El partido del domingo ante el Sevilla Atlético planteará un doble reto para el Córdoba CF. Por un lado, los blanquiverdes aspiran a cortar su mala dinámica de resultados, amparados en los buenos números que este curso suman lejos de El Arcángel. Por otro, el conjunto cordobesista afrontará de nuevo la barrera mental que este año todavía no ha podido superar cuando se enfrenta a equipos filiales.

Contradiciendo los cánones del fútbol que indican que los objetivos se consiguen haciéndose fuerte en casa, el Córdoba ha sumado este año 12 puntos como visitante, cuatro más que los pobres ocho que ha subido a su casillero en los duelos como local. El CCF es, de hecho, el segundo mejor equipo a domicilio del subgrupo IV-B, solo superado por el Linares. Solo los azulillos fueron capaces de doblegar a un equipo que se impuso en los feudos del Yeclano, el Real Murcia y el Lorca Deportiva.

Tomando como referencia esa estadística, la visita al Sevilla Atlético parece una buena ocasión para dejar atrás las tres jornadas sin ganar que acumula el equipo de Pablo Alfaro. Los sevillistas son, además, un equipo que suma más fuera que en su feudo. Lejos de la Ciudad Deportiva han logrado ganar a los rivales más exigentes, el Linares (0-3), el UCAM Murcia (2-3) y el propio Córdoba (1-2). En su feudo, sin embargo, ya perdieron ante los linarenses y los murcianos. El Córdoba tiene en su mano completar esa tendencia el domingo.

De lograr esa victoria, el conjunto blanquiverde dejaría atrás uno de los grandes lastres que han condicionado hasta la fecha su temporada, como es esa incapacidad de ganar a los equipos filiales. En la primera vuelta, además de caer en casa ante el Sevilla Atlético, el Córdoba solo pudo empatar en sus visitas al Recreativo Granada y el Betis Deportivo. La pasada semana, la maldición cobró más cuerpo con la igualada ante el filial granadino en El Arcángel.

A falta de cinco jornadas y con el margen de error ya reducido al mínimo, el Córdoba tiene que cortar esa dinámica por lo sano y volver a meterse de lleno en la pelea por la zona noble de la clasificación.