CD Castellón - Córdoba CF | Uno por uno

Las notas de los jugadores del Córdoba CF ante el Castellón

Once inicial del Córdoba CF en Castellón.

Once inicial del Córdoba CF en Castellón. / Omar Arnau / LOF

Victoria de las que hacen afición del Córdoba CF para asaltar Castellón y poner patas arriba la zona noble de la clasificación en el Grupo 2 de Primera Federación. Los blanquiverdes han ganado en un campo donde nadie lo había hecho, ante un rival que les exigió al máximo, y de la manera más épica con esos dos goles finales.

Así jugaron, uno por uno, los jugadores del Córdoba CF en el espectacular partido de Castalia:

CARLOS MARÍN. Atento. El almeriense encajó dos goles en los que poco pudo hacer, el primero por verse superado a bocajarro y en el segundo por el fatal toque de Diarra que alejó de él la pelota. Estuvo bien en un partido de exigencia y con mucho juego de pies.

ALBARRÁN. Exigido. Sufrió lo indecible para defender su carril con las constantes subidas por esa banda de Traoré, que lo encaró y retrató en más de una ocasión. Esa exigencia a la hora de defender le hizo estar menos brillante en ataque.

LAPEÑA. Líder. Ejerció de líder en defensa, con acciones brillantes a la hora de ir al corte. Siempre atento para corregir pequeños errores de sus compañeros, solo se le puede echar en cara su falta de contundencia en la jugada del 1-1.

MATI BARBOZA. Serio. No le pudo el imponente escenario de Castalia a un central que es la calma personificada. Bien cuando tuvo que ir fuerte en los duelos y concentrado ante el potencial ofensivo del Castellón.

CALDERÓN. Asistente. En uno de sus partidos más discretos, con errores en la entrega de bulto y sufrimiento a la hora de defender, tuvo el temple para dar una asistencia de oro a Simo en la jugada que puso el 2-3 definitivo.

ÁLEX SALA. Condicionado. Vio una tarjeta amarilla al cuarto de hora que le condicionó muchísimo a la hora de los esfuerzos defensivos en el resto del partido. Los vaivenes en el juego no le beneficiaron para imponer su fútbol.

DIARRA. Espectacular. Una vez más, un partido de esos que emocionan del maliense, que se vació en ataque y defensa siendo vital para su equipo. Asistió a Casas en el 0-1 con una ruptura que repitió en varias ocasiones. Tuvo el infortunio de desviar el balón en el 2-1 pero el destino se la devolvió con su diana en el 2-2.

CARRACEDO. Peligroso. Una brillante acción suya dio pie a la jugada del gol de Casas para el 0-1. El extremo dio sensación de peligro en toda la primera parte. El esfuerzo físico le pasó factura y en el segundo tiempo bajó su rendimiento.

KIKE MÁRQUEZ. Muy discreto. El mediapunta gaditano fue la novedad más llamativa en el once inicial de Iván Ania, que apostó por los galones del capitán sin encontrar el respaldo de su rendimiento, más allá de poner pausa y temple en momentos concretos del juego.

ADILSON MENDES. Impreciso. El portugués tuvo muchas apariciones en Castalia y generó peligro constante jugado desde fuera hacia dentro por banda izquierda. Le faltó mayor precisión en los golpes, que tuvo varios y en franca posición.

CASAS. Certero. En la primera que tuvo abrió el marcador, bien colocado en el área. Hizo un gran trabajo para recibir de espaldas y dar salida a su equipo apoyándose en la segunda línea.

SIMO. Héroe. Una vez más, el hispano-marroquí cuajó unos grandes minutos de juego entrando desde el banquillo. Pese al mazazo que fue el 2-1, fue vertical, dio salida a su equipo en ataque y redondeó su gran actuación con un gol que puede pasar a la historia del club.

ISMA RUIZ. Necesario. El equipo echó de menos su presencia desde que Álex Sala se vio obligado a bajar el pistón en las acciones defensivas al tener ya una tarjeta amarilla. Entró quizás demasiado tarde, pero cumplió con su misión de devolver la superioridad física de los suyos en el centro del campo.

KUKI ZALAZAR. Crucial. El mediapunta protagonizó un cambio extraño, al entrar en lugar de Casas, pero terminó dando la asistencia a Diarra en el gol que puso el 2-2 en Castalia. Su movilidad en los minutos finales fue clave en la remontada.

TORIL. Sin tiempo. El ariete balear no tuvo apenas tiempo de entrar en juego, poco gozó de muy pocos minutos. Suficientes, eso sí, para ver desde el césped como sus compañeros daban la vuelta al partido de manera espectacular.

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