Dos recintos sin ferias dentro
Los problemas de Ifeco y la ausencia de actividad en el Parque Joyero evidencian el descontrol político sobre una actividad en la que nadie quiere poner dinero

De la situación crítica de la Institución Ferial de Córdoba (Ifeco) ya se habla como una especie de enfermedad de larga duración. El proceso iniciado por los patronos de la organización, tras casi tres décadas de andadura, para liquidar la entidad si no se da con la tecla de una solución de última hora pone en un brete serio a los políticos de la ciudad que han pasado de reclamar un gran recinto ferial a tener dos -bien es verdad que con carencias-, uno de ellos con poca actividad -el de San Carlos- y el segundo, en el Parque Joyero, habitualmente vacío.
El presidente de Ifeco y de la Cámara de Comercio, Ignacio Fernández de Mesa, se ciño ayer en declaraciones a Radio Córdoba al discurso pactado entre las instituciones. Mantener un perfil bajo hasta tanto se cierren los compromisos de esta anualidad, momento en el que se producirán los encuentros para adoptar una decisión oficial y definitiva al respecto. Fernández de Mesa reconoció los problemas económicos casi seculares de la entidad, que nunca ha estado sobrada de dinero, pero aseguró que no se ha tomado una decisión en firme. La Junta de Andalucía aseguró que no está presente en la institución mientras que el Ayuntamiento declinó comentar la situación.
La caída de Ifeco podría generar una situación problemática para las mismas instituciones públicas que no han otorgado una cierta estabilidad a la entidad. El edificio de San Carlos pertenece a la Junta. El año pasado concluyó la cesión del edificio, de más de 8.000 metros cuadrados de superficie, que se renovó por otros diez años. La ciudad perdería el gestor del único centro estable que organiza ferias comerciales, que tendría que ser devuelto al Gobierno andaluz como propietario legítimo de las instalaciones.
En realidad, las cifras de las que se habla en cuanto a la crisis de Ifeco no son exactamente de proporciones siderales. La deuda total de la entidad se cifra en unos 300.000 euros mientras que la deuda tributaria con el Ayuntamiento similar al patrocinio no ingresado por la antigua Cajasol mientras que la deuda tributaria con el Ayuntamiento por el Impuesto de Bienes Inmuebles no satisfecho asciende a unos 100.000 euros. El problema, se explica, es de fondo. Desde hace años, los socios de Ifeco se han negado sistemáticamente a poner dinero (la última ayuda municipal, no justificada, asciende a 50.000 euros y data del año 2005). La última vez que se abordó la realización de una aportación de 60.000 euros, hace dos años, las instituciones saltaron como un resorte ante las pretensiones de la Cámara de Comercio, que es la única entidad que hasta el momento ha puesto dinero contante y sonante para sostener la actividad.
Curiosamente, la clase política sigue teniendo como objetivo estratégico -lejano, pero estratégico- el desarrollo de un nuevo recinto ferial a pesar de que los dos existentes no están, ni de lejos, al máximo de sus capacidades y depende del acuerdo desarrollado con la Diputación. En todo 2010, por ejemplo, se celebraron seis actividades. El centro de convenciones del Parque Joyero -inicialmente conocido con el nombre de Miguel Castillejo- sólo tiene una cita de referencia consolidada al año, Joyacor, que se celebra en noviembre.
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