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El Córdoba CF asalta Castellón de forma épica y sueña en grande (2-3)

Casas celebra su gol en Castellón, el que abrió el partido. Casas celebra su gol en Castellón, el que abrió el partido.

Casas celebra su gol en Castellón, el que abrió el partido. / Omar Arnau / LOF

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Épica, agónica, espectacular, inenarrable. Se agotan los calificativos para la victoria del Córdoba CF en Castellón. Los blanquiverdes escribieron el guion más épico para asaltar Castalia y dar un manotazo a la parte alta del Grupo 2 de Primera Federación, donde los hombres de Iván Ania ya ven el ascenso directo a tres puntos de un Castellón tocado después de este golpe que le endosa el conjunto cordobesista. El choque tuvo todos los ingredientes para pasar a la historia de la categoría, con goles, alternativas en el marcador y un tiempo de añadido épico en el que el Córdoba pasó de la decepción al éxtasis gracias a dos goles en cinco minutos, obra de Diarra y Simo, que meten a su equipo en una nueva dimensión.

Y es que ahora, después de la racha que arrastra el Córdoba CF, después de asaltar un feudo como Castalia que permanecía inexpugnable hasta la fecha, quién va a poner límites a este equipo. Los blanquiverdes tienen todavía una ventaja que limar con el primer puesto pero entran en las diez últimas jornadas con una dinámica tan espectacular que pueden ser considerados favoritos al ascenso directo. Pero ese premio gordo habrá que ganárselo en este tramo final, porque de momento hay que disfrutar de un triunfo que vale su peso en oro y que se escribió de la manera más inesperada posible.

En medio del ambiente de excepción creado en Castalia, y vistos los antecedentes de ambos equipos, no cabía esperar otro inicio de partido que un intercambio de golpes. En esta ocasión fue más en la batalla por el control del balón en la medular que por las ocasiones en las áreas, pero el choque empezó frenético con los dos equipos tratando de ser verticales y complicando la vida al rival cada vez que lograban sobrepasar una línea. Así comprobó el Córdoba pronto que podía hacer mucho daño al Castellón, cuyo planteamiento y once inicial dejaba la zaga en ocasiones en manos casi exclusivas de Alberto Jiménez.

Tras un par de intentos que no fructificaron, el Córdoba encontró pronto una vía de agua para hacer daño al conjunto castellonense. Schreuder había apostado por dos carrileros que tenían poco de tal y mucho de extremos natos y lo pagó muy pronto. Un simple giro de Carracedo tras recibir en banda le bastó para encarar la portería rival con varias opciones al alcance, entre las que eligió conectar con Diarra, que se descolgó desde la medular para ganar línea de fondo y sacar un pase atrás que Casas empujó a placer en el área pequeña.

Era el minuto 12 y el escenario era idílico para los blanquiverdes, ante un Castellón aturdido, entre la atípica alineación de su técnico y un planteamiento valiente que de inicio había sido un lastre. Y pudo hacer más daño el Córdoba, que acto seguido gozó de otra clarísima oportunidad cuando Mati Barboza salió imperial desde campo propio, batiendo líneas enemigas, para encontrar a Diarra, que sacó un misil demasiado centrado que complicó la vida a Gonzalo para atajar en dos tiempos.

Pese a sus evidentes deficiencias ofensivas, el Castellón supo manejarse en el alambre y equilibrar el partido en base al empuje de sus hombres de banda y a la omnipresencia de Medunjain, descolgado al centro del campo para hacerse con el balón. El primer aviso de los locales lo abortó Albarrán con una brillante acción defensiva para evitar el remate a bocajarro de Suero.

Diarra da el pase a Casas en el primer gol del Castellón - Córdoba CF. Diarra da el pase a Casas en el primer gol del Castellón - Córdoba CF.

Diarra da el pase a Casas en el primer gol del Castellón - Córdoba CF. / Omar Arnau / LOF

Era evidente que iba a sufrir el Córdoba. Cómo no hacerlo en Castalia, feudo inexpugnable. Y así lo atestiguó Douglas en el ecuador del primer tiempo, con un zurdazo cruzado que no cogió portería después de un gran pase entre líneas de Medunjanin. El choque entró entonces en una fase de mayor dominio del Castellón, aunque el Córdoba supo defenderse con cierta solvencia. A la media hora de juego, Suero no aprovechó una indecisión entre Carlos Marín y Sala, nervioso y condicionado por la amarilla que ya arrastraba.

Pasado ese mal trago, el Córdoba volvió a ganar presencia en la medular, imponiéndose en los duelos individuales y asomando por las inmediaciones de la portería local. Salva Ruiz lo probó con un chut lejano y Diarra respondió con una acción calcada. Camino del descanso, el Córdoba volvió a mostrarse mejor, más asentado y clarividente, tanto que a punto estuvo de repetir la jugada del primer gol, con un nuevo arrastre de Diarra y centro desde la derecha que Calderón recogió en la siniestra, para ceder a un Adilson Mendes cuyo remate salió desviado.

No acertó el Córdoba y lo pagó caro, que en la última jugada del primer tiempo permitió que Traoré ingresara en el área de Carlos Marín entre cuatro futbolistas para ceder a Suero y que el centrocampista empujase el balón a la red. Un mazazo que ponía el partido en el punto de partida después de 45 minutos jugados sin cuartel.

De vuelta tras el descanso el Córdoba CF no acusó en exceso ese golpe psicológico, aunque el Castellón trató de aprovecharlo y se encomendó a las internadas de Traoré por banda izquierda. En una de ellas, De Miguel perdonó un cabezazo claro en el área pequeña. El CCF no se puso nervioso, templó gaitas y buscó un contragolpe, a sabiendas de que el Castellón iba a buscar la victoria a tumba abierta. A punto estuvo de tenerla Kike Márquez en esa lid, pero decidió mal tras una gran asistencia de Casas para provocar la estampida en ataque.

Pasado el primer cuarto de hora del segundo acto, el ritmo del partido cayó sobremanera, fruto del esfuerzo de ambos equipos. Y apareció entonces de nuevo la personalidad del Córdoba para hacerse con el balón y pasar a dominar el juego. Fue entonces el momento de Adilson Mendes, que desperdició dos grandes oportunidades en sendas arrancadas de su equipo. Poco después, Diarra volvió a probarlo desde lejos sin fortuna. Pese a la falta de puntería, el Córdoba entraba mejor al tramo final.

El paso de los minutos no hizo más que acentuar el sentido trágico del partido, con el Castellón jugando a la ruleta rusa, tratando de golpear pero exponiéndose a ser golpeado. Medunjanin falló una ocasión clarísima ante Marín después de una falta flagrante sobre Mati Barboza que el árbitro se merendó. Fue el preludio de la jugada desgraciada del partido, con un autogol de Diarra tras tiro de Medunjanin que se envenenó tras el toque del maliense.

Casas busca el balón entre dos jugadores del Castellón. Casas busca el balón entre dos jugadores del Castellón.

Casas busca el balón entre dos jugadores del Castellón. / Omar Arnau / LOF

El mazazo fue total, a falta de diez minutos y con Iván Ania habiendo retirado a Casas del campo. El Córdoba anduvo unos minutos dubitativo, pero se agarró a su carácter de equipo irredento para volver a nivelar la contienda y buscar el empate hasta el final. Un premio que llegó en los primeros segundos del descuento gracias a un preciso centro de Kuki Zalazar que Diarra cabeceó al borde del desfallecimiento en el segundo palo.

El empate zarandeó a los locales y dio un aire final a los blanquiverdes, que redoblaron su fe en busca del triunfo. Lejos de protegerse, el Castellón también se abrió y, sin tiempo de recomponerse, una internada de Calderón desde la derecha finalizó con un pase preciso que Simo envió a la red para desatar la euforia y meter al Córdoba CF de lleno en la pelea por el ascenso. Un triunfo memorable que se recordará por años y que puede ser la primera piedra de un esplendoroso final de temporada.

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