termina, el Córdoba sólo fue capaz de ganar 12, empatando diez y perdiendo nada más y nada menos que 21. En estos números llaman la atención las dos largas rachas sin triunfos que, sin duda, han marcado el devenir de las dos últimas campañas: una primera de siete desde el arranque de enero a finales de febrero con un pobre balance de 2 puntos de 21, y otra recién finalizada la pasada semana con la goleada al Reus de once que empezó a principios de octubre, dejando un botín de 4 puntos de 33. Estas dos nefastas series marcan un 2017 negrísimo, con un total de 46 puntos que díficilmente otorgarían la permanencia, convertida de nuevo en el único objetivo posible por el que pelear en estos momentos.

Con el filial hispalense, Mirandés, Elche, Barça B y Lorca tampoco alcanzan al Córdoba

No en vano, en una hipotética competición del año natural, el Córdoba estaría descendido, al ocupar la penúltima posición. Sólo el Sevilla Atlético, que apenas llega a 39 puntos en esos 43 partidos, es peor que el cuadro cordobesista entre los 15 conjuntos que han estado todo el año en Segunda. Una clasificación que lidera con solvencia el líder actual de la categoría de plata, el Huesca, con 75, escoltado por el Cádiz y el Oviedo (70), el Valladolid (67), y el Tenerife y el Rayo Vallecano (66). También alcanzan los 60 el Numancia (62) y el Lugo (60), mientras que la barrera de los 50 la superan el Nàstic (57 y con un partido menos, el que tiene que disputar ante Osasuna), el Reus y el Alcorcón (53), y el Almería (52), al tiempo que el Zaragoza comparte los mismos guarismos que el CCF.

Llama la atención también que de los 13 equipos que han alternado dos categorías en este 2017, ya sea por su ascenso a Primera o desde Segunda B, o por sus descensos desde la élite o a la división de bronce, sólo cuatro empeoren los registros de los blanquiverdes, que arrojan una media de 1,07 puntos por partido jugado: el Barcelona B (20 puntos en 20 encuentros), el Mirandés (19/23), el Elche (17/23) y el Lorca (16/20). Los otros nueve tienen una media superior, entre los que destacan el Levante, que hizo 47 en la segunda mitad del curso pasado (24 choques), y el Girona y el Getafe que lo acompañaron en el viaje hacia Primera con 37 en 23. El Granada, con 34 en estas primera 20 fechas, el UCAM (30/24), el Mallorca (26/23), Osasuna (29/19), el Sporting (27/20) y hasta los recién ascendidos Albacete (25/20) y Cultural Leonesa (22/20) también tienen una media por encima de la que ha marcado el Córdoba en este 2017 para olvidar en el que ha sido dirigido por tres entrenadores (Luis Carrión, Juan Merino y Jorge Romero) y que ha terminado con el anunciado cambio en la propiedad que dibuja un horizonte ilusionante de la mano de Jesús León y Luis Oliver.