Piccadilly English Institute: la academia de inglés de Córdoba que surgió de una historia de amor
Comercios con historia
El establecimiento, pionero en su momento, abrió en el año 1985 en el popular barrio de Santa Rosa
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Linda Kaittani nació en Londres, aunque su familia era grecochipriota. Durante sus estudios universitarios, un programa de traslado le convenció para venir a visitar España en el año 1981, en concreto, la ciudad de Córdoba. En aquellos entonces, Linda no se esperaba que el vínculo con la ciudad de la Mezquita iba a llegar hasta nuestros días. Cuando Kaittani llegó a la ciudad hizo amistad con diferentes cordobeses que aportaron mucho a su estancia y le ayudaron a estudiar el idioma, pero una en especial, el que a día de hoy es su marido, le hizo quedarse. Linda se enamoró de la ciudad y aquí empieza la historia de esta academia de inglés, que nació desde el love por la ciudad.
Cuando Linda dejó su país natal y comenzó a instalarse en Córdoba, solía ganarse la vida dando clases particulares de inglés, apoyada por su familia política, que puso un breve anuncio en el periódico que llamó la atención de sus primeros alumnos. Gracias a su repercusión, le animaron a llevar esto más allá, ya que la veían capaz de usar su maestría en otros niveles. "A raíz de ver cómo funcionaba una pequeña academia, mi marido me animó. Esto lo podemos hacer, me dijo. Y con mucho miedo e ilusión sacamos un pequeño préstamo, encontramos un local y empezamos a comprar libros, mobiliario y cintas de casetes y nos instalamos en el barrio de Santa Rosa", recuerda.
¿Por qué ese nombre? Después de un curso especializado de enseñanza para extranjeros en la zona de Piccadilly, que le dio, además de dotes de profesorado, la energía de involucrarse en una nueva aventura, decidió llevar ese recuerdo para siempre. Por eso está academia que nació en el barrio de Santa Rosa lleva el nombre de Piccadilly English Institute, "en honor a ese sitio que me inspiró y me preparó, además de darme la confianza", señala Linda. En agosto de ese año, ya que el calor tampoco fue barrera para ella, la academia abrió sus puertas. "Con casi nadie en Córdoba, cogimos una chapa que yo pinté a mano con nuestro nombre. Esa chapa la tengo guardado aún. Se llenó en muy pocas semanas, fue increíble el impacto. Fue un boom los primeros meses", narra.
Los primeros años de vida de esta institución estaban llenos de personas que se acercaban con una visión compartida: "El inglés es el futuro, muchos acompañados de esos conocidos yo sé francés", pero con ganas de aprender un idioma que en aquella época no tenía tantos seguidores, ya que la ofertas de instituciones que ofrecían esas enseñanzas era mucho menos que en pleno 2025.
De esos primeros alumnos ya se pueden calcular 40 años, cuatro décadas ayudando a los usuarios a introducirse en el idioma y también en la cultura británica. "Han sido años llenos de mucha vitalidad. Somos una academia pequeña, pero con mucha cercanía, un grupo pequeño también de profesores que vienen y van, son gente de fuera que suele volverse a su país. Son 40 años de muchas cosas que pasan, caras conocidas y muchas alumnos que traen a sus hijos".
Como narra, la dueña de esta institución, Piccadilly es un lugar de referencia para las familias, allí donde estudiaron padres y madres vuelve a ser un lugar de lecciones para sus descendientes. "Es otro ciclo con los hijos de nuestros alumnos. Diría que es un placer incomparable poder estar al lado de otra generación", confiesa. Y siempre en el mismo barrio, aunque en diferentes locales de la zona: "Nos sentimos muy arropados por los demás comercios", indica.
Esa academia que nació a la antigua usanza con un reproductor de música y unos casetes ahora también vive su evolución, una evolución que ha ayudado a que los usuarios puedan practicar el idioma fuera del aula. "Por parte de la gente hay un interés que crece por observar cómo se vive la cultura anglosajona. La gente tenía la sensación de que hablando inglés se abren otras puertas, por eso tenemos muchas fuentes de complementos para ver películas dobladas. Eso antes tenía que ser en el cine y lo hacía muy poca gente. Aunque a la gente le gusta venir a la clase a tener esa atención individualizada, es una atención que podemos prestar, así como dar ayuda individualizada a quien más lo necesita". Respecto al catálogo de idiomas, desde Piccadilly señalan que el inglés sigue estando en el podio. "Hemos ofertado más idiomas, pero siempre hemos visto que la demanda es inglés", dice.
"La comunicación es lo más bello de la existencia.... Es un gran honor poder enseñar a alumnos la forma de comunicarse y saber hablar de temas distintos en otros idiomas", concluye la dueña de esta academia de inglés, que anima a seguir aprendiendo y comunicándonos sea cual sea el idioma.
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