Sanidad

La cifra de donantes de médula crece un 70% desde el año 2016

  • El registro de Córdoba cuenta con 6.547 voluntarios dispuestos a realizar el proceso de donación

  • Los profesionales llaman a apuntarse en la lista “desde la convinción”

Paciente siendo atendido para la donación.

Paciente siendo atendido para la donación. / Juan Ayala

La posibilidad de realizar trasplantes ha permitido grandes avances en el mundo de la medicina a la hora de combatir diversas enfermedades y condiciones que atacan a la salud. Aunque el protagonismo mayor se lo llevan los trasplantes de órganos, sin embargo el de médula es uno de los más importantes, ya que supone un proceso complejo que además se traduce en un cambio total en la vida del paciente.

Para ello, es necesario contar con un amplio registro de donantes dispuestos a realizar el proceso si fuese necesario, una lista que en Córdoba ha crecido en los últimos años con 2.680 nuevos donantes desde 2016 y que actualmente se sitúa en las 6.547 personas –o sea, un 70% más–.

Así lo indica la responsable del centro de trasplantes del Hospital Reina Sofía, Gema Fornés, que también se encarga del registro de donantes de médula, explica que se trata de “un registro mundial” y que el total asciende a los 30 millones de donantes, por lo que “suele existir compatibilidad en caso de necesitar un donante”.

Junto a ella, la responsable de la Unidad Clínica de Gestión del Servicio de Hematología del Reina Sofía, Concepción Herrera, añade que “la mayor parte del éxito depende de la elección del donante”. Se trata de un proceso que para el receptor “tiene un índice de mortalidad” que depende de la aceptación del organismo y de la enfermedad base por la que es necesaria la intervención.

Aún así, a pesar de la magnitud del proceso y de la relevancia que cobra para salvar un elevado número de vidas, el proceso de donación no supone complicación alguna para la persona que se registra y que actúa como emisor. Las doctoras señalan que “antes era necesario extraer médula del hueso ilíaco, situado en la pelvis, para conseguir entre 500 y 800 mililitros”, lo que conllevaba el uso de una punción con una aguja grande y que suponía el uso de anestesia para evitar el dolor.

Sin embargo, los métodos actuales suponen un ahorro de tiempo y de dolor para el donante. Herrera señala que el proceso que se usa hoy día implica que la persona deba realizarse inyecciones subcutáneas durante dos días para “movilizar las células de la médula y que éstas circulen por la sangre”.

Posteriormente, la donación consiste en “extraer esas células de la sangre periférica”, para lo que es necesario que la sangre del donante salga de uno de sus brazos.

Una vez conseguidas, la sangre vuelve al organismo por el otro brazo y así continúa el proceso -que dura alrededor de unas cinco horas- y que “no supone que el donante pierda nada, porque en principio son células que no deberían estar en la sangre”.

Aunque Herrera apunta que “es raro que tenga que donar más de una vez”, este proceso podría repetirse sin necesidad de contar con un descanso, como ocurre en la donación de sangre.

A pesar de que este proceso no tiene impacto en la salud del donante, la expertas insisten en que “uno de los mayores problemas es el desconocimiento”, no sólo por el proceso, también por la compatibilidad y “el compromiso moral” que conlleva registrarse como donante y que “debe hacerse desde la convicción”.

Las doctoras Gema Fornés y Concepción Herrera. Las doctoras Gema Fornés y Concepción Herrera.

Las doctoras Gema Fornés y Concepción Herrera. / Juan Ayala

Ambas hacen referencia al “efecto Pablo Ráez”, cuyo llamamiento ha supuesto en Córdoba un aumento significativo en los último tres años. No obstante, especifican que es necesario evitar “los donantes emocionales”, personas que se registran como donantes “ante un llamamiento” pero que, cuando con el tiempo son contactados para una donación “han perdido el factor emotivo” y rehúsan la donación.

Por ello, Fornés destaca que es necesario que la población conozca el proceso y que es más importante “fidelizar a los donantes de sangre” porque conocen mejor los procesos “y una vez que han realizado una donación están más abiertos a hacerlas de otros tipos, como las placas o la médula”.

En lo que respecta a la compatibilidad, Herrera detalla que el donante ideal “es el hermano idéntico”, ya que la coincidencia genética es total. Cuando el paciente no tiene, “algo muy común ahora, aunque antes prácticamente todo el mundo tenía hermanos”, se necesita hacer uso del registro para encontrar “un donante que tenga tipaje HLA similar al del paciente”, esto es, “algo parecido a lo que es el grupo sanguíneo, pero en las células y algo más complejo”.

Esta compatibilidad es compleja y depende de muchos factores, pero es necesario “un donante que coincida en 10 de 10”. Aunque la creencia es que esta coincidencia se da entre personas de la misma familia, esto sólo pasa con los hermanos.

“También está el caso de los padres y de los hijos, que en este caso sólo son la mitad de idénticos genéticamente, por lo que es preferible una donación de una persona de otro país que coincide en todas las características antes que la donación de un familiar que sólo es la mitad de compatible”, matiza Herrera, que hace de nuevo referencia a “los niveles de rechazo” de esta intervención, convirtiéndose en el trasplante “más complicado a nivel de supervivencia y de recaída”.

El registro de Córdoba está incluido en otro mundial con 30 millones de donantes

Las profesionales hacen hincapié en que “a pesar del protagonismo social que tiene esta intervención, es poco conocida y la gente en realidad no sabe muy bien qué es”. Además, Herrera argumenta que en 2016 se legaron a realizar seis donaciones, mientras que en 2017 fueron ocho.

Por ello, Fornés precisa que “es importante que el número de voluntarios en el registro sea alto para que haya más probabilidades de hallar la mejor compatibilidad, pero hay que saber que normalmente no suele tocar donar” y, en cualquier caso “no pierdes nada”. En 2017, a nivel nacional, se realizaron 98 trasplantes, teniendo una lista de un total de 322.530 donantes.

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