Siete hoteles revelaron a Defensa de la Competencia que padecen la 'lista negra'
Los establecimientos, de una y cuatro estrellas, figuran con sus nombres de forma voluntaria en el informe de Hostecor · La agencia andaluza abre también una investigación al radiotaxi de Sevilla
Siete hoteles de la ciudad, de una y de cuatro estrellas, dieron el visto bueno a su organización profesional, Hostecor, para figurar en la lista de empresas que aseguraban haber padecido los efectos de la lista negra de Radiotaxi. Esta práctica -denunciada en su día por Facua respecto a particulares- consiste en no enviar taxis al establecimiento si el negocio se niega a pagar un servicio solicitado por un cliente y que o bien tomó otro taxi o bien decidió no esperar y tomar otro medio de locomoción. Algunos de los hoteles de la relación se encuentran entre los de más experiencia en el sector turístico de Córdoba.
Los establecimientos dieron su consentimiento a figurar en el informe de Hostecor tras ocho años de enfrentamientos con el sector con el taxi. Las empresas -de forma organizada o no- se habían dirigido a los tres últimos presidentes del colectivo de taxistas -José Arenas, José Joaquín Cuadra y Miguel Ruano- para intentar llegar a un acuerdo de forma satisfactoria para ambas partes. Las reuniones no sirvieron para nada y disyuntiva estaba clara: o abonar los servicios o estar en la lista negra y dejar de recibir vehículos para sus clientes.
El problema en este caso es que la Agencia Andaluza de Defensa de la Competencia se encontraba detrás de estas prácticas al considerar que pueden vulnerar la legislación sectorial. La Asociación de Hoteles de Sevilla denunció, por medio de su junta directiva, que las tres centralitas de radiotaxi existentes en la ciudad se negaban a dar servicios a un total de 28 establecimientos. Fue a partir de esta denuncia y la protagonizada por Facua en Córdoba -que el Ayuntamiento archivó por no considerar lesiva para los consumidores- cuando el organismo, dependiente de la Junta de Andalucía, optó por abrir una investigación de oficio en ambas ciudades prácticamente en días sucesivos.
En ambos casos, la táctica fue la misma: requerir a las asociaciones hoteleras, mediante un cuestionario, que dijeran si tienen conocimiento de casos de listas negras y, en caso positivo, cuáles son. Este tipo de requerimientos son de cumplimiento obligatorio y no colaborar con Defensa de la Competencia puede implicar sanciones económicas.
Defensa de la Competencia, una agencia autonómica de reciente creación y dependiente de la Consejería de Economía y Hacienda, se ha tomado en serio su trabajo. Además de la labor de investigación documental, se ha dedicado a realizar un trabajo de campo para verificar esos datos. Un funcionario de la institución, por ejemplo, se dedicó a pedir taxis desde determinados establecimientos para comprobar si se estaban produciendo anomalías en el servicio.
Calificar la situación actual entre el sector turístico de distanciamiento no es exagerar. El taxi culpa a los hoteleros de la investigación, pese a que la apertura se realizó de oficio sin que mediara denuncia alguna. Los interlocutores de este periódico en el sector hotelero y hostelero se ven como víctimas de una mala práctica que redunda en el servicio que se presta a sus clientes. Radiotaxi, por ejemplo, ha suprimido el número de teléfono especial que se le facilitaba a las empresas para que tuvieran preferencia en la atención de llamadas.
La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, dijo ayer no tener conocimiento oficial alguno de la investigación abierta por Defensa de la Competencia. En tono de queja, afirmó que el gobierno municipal debería tener constancia directa de un hecho que afecta a un servicio público que realizan empresarios privados. Por su parte, Hostecor declinó realizar comentarios a la noticia avanzada por este periódico en su edición de ayer hasta ver cómo evolucionan los hechos.
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