“¿Qué va a dejar de haber vuelos?”, pregunta Gabriel al conocer la condición establecida por la compañía aérea Flysur para seguir operando en el aeródromo de Córdoba: acondicionar las instalaciones a los requerimientos de una línea comercial que opera regularmente. Los cordobeses han recibido la noticia con asombro. No esperaban que sólo un mes después de haber devuelto la actividad al aeropuerto, Flysur haya dado el primer paso atrás.

“Me he quedado perplejo. No me lo esperaba. Pero si el primero vuelo fue a principios de septiembre.”, comenta Gabriel. “Es una desilusión para Córdoba. Los vuelos dan categoría a la ciudad y además benefician el turismo, que no hay que olvidar que es uno de las principales fuentes de ingresos que tenemos”, afirma Manolo. “Es un jarro de agua fría para la ciudad. Me parece una situación kafkiana que casi de la noche a la mañana hayan puesto freno al proyecto”, apunta por su parte Rafael.

“Volveremos al tren. Al fin y al cabo, es a lo que estamos acostumbrados. Y bueno, la verdad es que Córdoba está bien comunicada por tren y carretera, pero claro, lo del aeropuerto hace ilusión”, sostiene Luis. Lo cierto es muchos ya habían planteado viajar próximamente a Bilbao, Vigo o Barcelona con la línea andaluza y de momento, sus planes están en el aire. “En Navidad quería ir a Bilbao a ver a mis primos y si la cosa acaba mal pues tendré que recurrir al tren o irme hasta Sevilla para coger un avión”, explica Mari.

Algunos tenían claro que antes o después la compañía tomaría esta decisión. “El aeropuerto no está en buenas condiciones y si no parece seguro o no es conveniente que los aviones aterricen o despeguen desde ahí, pues mejor no correr riesgos”, comenta Juan. Cómo él, Nicolás cree que el aeródromo cordobés “no tiene vida. Si la compañía ha tomado esa decisión y al final deja de operar, sus motivos tendrá. Y si tienen que cerrar el aeropuerto, pues que lo cierren, pero es una tontería echarle dinero”. “Tenían que haber pensado mejor antes de empezar a operar y si no el aeropuerto no estaba todo lo bien que debía estar, pues esperar hasta que las condiciones fueran buenas”, apunta Pedro.

“La situación no era la mejor para meterse en un proyecto así. Aunque supongo que habrán hecho estudios de mercado y que los resultados fueron favorables cuando siguieron adelante”, apunta José. Como él, muchos opinan que la crisis está en el trasfondo de la decisión de Flysur. No obstante, la delicada coyuntura económica, que lleva aparejada la subida del valor del barril de crudo, ha hecho que muchas compañías se hayan visto obligadas a reducir o anular vuelos. En Córdoba, la noticia del reestablecimiento de actividad comercial en el aeropuerto tuvo muy buena acogida. Flysur recibió halagos por la valentía de involucrarse en un proyecto que presumiblemente iba a activar la economía cordobesa. La compañía tenía previsto incrementar la oferta de vuelos a partir de enero pero, a día de hoy, ha paralizado la venta de billetes y su actividad en el futuro pende de la mejora del aeropuerto.

Los cordobeses mantienen “la esperanza”, como señala Rebeca, que espera que la suspensión de vuelos sea “realmente temporal” y la situación no se alargue o sea definitiva. “Los vuelos en Córdoba tienen futuro si se plantean bien”, opina Javier.

Por el momento, dejarán de facturarse maletas en el aeropuerto y la puerta de embarque perderá el tránsito que había acumulado durante el último mes. Sólo algunos privilegiados podrán contemplar la ciudad, coronada por Sierra Morena, a vista de pájaro. Se pierde también el ritual de la degustación de pastel cordobés en el aire. Eso sí, el dulce no tiene viso de desaparecer.