La devoción a la Divina Pastora llega a la Mezquita-Catedral con una exposición
La muestra está organizada por la Hermandad de la Paz y reúne esculturas, pinturas, piezas de orfebrería y estandartes sobre iconografía pastoreña
La Hermandad de la Paz y Esperanza ha reunido en una exposición esculturas, pinturas, piezas de orfebrería, estandartes y manuscritos que giran en torno a la advocación de la Divina Pastora. Las obras han llegado de Antequera y de Sevilla, además de incluir otras muchas de Córdoba pertenecientes a conventos, colegios y hermandades, entre otros.
En esta muestra, que se puede visitar hasta el 1 de marzo en la Mezquita-Catedral, La Paz quiere mostrar la iconografía mariana de los capuchinos como homenaje a la orden que le da cobijo. Por ello, se trata de una exposición "capuchina por excelencia", como ha señalado el comisario, Rafael Mariscal, ciñéndose "a la humildad y el buen hacer", pilares de la orden.
El guardián del convento del Santo Ángel de Córdoba, fray Francisco Martínez Melero, ha explicado que, después de visitar muchos conventos, a los organizadores se les ocurrió que la temática podía girar sobre iconografía pastoreña porque "¡qué más capuchino y andaluz que hablar sobre la Divina Pastora!".
Así, ha recordado que la advocación nació en la capital andaluza de la mano de fray Isidoro de Sevilla. La noche del 15 de agosto de 1703, cuando estaba orando en el coro, tras el altar mayor de la iglesia de los capuchinos en Sevilla, la Virgen le premió su favor apareciéndose con traje y aspecto de pastora, mandándole predicar la devoción a ella bajo ese título.
Al día siguiente, el religioso visitó al pintor Alonso Miguel de Tovar, discípulo de Murillo, a quien encargó un lienzo sobre lo que había visto. El 8 de septiembre de 1703, el padre Isidoro presentó al pueblo el cuadro de la Divina Pastora organizando una procesión.
El fraile murió en 1750, pero cogió su testigo el beato Diego José de Cádiz, que en todas sus misiones populares por la geografía española llevaba desplegado el estandarte de la Pastora como patrona y guía.
La fundación de hermandades de esta advocación y las misiones populares de los capuchinos reflejan el gran aumento de la piedad popular por todo el territorio andaluz. Incluso ha cruzado el océano, como ha indicado el padre Paco en la presentación, haciendo referencia a la Divina Pastora de Barquisimeto, en Venezuela, donde se celebra la procesión más multitudinaria del mundo, a la que acuden unos tres millones de personas.
Bajo el título Iconografía mariana de los Capuchinos. La Divina Pastora de las Almas, el visitante podrá ver algunas piezas únicas, como el boceto en el que Tovar plasmó la aparición a fray Isidoro de Sevilla o el libro de reglas de la corporación fundada por el religioso, fechado en 1703.
Entre los principales atractivos de la exposición destacan las tallas pastoreñas que se exhiben, como la del Colegio Divina Pastora, la del Redil Eucarístico de la Divina Pastora, la de la parroquia de la Trinidad y la que procede del monasterio de San Rafael. A ellas hay que sumar la imagen de la Divina Pastora de las Almas, de la Archicofradía de la Santa Vera-Cruz.
Además, hay cuatro imágenes procedentes del convento capuchino de las santas Justa y Rufina de Sevilla, dos del convento de la Inmaculada Concepción de Antequera y una del convento de Belén, también de Antequera.
Este proyecto, que está patrocinado por el Cabildo Catedral, parte del programa de actos conmemorativos previstos de cara a la coronación pontificia de María Santísima de la Paz y Esperanza, que tendrá lugar el próximo 11 de octubre.
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