Y llegó la ruptura definitiva

Rafael Ruiz

07 de febrero 2013 - 01:00

Y Rafael Gómez habló. Lo hizo con pelos y señales, durante algo más de 40 minutos, citando nombres que hasta el momento se quedaban en sobreentendidos, entre otros, los de Rosa Aguilar (exalcaldesa y ahora diputada), el del anterior regidor, Andrés Ocaña; el del parlamentario Antonio Hurtado, o el del alcalde de Palma del Río y exsecretario provincial del PSOE de Córdoba, José Antonio Ruiz Almenara. Las acusaciones son serias. Que hubo reuniones concretas con personas influyentes para permitirle la construcción de las naves de Colecor y, en segundo lugar, que se produjeron encuentros con el objetivo de garantizarle que la multa de 24 millones de euros se quedaría en 6.000 euros. Todos los citados por Gómez que han querido realizar declaraciones ha sido para desmentir las palabras del actual responsable de la oposición municipal.

Ni es la primera comparencia de Gómez, ni adelanta demasiados hechos no conocidos. Sin embargo, es la primera vez que pone nombres y apellidos, caras, a sus acusaciones, realizadas desde el primer momento, de que hizo lo que le dejaron hacer. Se le ha preguntado en varias ocasiones y siempre respondía lo mismo: "quien podía".

La diferencia sustancial es que el presidente de Unión Cordobesa pone hechos, lugares, detalles y reuniones a su acusación de que las naves se levantaron con la aquiescencia directa de la que entonces era máxima representante municipal, después consejera de asuntos urbanísticos, ministra en materia ambiental y actual diputada del grupo socialista en el Congreso.

El asunto es que Gómez ha retirado todos los velos de su discurso. Tantos que, según su versión, la exalcaldesa le llamó para avisarle de que lo peor estaba por llegar y tiempo después fue detenido en el marco de la operación Malaya, el mayor escándalo de corrupción urbanística de Andalucía. Habla de reuniones personales, incluso en su propia casa, donde se le anunció de forma personal la imposición de la sanción.

Gómez se ha negado durante años a pronunciar el nombre de Rosa Aguilar. Nunca ha sido explícito aunque sí ha realizado las suficientes comparecencias como para dar la impresión de que este momento iba a llegar.

Si las palabra de Gómez son un indicador, las relaciones entre el presidente de UCOR y la diputada socialista han ido de mal en peor. Tanto, que ayer reveló un enfretamientro entre su esposa y la exregidora que tuvo lugar reciemente en un vagón del AVE.

El concejal reprocha a la diputada casi una traición personal como se desprende de las palabras de su mujer. Las relaciones entre el gobierno municipal y Gómez fueron muy estrechas a lo largo de todo el mandato de Aguilar. Se recuerda habitualmente la adquisición de un cuadro de Julio Romero de Torres, La Gracia, por unos cien millones de pesetas. El empresario recuerda ocasionalmente también que él vendió el terreno donde se asienta el actual Hipercor por debajo de su precio por intermediación directa de Rosa Aguilar.

Las relaciones con el poder del empresario vienen de antiguo. A Rafael Merino, le prometió que iba a adquirir las instalaciones de El Águila, entonces una cervera en plena crisis. Eso nunca ocurrió. También llegó a decir que sus empresas realizarían las obras del estadio Nuevo Arcángel en un momento en el que existía un concurso abierto para elegir a la constructora de las obras. Aquello tampoco ocurrió.

La cercanía llegó a anuncios verdaderamente comprometedores para los gobiernos municipales de la época. Ya en la etapa de Rosa Aguilar, Gómez aseguró que había adquirido los cines de verano del Casco Histórico con el propósito de entregarlos a la ciudad. Los recintos siguen siendo de propiedad privada y nunca se produjo la anunciada donación. Sí hubo un intento de un convenio en la primera etapa de IU para quitar VPO de la Carrera del Caballo, incrementar la de una promoción de Villarrubia y entregar al municipio los cines de verano como compensación. La coalición optó por enterrar la propuesta ante el ruido que se generó entre algunos colectivos de la ciudad.

En realidad, el discurso del empresario de que se le quiere buscando cartones no responde a lo que realmente ocurrió, al menos, hasta la imposición de la multa de Colecor, que tuvo que ser emitida dos veces ante su caducidad. Gómez fue un gran beneficiario de lo que ocurrió durante la redacción del Plan General de Ordenación Urbana, entre otras cuestiones, por una política de adquisiciones masivas de suelo. De esa etapa procede la recalificación de los terrenos de la Carrera del Caballo y, ya con Izquierda Unida, la realización de las obras de urbanizaci ón y edificación, que se iniciaron sin licencia y que motivaron una multa millonaria, también sin pagar.

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