"El Cabildo es consciente desde hace mucho tiempo de que el gran peligro de la Mezquita-Catedral son los incendios"

Gabriel Ruiz Cabrero, arquitecto encargado desde 1978 de la conservación del monumento, destaca que hay muchos elementos en el edificio que son "una carga para el fuego" y que desde hace muchos años el Cabildo trabaja en la mejora de medidas de prevención y protección

La Policía Científica investiga en la zona en la que se originó el fuego en la Mezquita-Catedral

Los bomberos trabajan en el interior de la Mezquita-Catedral
Los bomberos trabajan en el interior de la Mezquita-Catedral / Miguel Ángel Salas

"El Cabildo es consciente desde hace mucho tiempo de que el gran peligro de la Mezquita-Catedral son los incendios y también desde hace mucho tiempo se han llevado y se llevan a cabo muchísimas medidas de prevención en todas las partes del monumento". Así lo afirma Gabriel Ruiz Cabrero, arquitecto encargado desde 1978 de la conservación de este icono monumental a nivel mundial que fue declarado en 1984 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Ruiz Cabrero defiende que el pasado 8 de agosto la Mezquita-Catedral se salvó "de una catástrofe tremenda por los pelos, por las precauciones que ya habíamos tomado y por los esfuerzos que hemos hecho durante el incendio". Entre esas precauciones figura, según apunta, que "llevamos mucho tiempo" trabajando por mejorar y mantener al día todos los sistemas de extinción y de detección de fuego en el monumento.

"Tenemos elementos en la Catedral que son una carga para el fuego, como libros, ropa para la liturgia o sillas, que no se pueden retirar del todo del edificio; frente a ello, tenemos que estar continuamente mejorando los sistemas de detección y de extinción", subraya. A todo esto hay que añadir otros elementos que funcionan eléctricamente, casos, por ejemplo, de la megafonía o las cámaras que se reparten por el monumento y su propia electrificación.

Respecto a la rápida actuación del servicio municipal de bomberos, explica que se debió a que el sistema de detección de incendios da la alarma al servicio de videovigilancia de la Catedral y simultáneamente también da la alarma a la central de los bomberos. "Una alarma que no solo señala que hay fuego, sino también en qué lugar del monumento se está produciendo. Ellos saben perfectamente dónde están en cada lugar las tomas de agua más próximas, ya que cada tres meses realizan un simulacro en la Catedral", relata.

"Una de las razones por las que el fuego no se extendió, que podría haberlo hecho, fue porque los bomberos, al contrario de lo que ocurrió en la Catedral de Notre Dame, llegaron a la Mezquita-Catedral muy rápidamente y se pusieron a la tarea inmediatamente, ayudados por personal de la casa,", añade.

Ejemplos de actuaciones

Entre esas "precauciones" que toma contra el fuego el Cabildo, el arquitecto conservador cita la actuación terminada hace dos años en el Archivo, una nueva instalación de extinción de incendios por medio de gases que expulsan al oxígeno e impiden la combustión del fuego, "además, el Archivo se puede cerrar herméticamente", apunta. Y también cita un proyecto para la extinción de un posible fuego en la bóveda del coro.

"Aunque el coro ya tiene una instalación de detección y de extinción semejante a la del resto del edificio, como está muy alto, sabemos que los tiempos de llegada de los bomberos serían muy largos y nos da miedo. Por eso se va a instalar un sistema que se puso en marcha por primera vez en la Catedral de Notre Dame, de París, después del incendio pavoroso que sufrieron. Se trata de un sistema de nebulización; es decir, que en lugar de expulsarse desde los sprinklers agua o espuma, lo que se produce es un agua nebulizada que baja la temperatura y extingue el fuego", detalla.

Respecto a esos elementos que "son una carga para el fuego", Ruiz Cabrero destaca que el Cabildo va "poco a poco" reduciendo la presencia de los mismos en la Mezquita-Catedral. Y recuerda que el órgano catedralicio compró "hace unos meses" un edificio en la calle Encarnación que había que acondicionar para que sirva para el almacenamiento de algunos de esos elementos, "como, por ejemplo, las sillas y esa barredora eléctrica, que parece ser que es el origen del fuego, al incendiarse espontáneamente". "La lástima es que el incendio se ha producido cuando se trabajaba para que estuviera totalmente acondicionado en seis meses. Ahora, el arquitecto que está llevando a cabo el proyecto se va a concentrar en terminar la planta baja, que es la del almacenamiento de las máquinas y de las sillas, en un plazo de dos o tres meses", refiere.

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