El aumento de usuarios activos en redes sociales crece como la espuma. Según el último informe de Hootsuite y We are Social, el número total de usuarios de plataformas sociales en todo el mundo es más de 4.600 millones de personas, es decir, casi el 60% de la población mundial está conectado a las redes.
Las redes sociales forman parte del día a día, se han convertido en una herramienta indispensable para muchos, incluso es una forma de trabajo para otros. Gran parte de la población pasa el día con la cabeza agachada y la vista fijada en la pantalla del móvil. Este escenario tan cotidiano puede llegar a ocasionar efectos negativos que aparentemente no son tan fáciles de distinguir.
Aunque un alto porcentaje de usuarios utilice las redes por obligación, la mayoría lo hace por puro entretenimiento. Todas las generaciones tienen presencia en redes sociales, aunque cada vez más, los profesionales están notando que el uso de estas herramientas comienza a una edad muy temprana.
La generación Z, también llamada la generación del internet, está creciendo con los dispositivos móviles a su alcance, por lo que desde muy pequeños asientan relaciones con las pantallas. Es muy común que desde una temprana edad a los niños se les calme o se le entretenga poniéndole una pantalla delante. Un hecho que aunque ayude en un momento puntual, a largo plazo, los pequeños pueden desarrollar efectos negativos. A pesar de que los menores tarden más en crearse una cuenta personal en alguna red, el acceso a las herramientas digitales a través de los móviles de sus progenitores hacen que desde un principio les resulte llamativo el uso de las nuevas tecnologías.
"A pesar de que antes de los 14 no podrían según normativa acceder a redes sociales, lo cierto es que desde incluso los 11 o 12 años ya se abren perfiles en diferentes redes sociales", así lo ha indicado la psicóloga de asociación LAR de Córdoba (Ludópatas Asociados Rehabilitados), Ángela Muñoz.
Instagram y Tiktok son las redes preferidas de los jóvenes, que son capaces de pasar varias horas delante de las pantallas navegando entre likes y mensajes, pero, ¿en qué momento se crea una dependencia? Desde LAR, Muñoz enumera una larga lista de factores que hacen sospechar que el uso de las redes es inadecuado.
Cuando sienten abstinencia en los momentos en los que no pueden acceder, es decir nerviosismo e impaciencia cuando no tienen acceso o se les priva del mismo, cuando entrar en redes es lo primero que hacen al levantarse y lo último antes de irse a dormir. Cuando se accede a las mismas y se utilizan constantemente a pesar de estar realizando otras actividades (andando, conduciendo, comiendo, realizando las tareas de la casa o de la escuela...). Otro síntoma es tener la necesidad de compartir todo lo que se vive a lo largo del día, todos los lugares en los que se está, los pensamientos y emociones. Comparar la vida propia con lo que se ve en los perfiles de otras personas pensando que la de los demás es mejor, tener la necesidad de aumentar continuamente seguidores y recibir los máximos likes posibles, y si no es así ser invadido por sentimientos negativos o cuando pasan más tiempo comunicándose a través de redes sociales con amigos y familia que en persona y de hecho así lo prefieren.
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