La pretemporada del Córdoba CF toca a su fin este domingo en el Nuevo Vivero de Badajoz (18:00, Footters). Es la última prueba de un largo verano, solapado desde hace semanas con el otoño, que desencadenará en la función más esperada: la vuelta de la competición oficial. Después de esta cita ante otro claro aspirante al ascenso, ahora integrado en el Grupo V de la remozada Segunda División B, Juan Sabas y su equipo tendrán apenas siete días para perfilar la visita del Lorca Deportiva, fijada para la tarde del domingo 18 (18:00) en El Arcángel. Porque esto se acaba, o esto empieza, según quien lo mire.

Los blanquiverdes regresan al lugar en el que sumaron su penúltima victoria liguera, allá por inicios de febrero, cuando nadie imaginaba lo que estaba por venir con el maldito covid. Aquel 0-1 con gol de Djetei, uno de los once futbolistas que se mantienen en la plantilla, dio paso a otro triunfo ante el Sevilla Atlético dirigido por el hoy otra vez en el filial Iván Navarro, un empate en Cádiz y la doble derrota con el Algeciras y el Cartagena que apartó definitivamente el sueño del play off, que ya está de nuevo latente en la casa cordobesista.

Sobre ese pilar ha transcurrido una fase de preparación que este domingo, algo más de ocho meses después, toca a su fin en Badajoz. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, aunque el desafío de ambos clubes sigue inalterable: dar el salto al fútbol profesional. Para ello, el Córdoba ha optado por una remodelación profunda, con hasta diez fichajes, cinco menos que los pacenses, que se han ido hasta las 15 altas teniendo en cuenta la promoción del juvenil Konate y la última de Isi Ros que les da un salto de calidad y podría debutar este domingo ante su público, pues las gradas del Vivero se abrirán para recibir a la escuadra cordobesista y ver por primera vez a su equipo, que tiene como reto olvidar su último revés en la promoción de ascenso de hace un par de meses.

Aquello fue en Marbella, precisamente el escenario y ante el rival que los albinegros han sumado su único triunfo en una fase de preparación demasiado gris. Unos números y unas sensaciones que han llevado a la directiva a prescindir de Pedro Munitis, que ya no se sentará este domingo en el banquillo. A aquella única alegría ante los los costasoleños en su primer test, los albinegros han sumado derrotas ante el Almería, el Recreativo de Huelva, el Villanovense y el pasado jueves ante el Montijo; su otro marcador positivo fue un empate con el Betis Deportivo.

Mucho mejor, tanto por balance como por sensaciones está siendo la trayectoria del nuevo Córdoba, cuyo únicos borrones llegaron con la derrota por la mínima ante el Sanluqueño y el empate cedido en Puente Genil ante el Salerm con la unidad B; el empate en el arranque en San Fernando es el otro resultado distinto a las victorias, que llegaron ante el Juventud de Torremolinos, el Algeciras, el Pozoblanco y, el miércoles, ante la Balompédica Linense, en el test más convincente hasta ahora.

Habrá que ver si esa progresión se mantiene en el paso por el Nuevo Vivero. Un partido para el que Juan Sabas seguirá sin poder contar con los lesionados Djak Traoré, Xavi Molina y Carlos Valverde, pero para el que recupera a Samu Delgado, ausente en los dos ensayos más recientes. Además, el técnico ha decidido meter en la convocatoria a los recién llegados Alain Oyarzun y Alberto Salido, si no para jugar, pues apenas llevan tres entrenamientos, sí al menos para que vayan haciendo grupo aunque no se descarta ni mucho menos su participación.

Al contrario que en anteriores convocatorias, el Córdoba llegará a Badajoz con apenas cuatro jóvenes del filial (Luismi, Alberto del Moral, Moyano y Núñez) dentro de la lista de 22, en lo que es una clara muestra de que la función está a punto de comenzar. Lo hará en apenas una semana, si bien antes toca firmar el último ensayo ante uno de esos rivales exigentes que, probablemente, esperen cuando vaya avanzando esta incierta y experimental temporada que ya está a la vuelta de la esquina.