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Jorge también juega una final

  • El futuro del técnico pasa por ganar, o al menos empatar, en la visita al Tenerife para evitar un 0 de 9 que obligaría al club a tomar decisiones drásticas

Jorge Romero, ayer en el entrenamiento celebrado en la Ciudad Deportiva.

Jorge Romero, ayer en el entrenamiento celebrado en la Ciudad Deportiva. / juan ayala

"Los resultados mandan en el fútbol y nadie puede ir contra eso", atinó a decir el lunes Luis Oliver, el hombre fuerte del nuevo Córdoba en la parcela deportiva. Y esos son los que pueden terminar condenando a Jorge Romero a pesar de su valorado trabajo en el día a día, que no termina de tener recompensa el fin de semana. El técnico se juega el puesto el domingo en el Heliodoro Rodríguez López, donde necesita un triunfo o, al menos un empate, para evitar una tercera derrota consecutiva que obligaría al club a tomar decisiones drásticas sobre su continuidad. Porque tras la revolución en la plantilla realizada en los días finales del pasado mes de enero, el conjunto blanquiverde tiene que mostrar una reacción de inmediato para engancharse a la batalla por la permanencia, que se ve ya a diez puntos tras los dos últimos tropiezos que han puesto al cordobés en una situación delicadísima.

Desde el club insisten en que nadie se ha planteado ahora mismo un escenario distinto que no sea el de ver a Jorge Romero en el banquillo (Oliver echó balones fuera al ser cuestionado por la presencia de Joaquín Caparrós el pasado domingo en El Arcángel). Pero tampoco nadie oculta que el CCF no puede perder más tiempo si quiere albergar alguna opción de remontada en esa pelea por la salvación en la que está tan descolgado. Una ecuación que, como siempre, pasa directamente por lo que ocurra en el terreno de juego. Las dos derrotas recientes ante rivales directos como el Zaragoza y el Barcelona B han complicado el panorama y el conjunto cordobesista no puede permitirse un tercer tropiezo consecutivo, menos aún ante otro rival metido de lleno en el lío que el domingo estrenará técnico (Joseba Etxeberria) tras la destitución de José Luis Martí.

Tras la revolución invernal, el CCF está obligado a reaccionar ya para engancharseLos dos últimos reveses han alargado en tres puntos la permanencia, que se encuentra a diez

Queda claro entonces que el Heliodoro marcará el futuro a corto plazo de la entidad blanquiverde, que pase lo que pase sí tiene claro que quiere seguir contando en su organigrama con el preparador cordobés, con contrato hasta 2020 tras renovar el pasado junio, una vez conseguido el objetivo de salvar la plaza en Segunda B con el filial. La nueva dirección deportiva valora sus conocimientos y le augura una brillante carrera -"es un crack que va a hacer algo grande", dijo Oliver en su encuentro con los medios-, pero también cree que "está en el sitio y el momento inadecuados". Por ahora, en Santa Cruz tendrá otra ocasión para demostrar en la batalla semanal que el trabajo diario tiene premio.

Hasta el momento, su balance de puntos dobla al de Juan Merino, al que relevó ya en diciembre, y está ligeramente por debajo del obtenido por Luis Carrión. Con Romero, el equipo ha sumado dos victorias y un empate en El Arcángel, cayendo en la última cita de local y contando por derrotas sus desplazamientos (4). Su promedio tras ocho jornadas es de 0,875 puntos por partido, lo que casi calca el del catalán (0,9 en diez citas) y mejora ostensiblemente el del linense (0,43 en siete fechas).

Pero esos siete de 24 resultan insuficientes para un equipo con el déficit que tiene el CCF, que no tiene tiempo que perder en su carrera a la desesperada por engancharse al tren de la permanencia. Y eso será con Jorge o sin él, según lo que ocurra el domingo en el HRL.

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