Con un balance muy positivo para el Córdoba, que recoge apenas seis pinchazos -cuatro empates y sólo dos derrotas- en 14 partidos en El Arcángel, la visita del Almería el sábado trae recuerdos de la angustia con la que ambos equipos vivieron este derbi en el coliseo ribereño los tres últimos años; en esta ocasión, la necesidad sólo alcanza a los blanquiverdes, colistas tras siete jornadas y sin ganar aún, al tiempo que los rojiblancos quieren asaltar la zona de play off tras una serie de tres triunfos consecutivos.

Después de la segunda victoria almeriense en suelo cordobés, ese 1-2 al paso por Primera que empezó a dibujar una tristísima segunda vuelta, los tres duelos librados en la categoría de plata han tenido su miga. El más lejano, en el cierre del curso 15-16, el 1-1 final (Raúl de Tomás; Quique) selló el billete para la promoción de ascenso del Córdoba y la permanencia visitante, en un duelo lo más parecido a un biscotto porque tras la expulsión de Lolo Reyes en el minuto 43 y con 0-1 en el marcador, el cuadro de Oltra sólo atacó para igualar y, a partir de ahí, se tiró atrás aun sabiendo que perdía el factor campo.

Poco menos de un año después, y de nuevo con ambos exigidos, si bien esta vez por abajo los dos, el CCF de Carrión venció por la mínima (1-0) con un tempranero tanto de Markovic para seguir dando pasos hacia una permanencia luego celebrada en común. Y en la cita más reciente, el pasado curso, el cuadro cordobesista tomó aire para el agónico sprint con un 2-0 (René en propia puerta y Quim) que le dio el average y alimentó las opciones, luego reales, de salvación.