Marroquíes, repelados y mantecados: los dulces conventuales triunfan en Córdoba por Navidad
Gastronomía
Varias hermandades cordobesas venden a pie de calle los bocados azucarados elaborados artesanalmente por las monjas
Las hermandades venden dulces conventuales en Córdoba por Navidad, en imágenes
Córdoba/Con la llegada de la Navidad, los cordobeses buscan como locos los productos de mejor calidad para deleitar a sus familiares y amigos con los mejores manjares. Los mariscos, las carnes mejor cuidadas y todos esos deliciosos bocados que habitualmente no se comen en los hogares de la provincia, pero que aparecen en cada mesa en las fiestas navideñas, son muy demandados una vez comienza el mes de diciembre. Para sorprender en la cena de Nochebuena, en la comida de Navidad o en la Nochevieja, los cordobeses remueven cada esquina de su mercado de confianza en busca de esos alimentos que nunca pueden faltar.
Y entre los indiscutibles de cada temporada navideña, por supuesto, se encuentran también los dulces. Es sin duda la fiesta más azucara del año. Mantecados, turrones blandos, duros y de todas las clases, polvorones, mazapanes, hojaldradas, bombones de indefinidos sabores, roscos de vino, pastas, yemas y muchos otros postres son esenciales para celebrar la Navidad de la mejor manera posible. Aunque no todos valen. Y es que, como la Navidad es sinónimo de calidad, son cada vez más los cordobeses que también la buscan a la hora de consumir dulces en estas fechas tan señaladas.
Que el dulce sea elaborado de manera artesanal y con productos naturales aporta esa calidad lo que lo convierte en un manjar digno de acompañar a cada copiosa comida navideña en la época más feliz del año. Es por eso que cada vez más cordobeses compran dulces conventuales por Navidad. Optar por la repostería tradicional elaborada por las monjas con sus propias manos, aunque se pueda adquirir habitualmente durante todo el año, es una de las maneras de endulzar estas fiestas navideñas que más triunfan.
Es durante el puente de la Inmaculada y la Constitución cuando a los cordobeses se les presenta la oportunidad de comprarlos sin necesidad de tener que ir hasta los conventos. En este caso, son las hermandades de Córdoba quienes tienden su mano a las monjas para venderlos a pie de calle. En la plaza de Las Tendillas, la hermandad del Calvario ha instalado su puesto con todo tipo de dulces elaborados artesanalmente. Aunque la ubicación ha cambiado, pues el año pasado se instaló durante esta fecha en el patio de San Eulogio, este 2024 cumplen su edición 19 prestando esta labor social.
Y lo hace con decenas y decenas de cajas de todo tipo de dulces elaborados por las monjas de un total de 15 conventos, prácticamente todos de Andalucía excepto uno de Badajoz. "El objetivo es el de ayudar a las monjas, pues vender estos dulces es la única manera que tienen de subsistir y de conservar sus conventos, ya que son patrimonio artístico y es costos mantener la restauración de estos edificios", ha señalado uno de los miembros de la junta de gobierno del Calvario mientras, rodeado de delicias azucaradas, atendía a varios interesados en llevarse un lote de turrones.
Además de los turrones, que para la mayoría son el postre estrella de la Navidad, entre los dulces conventuales elaborados artesanalmente destaca una amplia gama: magdalenas, galletas, polvorones e incluso mieles y membrillo. Eso sí, los más buscados son todos los años los mismos: los famosos bizcochos marroquíes. Así lo asegura el miembro de la hermandad, quien ha añadido entre la lista de favoritos también al pastel cordobés elaborado por las monjas de Santa Ana y a los dulces repelados de las monjas de Belalcázar.
"Hay quienes vienen de fuera de Córdoba expresamente a comprar aquí los dulces conventuales", ha señalado uno de los encargados de llevar a cabo esta obra social de la hermandad del Calvario de Córdoba y Cáritas parroquial de San Lorenzo. Cerca de este puesto de Las Tendillas, en el patio de la sede de Vimcorsa (calle Ángel de Saavedra, 9), la hermandad del Descendimiento también completa su obra social junto a Cáritas parroquial y las hermanitas de la caridad de Santa Luis de Marillac.
La de este 2024 es la cuarta Navidad que la hermandad del Descendimiento ayuda a las monjas andaluzas con la venta de dulces elaborados desde 10 conventos de la provincia de Córdoba. Una acción que tiene mucho corazón y "sentimiento" y que es "una auténtica ayuda" para las hermanas: "Ellas venden sus productos todo el año a través de los tornos sus conventos, pero nosotros le damos más exposición. Es una alegría cada año cuando las llamamos porque nos ponen una alfombra roja", ha señalado con una gran sonrisa el hermano mayor de la hermandad, Manuel Millán.
La hermandad del Descendimiento también ha vendido todo tipo de dulces durante el puente. Lo que más, los bizcochos marroquíes, las yemas de Santa Clara y los repelaos de Belalcázar. Pero también se han vendido muchos mantecados, polvorones, turrones, dulces de hojaldre y magdalenas. En general, "todo lo elaborado con dulce fino y almendra, que es lo que las monjas mejor trabajan", como han reivindicado en este puesto del patio de Vimcorsa. Y es que, tanto cordobeses como visitantes son conocedores de que los dulces conventuales son uno de los postres de más calidad que se pueden servir en Navidad. Como ha recalcado Millán, "la gente encuentra aquí el producto artesanal elaborado sin conservantes y evita el industrial".
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