mayo festivo | Ruta 1 del concurso municipal de Patios

Desde los ojos de Peng Xing

  • Nueve patios componen la primera ruta, la denominada como Regina-Realejo, itinerario muy heterogéneo que está conformado por unos recintos muy distintos entre sí arquitectónicamente

Peng Xing busca en su guía el patio al que la Delegación de Fiestas y Tradiciones Populares del Ayuntamiento ha numerado con el 1. "Isabel II, 25", lee en voz alta en un perfectísimo castellano. Esta estudiante asiática de doctorado en el Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas de la Universidad de Alicante ha descubierto "algo muy bello", los patios cordobeses, "todos tan distintos", apunta. Entra en Isabel II, 25 sabiendo, porque alguien se lo ha dicho ya, que va a encontrar un pequeño museo de arqueología. En la antesala al patio la recibe Manuel Ortega, el propietario del inmueble. Frente a él, un cuadro que un neófito confundiría con un Sorolla. "Lo ha pintado mi mujer", explica. "También ha pintado este año las tejas de la entrada", añade, mientras la cara de Peng Xing dibuja sorpresa al ver un gran expositor en el que están guardadas ancestrales piezas que Carmen y Manuel han ido atesorando a lo largo de los años. En medio del patio, un capitel de tintes árabes levanta unas plantas en un recinto "en el que hay más macetas que el pasado año", apostilla Manuel, y en el que es estrella un pozo vestido también de árabe y que es vigilado por los ojos de los huéspedes alados del palomar que corona el patio.

Toca seguir de ruta. Peng Xing vuelve a mirar la guía. "El número 2 es Isabel II, 1", comenta. "El patio de la felicidad", lee en la puerta. Dentro, una guitarra suena en el Santuario, el cuartillo de relax de las tres familias que habitan la casa -Montserrat Vázquez y José Sánchez, Julia Sesma y Rafael Jiménez, y Raquel Jiménez y Juan Carlos Blanco-. En El Santuario, José y Rafael apuran una copa de vino a la par que Montserrat ejerce de cicerona justo delante de una zona "a la que llamamos el rincón de la abuela", explica. Se trata de una muy clásica hamaca rodeada por cachivaches de otra época. "Nuestra joya arquitectónica la componen estos tres arcos de ladrillo visto sobre unas columnas que cuentan con capiteles de avispero islámico, califal y romano", recuerda. El decorado árabe del pasado año ha mutado este año en un decorado tipo bodegón, "aunque este patio está enfocado siempre en clave andalusí", anota Montserrat, quien apunta que este año también se ha mejorado la artesanal fuente diseñada con tejas -que ha sido modelo para el cartel de la Fiesta de los Patios 2015, captada por el fotógrafo de El Día José Martínez- y destaca que "la balconada de gitanillas, algo muy típico nuestro también, está espectacular, como lo está este jazmín estrella" que arropa a una de las paredes del recinto.

Peng Xing continúa su camino por el número 3, el de la plaza de las Tazas, 11. En su zaguán, Cristina Bendala ha recuperado -en forma de grandes fotos y textos enmarcados- la memoria histórica del patio. Es más, sigue recuperándola. "Este año han continuado las visitas al patio de familiares de antiguos vecinos que vienen con nuevas historias; tengo la necesidad de hacer lo que pueda para que no desaparezca de la memoria de la gente que hubo una época en la que el 80% de la población de la Axerquía vivía en casa de vecinos", dice Cristina, antes de referirse a una de las plantas de esa selva ajardinada que forma parte de su hogar. Se trata de una de sus favoritas, una dalmática morada, que adorna ese pequeño paraíso que es la plaza de las Tazas, 11. Como también lo adornan singulares buganvillas, lantanos, anturios... y hasta "un maravilloso rosal" o una espectacular planta de bambú. "Este año he decidido no tener tantas surfinias y he vuelto a poner gitanillas", insiste. Todas ellas, plantas que, como la propia Cristina dice, "atraen vida", convirtiéndose en una especie de Ciudad de los Niños para abejorros e insectos de todo tipo. Insectos infinítamente más pequeños que la mastodóntica hormiga que permanece estática en una de las paredes del patio de Duque de la Victoria, 3, "el número 4", como lee en su guía Peng Xing. "Es una de las obras escultóricas de mi hija Araceli; está hecha en fibra de vidrio", explica el cuidador del patio, Manuel Morales. Hija y padre son artistas -ella, de la escultura, y él, de la fotografía-, como revela la exposición que Manuel ha montado en una de las habitaciones del recinto. La muestra está compuesta por instantáneas de distintos patios, a las que acompaña una mujer leona; una ninfa sentada sobre una tortuga; una cabeza elaborada en cedro macizo; una cabeza de un romano, en barro; y dos conchas, en fibra de vidrio; mientras que en pleno patio vigila una de las últimas obras de Araceli, un galgo que reposa con cuerpo de forja haciendo guardia a las puertas del taller de la hija, un taller que guarda la imagen de Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas, el Cristo de la Merced. A pocos metros del galgo, un nuevo arriate elaborado por el propio Manuel descansa sobre el valioso suelo de barro del recinto con, entre otras plantas, un olivo picudo y una lima lunera.

De un recinto de artistas a otro de artista. Toca el patio número 5, el de Gutiérrez de los Ríos, 33, el hogar de Carmen Valencia y Benito Raya, quien tiene la pintura como hobby. Peng Xing observa la puerta falsa que se abre a la vista justo frente a la entrada al patio. Es imposible no fijarse en ella, o en la piscina del recinto sobre cuya pared Carmen y Benito han colocado gitanillas en macetas pintadas de color azul añil. "También hemos incluido muchos geranios en el patio", apunta Benito, quien ha elaborado la mesa central, sobre la que se levanta un embrionario olivo y no faltan pensamientos, calanchoes e incluso un pequeño bonsai de granado. "Procuro darle color al centro, por eso lo he rodeado de geranios, azaleas y hortensias; al igual que, para darle color al muro de la puerta falsa, ha colocado surfinias", relata. Los Raya-Valencia han confeccionado una obra de ingeniería vegetal cuidando hasta el más mínimo detalle. Por ejemplo, "las glicinias de las esquinas se unen en una de las medianeras con el naranjo en espaldera y en las otra medianera tenemos buganvillas, diamelas y jazmines, mientras que en el otro lateral hay dama de noche y un naranjo", resalta Benito.

Ingeniería vegetal parecida es la que durante más de 15 años ha usado Vicente Flores para diseñar la ornamentación de su patio, el de Conde de Arenales, 4, el número 6, según la guía que lleva en sus manos Peng Xing. "Ahora es mi mujer [Concepción Luque] quien se dedica a decorar el patio", insiste Vicente, "pero que conste que tenemos más de 300 plantas y más de cien variedades distintas", añade. En Conde de Arenales, 4, Peng Xing puede comprobar cómo lucen unas nuevas calas moradas junto a los claveles y gitanillas que pueblan un recinto vestido de mármol -en cuyo zaguán reciben los cordobanes y guadamecíes que la propia Concepción elabora con muchísimo arte- y en el que destaca una fuente de dos caños sobre cuyas aguas descansan unas margaritas anaranjadas y que sirve de hogar a varios peces.

Próxima estación para Peng Xing, el número 7 de la guía, Pedro Fernández, 6, la casa de Marcial Gómez y Ana Balbuena, una especie de isla tranquila dentro de la ruidosa ciudad. "Este año hemos pintado los muros de azul para que me recuerden a Málaga [su tierra natal], al mar, y construido con las propias macetas un arriate que separa en dos el patio, para hacerlo más cómodo para el visitante", comenta Ana, quien destaca entre las plantas "unos zapatitos de venus, muchas hortensias rosas, muchos tipos de begonias, un pacífico y un ajo porro con olor a miel, además de azaleas y begonias rojas en las escaleras". Ana y Marcial tienen en Carmen María Aguilera una mano amiga a la hora de montar el patio. Ana y Carmen María comparten grupo, Conoce Córdoba Paseando. "Si alguien quiere ver fotos del patio y de nuestras rutas, que eche un vistazo al facebook del grupo", incide Carmen María, mientras Marcial hace hincapié en que "muchas veces no se ve lo que hay detrás de los patios, por eso es de agradecer cómo se portan con nosotros desde El Gallo, regalándonos vino, como la Taberna Fuenseca o Sadeco".

Ahora, a por el número 8 de la guía, Pedro Verdugo, 8, donde el blanco nuclear de las paredes y un bellísimo pozo de época contrastan con los colores que proporcionan rododendros, pensamientos, hiedras, rosales, plantas de maracuyá, rosal trepador, rosa de pitiminí...y una cascada de claveles y gitanillas que parecen caer por los muros. Su dueña, María de los Ángeles Flores, ha incluido este año macetas de macramé en un recinto en el que también destacan unas modernamente añejas hamacas, "que ha pintado mi hermana Auxiliadora", detalla.

Última estación, el número 9, el de Escañuela 3, la sede de la Asociación de Amigos de los Niños Saharauis. En este patio, el más grande de los que concursan -con más de 200 metros-, un largo pasillo se va abriendo entre flores verdes para parecer explosionar justo al llegar a otra altura del recinto en una buganvilla de color morado. "Nuestra seña de identidad son las azucenas, que no las hay en otro patio, además de un níspero", destaca el presidente de la asociación, Arturo Falcón. Ruta conseguida. Peng Xing ya puede reponer fuerzas en la siesta de los patios, en el Palacio de Orive.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios