Manuel Blasco | Presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba

“La mayoría del comercio tradicional está en la UVI porque arrastramos dos crisis”

  • Defiende que el sector ha sobrevivido a muchas “invasiones comerciales”, que ahora el gran enemigo es el “monopolio” de la venta ‘online’ y que los políticos no ayudan lo suficiente

El presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco.

El presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco. / Juan Ayala

Manuel Blasco ha tenido varias tiendas de ropa en la calle Cruz Conde y entre los negocios por los que ha pasado también están la representación en una inmobiliaria y un bar. Desde 2009 es el presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, un puesto por el que ha insistido en más de una vez que no cobra “porque no tendrían dinero para pagarme” y que ostenta para “aportar su granito de arena” a mejorar la economía de la capital. Muy crítico con la gestión política, asegura que el objetivo es generar oportunidades de crecimiento y empleo en el sector.

–Black Night, Shopping Night, Shopping Week, ¿el comercio tradicional o de cercanía tiene que reinventarse para poder sobrevivir?

–El comercio siempre se está reinventado para sobrevivir. Hemos sobrevivido a invasiones comerciales de todo tipo, de mercadillos, de chinos, de grandes centros comerciales...invasiones que han intentado cambiar los hábitos del consumidor; y ahora el gran ataque que perjudica a la mayoría del comercio es el de la venta online, incluso a los que venden online. Hay un monopolio que se resume en dos monstruos, AliExpress y Amazon.

–O sea, que no les queda más remedio que reciclarse.

–Siempre somos nosotros los que nos tenemos que adaptar a lo que llega, pero además, con el beneplácito de las instituciones. No tenemos más remedio que reciclarnos y no sabemos por qué, no entiendo el por qué, cuando formamos un sector que es una potencia económica en Córdoba, generando muchísimo empleo. Se nos promete la luna, el oro y el moro y resulta que al final cuando llega la hora de la verdad y ya han pasado las elecciones volvemos a lo de siempre. No hay un plan estratégico de verdad, no hay un plan de ayudas...Y el comercio es el que da vida a las ciudades, en el Centro, en los barrios y en todos lados, el que da valor a los locales, a las zonas, a la convivencia ciudadana. El comercio es un valor añadido.

–¿Considera entonces que eso no lo entienden los políticos?

–Lo entienden, pero ¿cual es la historia por la que después no reaccionan? No lo sabemos. Yo ya he visto pasar políticos de todos los colores por el gobierno municipal y se justifican, pero las medidas que toman son medidas parche, no hay una continuidad, por ejemplo, de decir tengo este presupuesto para el comercio y el año que viene lo vamos a incrementar y además en lo que vemos resultados tenemos que incrementarlo in crescendo y bastante más. No hay esa voluntad. Se creó el centro comercial abierto, hemos luchado por que las calles sean peatonales y seguimos teniendo la accesibilidad malísima al mismo.

El presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco. El presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco.

El presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco. / Juan Ayala

–Difícil tener una conversación del sector con usted y que no salga el problema de los aparcamientos en el Centro.

–Es que es verdad, la accesibilidad sigue siendo malísima. En el tema de los aparcamientos ya le dije yo a la entonces alcaldesa Rosa Aguilar cuando hizo el parking de La Victoria que era precioso pero que a la una y media del mediodía iba a estar lleno, porque es muy chico. Además, el comercio necesita una ayuda extra en este tema.

–¿A qué se refiere?

–Pues a medidas como la de que viene usted a comprar en el Centro y la primera hora de aparcamiento, gratis. Eso haría, por ejemplo, que la gente de la provincia viniera a comprar más al Centro, porque el Centro necesita de su clientela de la provincia, y mucho.

–¿Cómo está ahora clínicamente el comercio tradicional?

–La gran mayoría del comercio tradicional está en la UCI porque arrastramos dos crisis, la del 2008 y la de la pandemia. Y no hemos salido ni mucho menos de la crisis que empezó en 2008, porque se perjudicó al comercio de barrio sacando dos leyes catastróficas, sobre todo la de las rebajas, además de la de los horarios. Yo lo decía y la mayoría no lo quiso ver, la ley de las rebajas es un desastre, este es el abono completo para las grandes superficies, tienen ya la excusa para estar todo el año de descuentos y de rebajas, cosa que nosotros ni podemos, ni tenemos mercancía para ello, ni tenemos los márgenes que tienen ellos.

El comercio de barrio siempre tiene que adaptarse a lo que llega en vez de al revés, y con el beneplácito institucional”

–Habla de la crisis de la pandemia, ¿va a suponer entonces un punto de inflexión para el comercio tradicional?

–Totalmente. La recuperación la vemos en la calle cuando queremos palparla, se ve en la hostelería. Aunque el consumo en la hostelería ha vuelto muy rápido, no se consume lo que se consumía antes de la crisis, ni mucho menos y en el comercio se vende menos. El ocio va como un tiro, pero el comercio no. El consumo del comercio va a la necesidad y después está lo que hemos hablado al principio, la venta online. La prueba está en que Inditex ha invertido, a pesar de que ya tenía venta online, 2.000 millones de euros para reforzarla. ¿Quién lucha contra eso? Y la venta online a muchos comercios le está costando el dinero.

–¿No está entonces adaptado el comercio tradicional a las nuevas formas de consumo de la era digital?

–Hay gente a la que le funciona la venta online, sí. Pero la mayoría no vive totalmente de eso. A los que le funciona solo les sirve como un segundo escaparate, como una caja adicional. Hoy se compra online y el servicio de paquetería es gratis y la devolución igual. Si yo quiero probarme en mi casa diez camisas, las pido, las pago y después puedo devolver diez, nueve u ocho. Si tengo en un día 20 pedidos, ¿quién aguanta un almacén de ese porte? Es que hasta a las mismas grandes empresas les está costando el dinero, pero les compensa porque trabajan con unos márgenes brutales. Nosotros no tenemos almacenes para trabajar así, no tenemos ni espacios siquiera. Ya no le digo economía de tener que mandar cuatro prendas y que las cuatro al final en diez o 15 días vuelvan para atrás.

–Volviendo a los políticos, a usted le he oído en más de una ocasión que saben que el comercio hace ciudad, pero que se hacen los tontos.

–Es que es así. Cuando estamos a las puertas de unas elecciones a todos nos regalan los oídos, porque saben la realidad del comercio y los problemas que tiene, pero también saben otra cosa, que somos miles y no somos los seis que están dominado el mercadería del país, seis que se juntan y se ponen de acuerdo. Los políticos se hacen los tontos porque no le ven políticamente la punta al comercio tradicional. No sé por qué, pero si el comercio tuviera una ayuda de verdad y hubiera una implicación, y no tiene que ser todo ayuda económica, las cosas cambiarían. Hay muchas más cosas que se pueden hacer por la ciudad y se pueden hacer por el comercio y si es así los beneficios económicos y de empleo, también para la ciudad están garantizados. Le pongo un ejemplo, llevamos años hablando de ello y todavía no está puesta la iluminación en la calle Cruz Conde. Hablo incluso de cosas más pequeñas como puede ser, en la calle Nueva, la poda de unos naranjos, limpiar las farolas y cambiar las luminarias. Cambiaría esa calle, que es una cueva por las noches, lo hemos denunciado 200.000 veces y el coste de eso es mínimo.

Un momento de la entrevista. Un momento de la entrevista.

Un momento de la entrevista. / Juan Ayala

–¿Ha sabido aprovechar el comercio tradicional el tirón turístico de Córdoba?

–Solo la zona de la Judería. En el Centro, el turismo llega solo hasta la calle Jesús y María. Nosotros hemos pedido que se obligue a los turoperadores a que vengan a descargar a sus clientes en la zona que rodea al Casco Histórico, no digo solo al Centro, incluso hemos llegado más allá, se han hecho propuestas de ¿por qué no revitalizamos los barrios? los barrios tan bonitos que tenemos para el turismo, que en ellos se podía generar más empleo. Hablamos de dos o tres puntos de parada de autobuses, hasta se les dijo los sitios a los que podían ir, allí en el Estadio, en el descampado que hay en el Carrefour Sierra o en el Vial Norte, además de en La Victoria. Tenemos el problema de que en Córdoba los turistas pagan sus diez o doce euros para visitar la Mezquita, están una hora en la ciudad y se van. No podemos consentir vender Córdoba por diez o doce euros. El mismo turoperador en vez de irse por las calles Concepción y Jesús y María, a la vuelta que se venga por otro lado, que rotemos a los turistas, que vean qué Córdoba es la que tenemos. ¿Eso es la panacea? No, pero es una ayuda.

–Sí, porque se lleva mucho tiempo hablando de turismo de compras en Córdoba, pero no se ha hecho nada.

–Nada. La prueba está en que, pese al turismo que tenemos, yo he visto muchos negocios de una buena factura en la zona de la Judería que han desaparecido. Nada que ver, por ejemplo, con el barrio de Salamanca de Madrid, que funciona de película en materia de turismo de compras. Es una zona de lujo, sí, pero es una de las zonas de lujo más baratas de toda Europa y funciona estupendamente.

–Habla como si en Córdoba se estuviera dejando morir al comercio tradicional.

–Hace mucho tiempo que se está dejando morir al comercio tradicional. Esa es nuestra sensación y percepción. Lo digo el día en el que vamos a comenzar la Shopping Week, algo que es un pequeño granito de arena para ayudar al sector y no solo es eso, son muchas más acciones que hay que seguir realizando y todas ellas parten del comercio de barrio. Recuerdo, por ejemplo, que en su momento nos tuvimos que pelear para que la calle Cruz Conde fuera peatonal y después ha sido una calle premiada a nivel europeo. Un proyecto que partió de nosotros y no de la administración. En Málaga se hizo la calle Larios y el resto después, nosotros hemos hecho el resto y Cruz Conde, que fue la que abrochó todo lo que teníamos hecho.

He visto pasar gobiernos locales de todos los colores y las medidas que toman con el comercio son medidas parche”

–¿Qué aporta el comercio tradicional a la ciudad?

–Aporta calidad de vida, empleo y una clase media importante –si funcionara la mayoría del comercio–, porque si estás vendiendo, además inviertes en tu ciudad, otra cosa muy importante. Además, da seguridad y vida en la calle y revaloriza muchísimo la zona en la que está ubicado. No es lo mismo una zona por la que no pasan ni los grajos a una zona por donde pasa muchísima gente, hay una mayor tranquilidad.

–Con el panorama ten negro que pinta, ¿por dónde cree que pasa el futuro del comercio tradicional?

–El futuro del comercio de barrio pasa por que alguien llegue y se dé cuenta del potencial que tiene este sector para la ciudad, para el empleo y para la economía.

El presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco. El presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco.

El presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco. / Juan Ayala

–¿Se refiere al Ayuntamiento?

–Me refiero al Ayuntamiento, a la Diputación, a la Junta y al Gobierno central, a todos. Esta es una implicación de todos los estamentos. Todas las instituciones públicas tienen que concienciarse sin mirar los colores, porque el comercio no tiene colores, el comercio es una cosa de todo el mundo. Habrá matices después, porque cada partido tiene sus formas de ver las cosas, pero insisto, el comercio debe ser cosa de todos e implicación de todos.

–¿Las franquicias son enemigas o aliadas del comercio tradicional?

–Eran enemigas y nos tuvimos que aliar con ellas. De hecho, ahora en el Shopping Week, como en la Shopping Night, participan franquicias. En Centro Córdoba tenemos de todo, porque es un centro comercial donde todos están invitados a entrar, despachos de abogados, Círculo de la Amistad, Mercado Victoria…o sea, tenemos de todo.

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