Los casos aumentan día a día. Un total de 15 internos del Centro Penitenciario de Alcolea se encuentran ya recluidos en sus celdas por presentar síntomas compatibles con la gripe A, informaron ayer fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Los primeros siete presos afectados por fiebres altas fueron detectados el jueves pasado y, en tan sólo cuatro días, ya hay el doble de posibles contagiados. La mayoría de los enfermos se localiza en el módulo cuatro, un área de las denominadas de respecto. Los 137 reos que allí cumplen condena están totalmente confinados y no pueden acudir a vis a vis ni a talleres ocupacionales o formativos.

El protocolo de la Subdirección General de Instituciones Penitenciarias establece la obligatoriedad de aislar un módulo al completo cuando se declaren más de tres casos, lo que ha ocurrido en el departamento número cuatro de la prisión de Alcolea. Fuentes del centro detallaron que los servicios médicos realizaron ayer aleatoriamente estudios epidemiológicos a varios de los internos con síntomas de la nueva gripe, ya que hasta el momento no hay ningún caso confirmado y no se han hecho análisis. Las mismas fuentes detallaron que tres de los reclusos sufrían ayer fiebres altas, mientras que los síntomas eran leves en el resto.

La política de aislamiento para frenar el posible brote vírico no ha dado los resultados esperados, por lo que los responsables del centros preparan ya una nueva respuesta que podría levantar el aislamiento en el módulo cuatro en las próximas horas. Las fuentes consultadas explicaron que el plan alternativo consiste en derivar a los internos con síntomas al módulo de ingresos, lo que permitiría que los más de 130 internos sanos del área aislada puedan recuperar su actividad diaria tras la parálisis de la última semana.

Varios colectivos han criticado en los últimos días la forma de actuar de la dirección para contener el brote. La Asociación Pro Derechos Humanos (APDH) auguró las "graves consecuencias" de la enfermedad en la prisión y apostó por aplicar medidas penitenciarias como la excarcelación de los reos con enfermedades graves o su traslado a otros centros libres de la enfermedad.

El sindicato CSI-CSIF también mostró su malestar por la tardanza de los responsables del centro en reaccionar al virus. "Los presos sospechosos podían haber sido aislados antes", reconocieron las fuentes consultadas. El módulo cuatro se trata de un departamento de los denominados de respeto y acoge a internos con buen comportamiento, al borde de disfrutar de permisos y con un contacto continuo con sus familiares, por lo que se dispara la posibilidad de que el H1N1 se propague. La Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias también criticó que pasaron "horas" desde que se detectaron los síntomas de la gripe hasta que llegaron las primeras decisiones.

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