Los muebles de la IX Asamblea Federal

A pesar de la fragmentación interna que suponen las cinco candidaturas y la incapacidad para elegir un coordinador, Izquierda Unida salvó en su IX Asamblea Federal dos documentos clave: el político y el de refundación. Una amplia mayoría de los 800 delegados dio su respaldo a un documento político que, aunque enmendado, mantuvo la esencia del texto que, bajo el título Por una Izquierda Unida anticapitalista, republicana, federal y alternativa, organizada como movimiento político y social. República, Estado federal y socialismo del siglo XXI, auspició el PCE. Y donde se ejerció finalmente una crítica clara a la gestión de Gaspar Llamazares, a pesar de que los llamazaristas intentaron impedirla por medio de una enmienda que no prosperó -hubo un empate-, que admite que "las causas internas que explican nuestra derrota social y electoral" se deben a que "se ha diluido nuestro perfil político y hemos aparecido plegados y subalternos a la estrategia del Gobierno de ZP".

Cuando aún no se sabía el sentido de la elección del coordinador, un destacado ex dirigente del PCE comentó que, en términos futbolísticos, la aprobación del documento político suponía que "pasaba el balón, pero no el tío".

El otro documento, el que plantea un proceso constituyente para la refundación de Izquierda Unida, recibió también un apoyo prácticamente unánime de la IX Asamblea. Así, en un plazo de 18 meses, IU afrontará un proceso de refundación. Entre los objetivos, la IX Asamblea establece que "la nueva IU" estará organizada como "movimiento político y social", tendrá carácter "federal", será "anticapitalista y alternativa", practicará "la democracia radical", formará parte de "la izquierda europea", enarbolará la bandera "republicana" y "feminista", se declarará soberana y perseguirá verse "joven y renovada" y "útil".

Todos los dirigentes, sin excepciones, valoraron de forma muy positiva la aprobación de estos documentos, los muebles de la IX Asamblea Federal de IU.