Un estudiado plan de autoprotección, la clave frente a catástrofes en los monumentos de Córdoba

Patrimonio

Bomberos y administraciones aseguran que los bienes patrimoniales de la capital están "bien protegidos" ante cualquier incidente

Daniel Muñoz: "Los bomberos de Córdoba están preparados para resolver cualquier emergencia"

Los servicios de emergencia actúan en el incendio de la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Los servicios de emergencia actúan en el incendio de la Mezquita-Catedral de Córdoba. / Miguel Ángel Salas

El incendio que se produjo en la Mezquita-Catedral de Córdoba el pasado 8 de agosto ha encendido todas las alarmas con respecto a la seguridad de los bienes patrimoniales de la provincia. La rápida actuación del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) en el monumento más importante de Córdoba evitó una catástrofe mayor.

Los bomberos de Córdoba conocían a la perfección el plan de autoprotección que tenía la Mezquita en cuanto se les comunicó el inicio del incendio. Unos protocolos muy bien estudiados que comprenden todas las medidas de evacuación, seguridad y extinción necesarias que, sumados a la gran profesionalidad de los bomberos, dieron un resultado muy positivo en la actuación del incendio. Como ya se vio en la Mezquita, Córdoba también cuenta con protocolos de actuación frente a catástrofes en todos sus bienes patrimoniales.

Como asegura el jefe del SEIS en Córdoba, Daniel Muñoz, el patrimonio de Córdoba "está bien protegido". Y eso que cada edificio de estas características "es complejo", pues "se construyeron hace mucho tiempo y no hay una normativa específica en cuanto a las instalaciones de protección contra incendios". Por tanto, para confeccionar los planes de autoprotección de estos inmuebles "hay que conjugar esas instalaciones de protección contra incendios con el patrimonio", lo que implica "hacer un diseño muy exhaustivo de las instalaciones".

Actualmente existen varias normativas que regulan los medios que hay que tener para actuar en estos casos: el Código Técnico de la Edificación y el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios (RIFI). Sin embargo, no hay ninguna normativa específica para los edificios patrimoniales. Para actuar en ellos, por tanto, es fundamental "tener un buen plan de autoprotección con prevención en el que se identifiquen los riesgos de cada edificio", como puede ser que tengan un almacén o una sala de calderas.

Los sistemas para luchar contra incendios más utilizados son el agua, la espuma, extintores de polvo de CO₂, mantas ignífugas y, sobre todo, sistemas automáticos de extinción. Por ejemplo, en la capilla mayor de la Mezquita se va a optar por un sistema automático de extinción por agua nebulizada. En el archivo, sin embargo, ese sistema no funciona porque el agua dañaría los documentos. Lo que se utiliza es un sistema por gas que reduce el oxígeno y permite la sofocación del incendio sin que los archivos se mojen.

"Dependiendo del bien que se quiere proteger y de las características de la edificación, se aplica el sistema de protección que se tiene que utilizar. El Alcázar, la Mezquita, Medina Azahara o Caballerizas... cada uno tiene sus particularidades por el tipo de construcción, instalación o material, por eso los importantes es tener un buen plan de autoprotección y de emergencia adaptado a cada uno de ellos", explica el jefe del SEIS.

Medina Azahara o los museos

Hay otros espacios monumentales muy emblemáticos en Córdoba que son responsabilidad de la Junta de Andalucía. El más importante por su carácter histórico y por ser Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco es el conjunto arqueológico de Medina Azahara. Se trata de uno de los monumentos de la provincia más sensibles por su ubicación. Al estar en plena Sierra de Córdoba, corre el peligro de que un desastre natural como un incendio forestal pueda afectarle.

En el caso de que las llamas alcancen el monumento o de que se genere un incendio en su interior, la Junta de Andalucía cuenta con un plan de autoprotección que, adaptado a las peculiaridades de cada uno, es similar a nivel de seguridad y de rápida actuación en todos y cada uno los espacios patrimoniales que gestiona. En Córdoba se aplicaría a otros monumentos como la Sinagoga o los museos Arqueológico y de Bellas Artes, entre otros.

Medina Azahara.
Medina Azahara. / Juan Ayala

Así, todos los espacios culturales gestionados por la Junta de Andalucía cuentan con planes de autoprotección que consisten en primer lugar en una descripción del espacio en términos de seguridad y evacuación. Es decir, se tiene en cuenta el aforo, la ubicación de las puertas de salida y otros factores importantes como la resistencia al fuego de los elementos constructivos, los recorridos de evacuación y los sistemas de seguridad existentes.

En segundo lugar, estos planes contemplan un análisis de riesgos adaptados a todo tipo de catástrofes, ya sean incendios, terremotos o inundaciones. Para luchar contra cualquier circunstancia de esta índole, los planes tienen definidos ciertas medidas de prevención óptimas para evitar que este tipo de sucesos se agraven y, en caso de que ocurra, también cuentan con una línea muy calculada de actuación en caso de emergencia durante la catástrofe que los cuerpos de seguridad conocen de antemano.

En todos los planes se contemplan tres fases. La primera es previa a la emergencia, que es la más importante, ya que abarca cuando se implementan las medidas de prevención, es decir, sistema de vigilancia, contratos de desbroce, revisión periódica de instalaciones y señalética actualizada. La segunda es durante la emergencia, la cual determina qué se prioriza como medidas de protección in situ y las vías de evacuación para poner a salvo personas y bienes.

Por último, estos planes contemplan la fase posterior a la catástrofe, centrada en las labores de recuperación. Esta suele tener una duración mayor, ya que conlleva la actualización de la planificación para incorporar medidas nuevas como proyectos de restauración u obras de mejora necesarias para rehabilitar los destrozos.

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