Los socorristas en Córdoba: "La vida puede depender de un gesto sencillo"
Verano 2025
Desde Salvasur cuentan con más de 12 años de experiencia instruyendo a futuros socorristas
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El verano tiene unos protagonistas claros en lo que a actividad laboral se refiere: ellos son los socorristas, que después de formarse de forma adecuada tienen entre sus manos una tarea muy difícil que no siempre se valora lo suficiente. Pese a las altas temperaturas y las horas difíciles, ellos llevan a cabo su práctica vigilando que las vacaciones y el tiempo libre de los usuarios transcurra sin incidencias y provocando que cada instante sea determinante.
Para conocer todo sobre salvamento y socorrismo,El Día de Córdoba ha tenido la oportunidad de hablar con José Aguilar, fundador de Salvasur, entidad que posee más de 12 años de experiencia en el sector y a la que le mueve "la necesidad de garantizar que quienes ejerzan esta profesión estén realmente preparados".
Lo primero de todo es comprender qué tipo de formación deben de tener los futuros socorristas: "Ser socorrista implica asumir una gran responsabilidad. La formación no es simplemente un requisito profesional, sino un conjunto de conocimientos esenciales que acompañan a la persona durante toda su vida. Tener la capacidad de actuar con eficacia en una situación de emergencia puede marcar una diferencia vital y, por ello, es fundamental mantener una actualización constante", dice Aguilar.
Como explica, actualmente la formación se divide en dos grandes especialidades: socorrista en espacios acuáticos naturales, como playas, ríos o embalses, y socorrista en instalaciones acuáticas, como piscinas, parques acuáticos o complejos deportivos.
Y es que, como incide Aguilar, "cada especialidad requiere de una preparación específica adaptada a las características del entorno y a los riesgos asociados". "No se trata solo de saber nadar. Es imprescindible dominar técnicas de rescate, tener una buena condición física, conocer a fondo el medio acuático y estar capacitado en primeros auxilios, con dominio de la RCP (Reanimación Cardiopulmonar) y uso del desfibrilador (DESA)". Además, desde Salvasur defienden que la formación de un socorrista no debe terminar con la obtención de un título, sino que "debe ser continua, rigurosa y basada en la práctica, por ello es fundamental que sea presencial y no online", defienden.
De todos los peligros y obstáculos que pueden intervenir en el desarrollo de esta práctica, uno de los agravantes es el calor extremo que sufre la ciudad. "Las olas de calor, que lamentablemente son cada vez más frecuentes, representan uno de los momentos más duros para ejercer este trabajo. Las condiciones climáticas extremas no solo afectan al estado físico del socorrista, sino que también aumentan el número de incidencias entre los usuarios", señala el fundador de Salvasur. Es más, debido a estas condiciones, se pueden incrementar situaciones de emergencia: "Aumentan notablemente el número de desvanecimientos, los golpes de calor y las emergencias provocadas por la exposición prolongada al sol o la deshidratación", detalla.
Sobre la apreciación de la figura del socorrista, Aguilar señala que "lo que la gente muchas veces no ve es todo lo que hay detrás del uniforme es una formación continua, un nivel de concentración alto y una enorme responsabilidad". "Hay quien piensa que el socorrista no hace nada, pero no son conscientes de lo que implica asumir la responsabilidad de la asistencia de las personas que se encuentran en el espacio acuático, ya sea playa o piscina", defiende. Para ayudar a que el entorno sea seguro y a que los usuarios tengan un tiempo libre donde reine la tranquilidad, también es necesario tomar las precauciones adecuadas.
"La prevención es la mayor herramienta", incide. Algunos consejos son mantener una vigilancia constante sobre los más pequeños, extremar el cuidado con personas vulnerables (niños, mayores, embarazadas, personas con patologías), respetar siempre las indicaciones del socorrista, bañarse únicamente en zonas vigiladas y evitar comidas copiosas antes del baño o la ingesta de alcohol y protegerse del sol en horas de máxima exposición. "Algunas conductas peligrosas que deben evitarse siempre son juegos peligrosos en el agua y el bordillo, así como correr por los filos de la piscina o en zonas mojadas. Los saltos imprudentes e ignorar las señales de peligro o las recomendaciones del socorrista también entrañan riesgos", añade.
Para esto, desde Salvasur también poseen la misión de concienciar, y señalan que, durante los cursos, los instructores plantean situaciones reales o simuladas que ayudan al alumnado a tomar conciencia y a ponerse en la piel del rol que asumirán pronto. Para José Aguilar, no se trata de un trabajo de verano ni de algo momentáneo, sino de "una profesión con grandes responsabilidades y donde hay que conocer tanto los derechos como los deberes", detalla.
Para terminar, Aguilar manda un mensaje a los lectores: "Hay algo que consideramos fundamental para toda la sociedad, y es que todas las personas aprendan primeros auxilios, al menos lo básico. Saber cómo actuar ante un atragantamiento, realizar una maniobra de RCP o simplemente mantener la calma en una emergencia puede salvar vidas. No se necesita ser profesional para ser útil, lo importante es estar preparado y actuar con responsabilidad". Además, cree que es necesario sensibilizar a los demás, porque "para que el sistema funcione de verdad la cadena de supervivencia no puede fallar en ningún eslabón".
"La vida puede depender de un gesto sencillo, de una persona dispuesta, de un segundo de acción", anima. "Otro de los mensajes más importantes que queremos transmitir es que la prevención es tarea de todos y todas. Si cada persona asume su responsabilidad y hace bien su parte, podemos cambiar el mundo, empezando por el trocito que a cada uno nos toca", insiste.
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