Los piquetes cortan la entrada a los polígonos y paralizan su actividad
Huelga General en Córdoba
Los empresarios cifran en un 90% el seguimiento registrado en las zonas industriales, aunque aluden a la apertura de algunas naves a partir del mediodía · CECO critica la "labor coactiva" de los sindicatos
Los polígonos industriales, por el gran número de personas que tienen allí su centro de trabajo, estaban llamados a convertirse ayer en uno de los principales focos de actividad por parte de los piquetes, y así fue. El blindaje policial valió para detener los instantes de mayor violencia, pero los agentes no evitaron que muchos centenares de empleados se vieran obligados a marcharse antes de llegar a la fábrica. Los piquetes, convertidos en embajadores de CCOO y UGT, cortaron los principales accesos a Las Quemadas y La Torrecilla, por citar los dos de mayor superficie que hay en la capital, hasta lograr que la actividad de estos espacios quedara prácticamente paralizada. Según los datos facilitados a El Día por los presidentes de las asociaciones de empresarios de los polígonos industriales, el seguimiento de la huelga general rondó el 90%. Los sindicatos, por su parte, lo cifraron casi en el 100%.
La clave del éxito fue, en términos de los sindicatos y hasta de la propia patronal, la estrategia seguida, si bien estos últimos criticaron que aquéllos se valieran de las amenazas para cumplir su objetivo. Los primeros piquetes llegaron sobre la medianoche, aunque la actividad se inició a lo largo de la madrugada. Aprovechando las lagunas que dejaban los policías en sus patrullas, quemaron neumáticos y contenedores para tratar de cortar los accesos, derribaron señales de tráfico, reventaron cerraduras en los negocios y hasta sellaron puertas y persianas metálicas con silicona. Fue el primer golpe de efecto.
La segunda parte, todavía con los rescoldos humeantes en plena carretera, arrancó en torno a las 07:00, la hora en la que empiezan a llegar los empleados a sus centros de trabajo. En el polígono de Las Quemadas, un piquete de UGT recorrió el polígono en busca de aquellos empresarios que se resistían a cerrar. No hubo suerte en el caso de un concesionario de vehículos, pero el cierre de una de las principales arterías del polígono les sirvió para que muchos renunciaran a su jornada laboral. Aunque no recurrieron en ningún caso a la violencia, sí se produjo algún que otro enfrentamiento dialéctico con quien se resistía a ceder a la presión de los piquetes.
La Torrecilla fue, tal vez, el parque empresarial en el que se emplearon con una mayor virulencia. Entre los sucesos más destacados cabe reseñar un herido como consecuencia del atropello de un conductor que no quiso detener la marcha de su vehículo y la intervención de agentes de la Policía Nacional cuando un piquete prendió fuego a unos neumáticos en uno de los accesos al polígono. En Chinales, por su parte, la jornada discurrió con más tranquilidad. De hecho, el presidente del colectivo empresarial de este espacio, Francisco Cardador, precisó que el seguimiento de la protesta apenas si alcanzó el 50%.
Otros piquetes de especial relevancia se organizaron en la fábrica ABB y en el polígono de Quintos, en la barriada de La Golondrina. En el caso de la fábrica de Poniente -que cuenta con unos 400 trabajador- un grupo cercano al centenar de personas bloqueó la entrada a las instalaciones y llegó a encararse con aquellos que trataron de acceder. En Quintos hubo hasta tres piquete. El más numeroso se situó en la zona alta del polígono, cerrándolo con contenedores y palés de madera.
Desde la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) señalaron que los piquetes "han hecho una labor coactiva" y que éste ha sido el arma que les ha llevado a paralizar la actividad en los polígonos industriales. El propio presidente de la patronal, Luis Carreto, precisó a este periódico que "la huelga ha funcionado donde ha habido piquetes" y concretó que "sólo dejaron pasar a los que se inventaban una milonga".
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